En Opinión & Divulgación se publican artículos de colaboradores esporádicos y de temática variada.
por Rafael Remón
Soy Esther Borja. Soy Gloria de Cuba, pero en estos momentos me encuentro en la cola de la carnicería porque llegaron los pollos chinos con moquillo y hay que comer lo que aparezca. Este período, como todos los demás períodos en la Isla-Paraíso, es muy especial. Luego que me resuelva mi pollito me iré a la colocación.
Soy la viejecita exilada cubana que vive en La Sagüesera. Vivo en una miseria atroz. Como comida de gato. Los veranos los paso sin aire acondicionado. El año pasado me dio un infarto del calor. Ahora, eso sí, yo todo mi cheque se lo envío a mis nietos en Cuba, porque ellos, los pobrecitos, están más necesitados que yo. Me dijo mi vecina María Emilia, que viajó recientemente a Bayamo, que ellos ese dinero se lo gastan en ron, cerveza y en cuanta ropa y aparato eléctrico nuevo llega a Cuba. Tienen hasta computadora. Yo no le creo a María Emilia ni una palabra de esos infundios. Mañana me llega mi chequecito y me voy directamente a Va-Cuba a mandar la remesa mensual. Esa María Emilia es una víbora.
Yo soy José Nieto, pero me dicen Pepito El Fula, porque siempre tengo dólares. Tengo 25 años. No trabajo, pero vivo como un rey aquí en Bayamo con lo que me envía mi abuela mensualmente. Yo la mantengo en línea con unas cartas deprimentes que le hago contándole lo mal que estamos aquí y el hambre que pasamos mi hermana y yo. Total, que ella tiene de sobras para mantenernos porque ella vive muy bien en un barrio exclusivo de Miami que le dicen La Sagüesera. Además, que allí todo el mundo tiene una mata de dólares en el patio que pare y pare dólares todo el año porque van a un lugar que le dicen jondipo y compran un fertilizante especial para esas matas. Tú sabes que los americanos las inventan todas. Así que a vacilar a la vieja, porque a mí me gusta vestir bien, fumar, tomar y singar. Y aquí sin fulas, ninguna cubana quiere singar contigo.
Soy el Cuban-American. Yo nací en Cuba, pero cuando llegué a Miami se me olvidó el español como por arte de magia. I prefer to speak only English. It’s a better language anyway! El otro día fui a comer a casa de unos cubanazos y me sirvieron una cosa llamada ‘tasajo’. I had never heard of such a dish! Me quedé horrorizado. Horse meat! How backwards! Yo solamente como roast beef y bebo agua de botella importada de las cuevas de Nantes. As if!
Soy la Jinetera cubana. Esa es una nueva palabra, muy revolucionaria, que ahora forma parte de nuestro léxico común. A nosotras antes nos decían putas, pero como la revolución cambió toda la nomenclatura en la Isla-Paraíso ahora nos llaman por ese nombre ecuestre que es más fino y nos sienta mucho mejor.
Soy el Jinetero Cubano. Mi trabajo es igual al de ella, sólo que a mí me dan por el culo, aunque me llamen pinguero.
Yo soy Mercedes Hernández. Soy cubana. Vivo en Miami pero mi madre y mi familia siguen en Cuba. Voy a La Habana todos los años a ver a mi madre y a ayudar a mi familia. Paro en casa de mi familia, de la cual no me muevo. No recorro La Habana en plan turístico. No asisto a los shows de Tropicana. Me duele saber que el dinero con el que ayudo a mi madre también ayuda a mantener a Fidel Castro en el poder, pero mientras mi familia esté allá yo seguiré ayudándolos. Soy una cubana digna.
Yo soy el macho cubano del exilio. Yo hablo un idioma parecido al español pero donde se emplean con frecuencia las palabras consorte, mi socio, asere, y monina. En nuestro ámbito se prohíbe terminantemente pronunciar las eses. Sólo los maricones cubanos pronuncian el español correctamente y nosotros somos hombres y debemos demostrarlo al mundo entero con nuestro modo de hablar. El único problema es que de vez en cuando aparece por ahí una loquita mona, jovencita, con un culito apretaíto que nos revuelve las hormonas y nos volvemos locos y nos olvidamos del consorte, del asere y del monina… y hasta Sodoma a pié.
Yo soy la juventud cubana. Una nueva clase social. Nos dicen los friquis, que se deriva de freaks. Nosotros estamos en lo nuestro y nos cagamos en la revolución. Somos drogadictos. Nos gusta la música rara como el acid rock y nos gusta hablar inglés. Aquí, en la Isla-Paraíso, nos persiguen y nos encarcelan. ¿Por qué, si no hacemos daño a nadie?
Nosotros somos Noniska y compañía. Somos más verticales que las palmas. Nuestra vida está dedicada por completo a luchar contra el tirano. Es nuestro deber como cubanos íntegros inundar las estaciones de radio y televisión con propaganda anti-castrista. Claro, y esto que quede entre nos, que a nosotros no nos conviene que se caiga Fidel, porque entonces perdemos nuestros empleos de anti-comunistas y con qué carajo vamos a pagar la hipoteca de nuestras mansiones en Pine Crest, la letra de nuestros Mercedes-Benz y la universidad privada de nuestros hijos. Ay, Changó, te lo suplicamos, que ese cáncer no haga metástasis. Que tengamos Fidel por muchos años más. Please!
Yo soy Pedro. Soy terrorista. Al carajo con esos que se pasan la vida hablando por la radio y no resuelven nada. Yo sí que lo resuelvo todo muy fácil. Yo mato a todo aquel que se cruza en mi camino que no piensa igual que yo. Y punto. Mi historial habla por sí mismo. Comencé en Cuba cuando tenía 15 años. Ahora tengo 60 y tantos y todavía sigo en las trincheras. ¡Eso sí que es ser cubano!
Yo soy la máxima estrella rubia de la canción cubana. Yo le he cantado a Fidel en la montaña y supuestamente sigo viviendo en mi adorada Habana, aunque paso la mayor parte del año en Miami donde las muchachitas me colman de miles de dólares y de regalos maravillosos. Las muchachitas me adoran porque yo siempre las defendí de los milicianos que las encerraban en la UMAP. Me dan unas fiestas fabulosas en casas privadas de Coral Gables donde cobran la entrada carísima y todo lo que recaudan es para mí solita. Yo las complazco tomándome fotos con ellas y doblando algún que otro de mis viejos discos de 78 rpm. Tengo que portarme bien con ellas, porque bueno, vivo de las muchachitas. Ellas me mantienen y yo no las puedo despreciar. Hasta me han operado gratis en un hospital de Hialeah y me han editado un libro. Algunas muchachitas criadas en Miami, que no conocieron mi época de gloria cuando yo salía a escena en una moto cantando La Chica Yeyé dicen que yo no tuve nunca ni voz ni talento y que soy una vieja tacky. ¡Atrevidas! ¿Y qué querrá decir eso de tacky? Esas son las muchachitas que prefieren a Liza Minnelli y que no pagan por verme en fiestas ni por fotografiarse conmigo. A mí plin. Ellas se lo pierden.
Soy la Soprano Olvidada. Fui soprano de coloratura. De verdad, no de mentiritas como la rubia esa que se las daba de lírica. Me le planté a Fidel y me vine para el exilio a principios de la revolución. No me quedó más remedio que aprender la mero y trabajar en una factoría de costura en Nueva York. Los fines de semana cantaba por $15.00 en las bodas de los judíos ricos. ¡Tuve que montar el Hava-Nagila! Terminé comiéndome un cable en Miami y fallecí en el exilio en el anonimato como mis compañeras América, Marta, Zoraida, Maruja, Hortensia, Tomasita, Sarita y tantas otras voces ilustres de nuestra lírica cubana. A nosotras ninguna muchachita nos dio fiestas en Coral Gables ni nos hizo regalos fastuosos. Y ni un obituario de dos renglones en El Nuevo Herald.
Nosotras somos Malena, Albita, La Medina y La Linares Nosotras sí que no tuvimos que jalar factoría en el exilio. Qué va. Ya cuando nosotras llegamos todo estaba hecho. Enseguida a trabajar en lo nuestro y a vivir the good life in the Yuma. Nosotras también fuimos revolucionarias y también le cantamos a Fidel en la montaña como la rubia, pero como el pueblo cubano tiene tan mala memoria, ya todo eso pasó al olvido y ahora somos pilares del exilio. Tenemos buenas casas, rodamos buenos carros y moriremos adineradas. El Nuevo Herald anunciará nuestras partidas con tremendos obituarios tal y como se lo merecen las grandes divas.
Yo soy Adán. Y yo soy Eva. Somos cubanos. Pero esto es algo que La Biblia siempre ha ocultado porque hay que ser políticamente correcto y no se puede dar preferencia a ningún país. Pero la verdad es que el universo lo fundamos nosotros los cubanos. Tan simple como eso. Lo que pasa es que Jesucristo, para enseñarnos un poco de humildad, cambió de parecer y nació en Belén. Pero que quede bien claro que su plan original era nacer en La Habana.
Soy el niño cubano de 12 años que fue arrancado violentamente de Manzanillo en 1968 y enviado a New Jersey a comenzar una nueva vida. A mí Fidel me privó de crecer al lado de mis tías adoradas, de cerrarles los ojos. Me quitó mi idioma, me quitó mi patria, mi casa, el negocio de mis padres y el porvenir brillante que me esperaba. Tuve que aprender mi cultura a través de libros, de discos y de las historietas torcidas y mal contadas de mis amigos mayores y de mis familiares exilados. No he pisado nunca las otras cinco provincias, sólo mi Oriente natal, ni las pisaré hasta que Cuba sea libre. No presencié nunca una función de Alicia Alonso. No tomé ni Copelias ni Copelitas. No me llevaron nunca preso de la cola del ballet ni estuve en la UMAP pero sufrí en carne propia el racismo norteamericano y lo vencí. Mi sueño es poder volver a comer grosellas Manzanilleras. Y ciruelas cubanas. Y pinol. Y treparme en la mata de mamoncillos que sembró mi abuelo.
Soy el comerciante cubano. Yo comercio con el dolor de mi pueblo. Yo vendo libras al por mayor. Soy mula profesional. Yo saco de Cuba al que haya que sacar y entro al que haya que entrar. Yo lo mismo te llevo cash, que te llevo una lavadora, que te traigo las prendas que dejaste enterradas en el patio de tu casa en Guanabacoa. Ahora, eso sí, me lo pagas todo muy bien y me lo pagas en dólares, please, que aquí, al igual que allá, lo que vale son los fulas. Además yo tengo una papayita allá que me tiene loco. Pero es un poco interesada y no quiere hacer nada si no media el billete. ¡Compay, mientras más años te caen encima, más caro te cuestan los bollos!
Yo soy la cubana inadaptada. Llevo 40 años en este maldito país, pero no soporto esto. No puedo ver a los americanos ni en pintura. Me niego a hablar inglés. ¡Que aprendan ellos español! ¿Pero cómo van a aprenderlo con lo ignorantes que son? Si no tienen ni cultura propia. Si apenas saben hablar ni escribir su propio idioma. Aunque bueno, yo no me puedo quejar, porque en realidad en estos últimos cuarenta años he vivido muy bien y muy desenvuelta en este país, cortesía del Tío Sam y su gente, porque a mí siempre me ha mantenido un gringo que está chiflado por mí. Es mi Sugar Daddy, que así le llaman aquí a los Don Pagarés. ¿Que quiero pajaritos volando? Pues pajaritos volando que me da. Pero yo añoro La Habana de los años 50. Me he quedado estancada para siempre en esa década y me niego a salir de ahí. Que no diera yo por seguir bailando el mambo en mi Tropicana querido. ¡El Mambo! Eso sí que era música, no el reguetón. ¡Había que ver esas Mamboletas! Yo hubiera dado el ovario izquierdo por ser Mamboleta. ¡Que vivan los años cincuenta, carajo!
Yo soy el cubano adaptado. Adaptadísimo. Tío Sam da y yo con gusto recibo. Yo vine por el Mariel y enseguida me fingí loco y me conseguí un disability. Llevo 30 años viviendo del gobierno. Tengo food stamps, plan ocho y todo tipo de beneficios. Vivo muy requetebién. Colecciono figurillas de Lalique y el año pasado hice un peregrinaje a Lourdes porque vi una película de Jennifer Jones en el cable que me fascinó y me embullé a ir. Jamás he disparado un chícharo en este país, ni lo pienso hacer. Yo no vine a este país a trabajar. I like to be in America. OK by me in America. Everything free in America…
Yo también vine por el Mariel. Soy el Marielito Matón. Asalté dos bancos, un liquor store, y después me metí en el narcotráfico. Fui a la cárcel pero me soltaron bajo la nueva ley, esa que dice que a nosotros los Marielitos no nos pueden detener indefinidamente. Ahora estoy de nuevo en Miami haciendo de las mías. Dicen que Marielitos como yo son los que le han dado mala fama al exilio, pero eso me lo paso yo por los cojones. Ayer maté a uno porque no me gustó cómo me miraba. Lo tiré en el canal del 836. Cuando lo encuentren ya estará podrido o comido de cocodrilos.
Somos los Marielitos que supimos aprovechar las oportunidades que nos brinda este maravilloso país. Hoy trabajamos en la radio, la televisión, escribimos para El Nuevo Herald, cantamos ópera en los mayores teatros del mundo y somos gerentes de las más grandes empresas norteamericanas. A eso es lo que le llaman alcanzar el American Dream.
Yo soy José Pimienta. Como llevo ya bastante tiempo aquí y me las sé todas decidí abrir varias agencias de productos médicos y otras de home health care que proveen servicios de enfermería y cuidados a domicilio a personas mayores imposibilitadas. Me traje a un par de delincuentes de Cuba, Yotuél y Aisiyú y el negocio aparece a nombre de ellos para yo no figurar en nada y que mi nombre siempre se mantenga limpio. Le he estafado millones al Medicare a través de estas agencias. Tengo tremenda mansión en Star Island y regias casonas en Santo Domingo y en Aruba. Tengo siete carros de lujo, uno para cada día de la semana. Ahora la cosa se me ha puesto un poco fea con el Medicare y me cerraron tres agencias. Yotuél tuvo que salir huyendo de regreso a Cuba, pero me mandó a su primo Eltuyo para ocupar su lugar. No problem! Yo tranquilo. Abriré más agencias. Y los millones del Medicare entrando mes tras mes.
Yo soy Cecilio. Cecilio Valdés. Le vendí mi número de Medicare a un tal Yotuél (¡que nombrecitos esos!) y éste lo utilizaba para cobrarle al Medicare por unas medicinas intravenosas que usan los sidosos. Pero ahora leí en El Nuevo Herald que agarraron al Yotuél en tremendo fraude y que está en Cuba prófugo de la justicia norteamericana. ¡Estoy cagao! ¿Me podrán llevar preso a mí también?
Mi nombre es Alfredo. A mi señora, que era hemofílica, la infectaron con una transfusión de sangre en el Jackson. Contrajo SIDA. Murió porque el seguro médico se negó a pagar los medicamentos intravenosos que necesitaba para sobrevivir y yo no tenía el dinero para costear unas medicinas tan caras y tampoco calificaba para recibir ayuda del Medicare.
Soy María de los Ángeles. Tengo 93 años. Vivo solita aquí en Hialeah. Estoy con una agencia que me envía una muchacha llamada Yulkaiva a ayudarme. Pero nunca viene y cuando viene se la pasa todo el tiempo hablando en su celular. A los cubanos de ahora les encantan los celulares. En mi tiempo vivíamos perfectamente sin ellos. Tengo miedo quejarme a la agencia porque temo que me quiten el servicio. Total, para lo poco que hace Yulkaiva.
Yo soy Pedrito Pan. Llegué a Miami solo y con 5 añitos. Hoy tengo un negociazo de bienes raíces que me ha hecho multimillonario. Mi hija estudia en Harvard. Mi hijo es astronauta. El primer astronauta cubano-americano en la historia de este país. Les he proporcionado a mis padres una vida de fábula en pago al gran sacrificio que hicieron por mí sacándome a tiempo de las garras del comunismo. Fue todo muy duro y muy difícil, pero supe aprovechar el Sueño Americano. Hoy me siento feliz y realizado.
Nosotros somos Yuniekis, Yusnalis, Yumisleidis, Yusnavy, Yuniel, Yumilka, Yudelkis y Yuniela. ¿Se necesita decir algo más?
Nosotros somos Juan y María. Esos eran los nombres que nos ponían en la prehistoria cubana.
Nosotros somos Finita y Ubaldo. Vinimos para la Yuma hace tres años. Aquí nos ha ido bien, la verdad. El mes pasado se casó Yeleida, nuestra hija mayor y nos fuimos a hacer la boda en Cuba. Lo llevamos todo. Desde el molde para hacer el cake de ocho pisos hasta las florecitas para la flauer guer. Aquello fue espectacular. Esa boda de Yeleida y Orelkis pasará a la historia en Santa Clara. En Febrero, mi otra hija, Yordanka, cumple los quince. También nos vamos a celebrarlos allá. Si se piensan que la boda de Yeleida fue algo grande, deja que vean los quince de Yordanka.
Yo soy Celia Cruz. Mi madre murió en Cuba y la dictadura no me permitió asistir a su entierro. Yo fallecí en el exilio sin poder nunca depositar flores en la tumba de mi madre.
Yo soy el santero del exilio. Sacrifico animales, hago trabajos y tengo montado tremendo business. Vivo como un rey, porque esto de la religión se paga muy bien aquí en Miami, y en el mundo entero, gracias a que ahora también tengo mi sitio en la Internet, www.quevivachangóseñores.com. El único problema es que mi vecina de al lado es una vieja americana de esas locas que recogen gatos callejeros y le echan comida a las palomas. Ayer me llamó a la policía porque yo maté un chivo en el patio para entregárselo en ofrenda a Yemayá. Pero yo, que me conozco muy bien la constitución americana, le dije a la policía que yo gozaba en este país de ‘freedom of religion’ y que mi religión me exigía que matara al chivo. Y se tuvieron que meter la lengua en el culo y no pudieron hacerme ná. Caballeros, que sabroso es vivir en un país con constitución, leyes y derechos.
Yo soy el cubano de Miami que se dedica a robarle la libertad y los derechos a mis semejantes igual que Fidel me los robaba a mí en Cuba. Yo fui quién le jodí la estrella en la Calle Ocho a Verónica Castro por comunista y por haber ido a Cuba. Yo eliminé a Danny Rivera de la radio miamense, también por Fidelista. Yo protesto cada vez que viene a Miami un artista cubano. Yo no permito comunistas aquí, chico, y ya está. A mí que carajo me importan las leyes de este país. Yo tengo libertad de expresión y por lo tanto me expreso. De cualquier modo, la libertad aquí en este país es sólo para nosotros los gusanos, no para nadie más.
Yo soy ingeniero graduado. Nací y me crié dentro de la revolución. Aquí en Cuba la educación es gratis y no existe el analfabetismo. Todo eso se lo debemos a nuestro padre, Fidel.
Yo soy el primo del ingeniero. Yo vivo en Miami desde principios de la revolución. ¿En qué universidad cantinflesca estudió ese pobre muchacho? Las cartas que me escribe están llenas de faltas de ortografía. No sabe redactar en español. ¡Con lo que se cuidaba en mi tiempo la redacción! Además, si en verdad es ingeniero como él dice, ¿por qué trabaja de “camarero” en un hotel para extranjeros?
Yo soy médico. Trabajo en el Calixto García. Estudié mi carrera gratis. Cuba es la primerísima potencia mundial en medicina. Lo hemos demostrado. El adelanto en la medicina, como en todo lo demás, se lo debemos a Papá Fidel.
Yo soy José Pérez. Vivo en Hialeah. Acabo de recibir una llamada de Cuba. A mi hijo Enrique me lo mataron ayer en el Calixto García. El médico graduado con honores por la revolución se confundió y picó donde no tenía que haber picado. Además, me cuenta la viuda de mi hijo, que allí no había sueros, ni medicamentos, ni antibióticos. La higiene era espantosa y ella tuvo que llevar sus propias toallas y sábanas porque el hospital no las tiene. Dice ella, que en cualquier otro país del mundo mi hijo se hubiera salvado, pero allí en Cuba, sin recursos …
Yo soy el Cubanazo miamense. Como pueden observar, mi cadena y medalla de la Virgen de la Caridad pesan 15 libras y media y son de oro macizo. Cuando me las quito para acostarme a dormir la tortícolis que tengo es de tres pares de cojones. A Cachita también la tengo en el jardín del frente de mi casa, porque soy devoto. ¿Es nuestra patrona o no lo es, coño? Es una estatua preciosa de tamaño natural que me costó un ojo de la cara y la mitad del otro en los Almacenes Félix González. Tan famosa se ha hecho mi estatua, que la semana pasada vinieron del Geography Channel y me hicieron un reportaje. Lo pasan el mes que viene en el mundo entero bajo el título de “Miami Cubans: How a Typical Cuban Exile Lives“ También me filmaron manejando mi carro de último modelo por South Beach, asando un lechón en el patio de mi casa, y comprándome unas guayaberas en la Calle Ocho. ¡El mundo entero me va a ver y va a saber quiénes somos nosotros los cubanos, cojones!
Soy Renata Fernández. Hace muchos años que vivo exilada aquí en Melbourne, pues cuando llegamos a España se nos presentó esta oportunidad de venirnos a Australia y aquí nos ha ido muy bien. Mis hijos son australianos, casi no hablan español. Los australianos son una gente bien chévere y alegre. Yo les hago café cubano y flan de coco a mis compañeros de trabajo y a ellos les encanta. Ayer el Geography Channel pasó un documental sobre un señor de Miami que tiene una estatua enorme de la Virgen de la Caridad del Cobre en el frente de su casa. Me quedé horrorizada No sabía que las cosas en Miami fuesen así. ¡Qué vergüenza! A partir de mañana me llamo Renata Tebaldi y soy cantante de ópera. Ni soy más cubana, ni hago más flan de coco, ni jamás vuelvo a pronunciar la palabra Cuba delante de un australiano. No estoy para que se burlen de nosotros ni para ser el hazmerreír de nadie.
Yo soy Mario. Soy cineasta, ingeniero de sonido y guionista graduado de nuestra gran academia de San Antonio de los Baños. El cine que hacemos en Cuba es hoy por hoy el mejor cine que existe a nivel mundial, lo que pasa es que por el embargo imperialista yanqui no lo podemos exhibir en el extranjero.
Yo soy María. Acabo de ver en el Miami-Dade Community College del downtown una película hecha en Cuba por el ICAIC. Yo no sé, pero a mí la cinematografía me pareció toda muy oscura. No se distinguían bien los actores ni se entendía lo que decían, no sólo por el mal sonido, sino porque hablan un idioma muy raro. No parece español, parece más bien ñáñigo eso que hablan ahora allá en la Isla-Paraíso. Pero ustedes a mí no me crean, porque yo no soy muy culta ni muy ducha en cuestiones de cine, y allí en el college todos los cinéfilos se pusieron de pie, gritaron, aplaudieron y dijeron que la película es la octava maravilla del mundo y que ganó premios en Berlín. Y cuando ellos así lo aseguran, pues por algo ha de ser.
Soy cubano de Miami, pero pronto me voy de aquí para Broward porque no puedo con esta indiada. Ya esto está lleno de basura de Centro y Suramérica. Yo los detesto. Todo el mundo sabe que nosotros los cubanos somos mejores que ellos. Los humillo y les grito indios en los restaurantes, en los supermercados, por las calles y donde quiera que los veo. Total, ellos no son más que pedazos de carne con ojos y no tienen sentimientos. No les duelen los maltratos. Están acostumbrados.
Yo soy un cubano negro. Los norteamericanos me discriminan y me gritan Nigger. Yo no soy un Nigger, mi socio, yo soy cubano.
Yo soy Lana. Soy dama de sociedad y directora de la revista Predilecta. No pasa un solo domingo sin que yo aparezca en las páginas sociales de El Nuevo Herald. Mis cumpleaños son un gran acontecimiento social. Este año la temática de la fiesta fue Rhapsody in Blue Lana. Todos mis invitados asistieron vestidos en diferentes tonos de azul. Fue el no va más.
Yo soy Francisca. Crecí en Holguín al lado de un bayú que se llamaba el Estrómboli. La hija del dueño, Lana, se crió en el bayú junto con las putas, pero luego conoció a un viejo rico, se casó, vino para Miami y aquí se convirtió en dama de sociedad. Ayer la vi retratada en El Nuevo Herald celebrando una fiesta donde todos sus invitados tenían que vestirse de azul. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante cosa?
Soy el cubano marañero. Yo me levanto todos los días con esta frase en mis labios: ¿A quién puedo joder hoy? Cuídate de mí, que si no te jodo a la entrada te jodo a la salida. Pero de que te jodo, te jodo.
Yo soy el cubano bueno y noble. El que te brinda lo que tiene y lo que no tiene. En mi casa no se cerraba la puerta, sólo se ponía el ganchito. Ya eso no se usa. De esa época quedamos muy pocos.
Yo soy el cubano que nunca da su brazo a torcer. Yo jamás admitiría que no sé algo o que cometí un error. Los cubanos somos expertos en cualquier materia, no cometemos errores y jamás pedimos disculpas. No hay por qué, ya que somos perfectos. Eso de I’m sorry, I made a mistake es para los americanos. Esas frases no tienen traducción al cubano.
Somos La Mafia. Teníamos a Cuba controlada en la década dorada de los 50. Pero llegó el Comandante y mandó a parar.
Somos La Mafia de Miami. Lo controlamos todo.
Soy Superman. A mí venían a verme del mundo entero. Hasta Marlon Brando y Ava Gardner me hicieron el honor. Lo de los jineteros y el turismo sexual no es nada nuevo. Yo ya.
Yo soy Macorina pero no me da la gana de ponerte la mano encima.
Yo soy Lola. A mí me mataron a las tres de la tarde.
Yo soy el político del exilio. Practico lo que mamé en mi cuna cubana. Le robo al pueblo todo cuanto puedo. Pero yo sí que no voy a terminar como Vivian Alonso porque yo soy mil veces más vivo que ella.
Soy Elizabeth. Yo morí ahogada en el mar tratando de alcanzar la libertad en balsa para arrancar a mi hijo de las garras de la tiranía Castrista. Morí en vano. Mi hijo fue devuelto al tirano que hoy lo exhibe al mundo como el más preciado de sus tesoros.
Yo era esbirro de Fidel y torturador de oficio en las prisiones Castristas. Ahora vivo muy cómodo en Miami y nadie me molesta.
Yo soy Liborio y lo único que sé es que Miami era una puñetera selva hasta que llegamos nosotros los cubanos y la convertimos en una gran ciudad.
Yo era un letrero que alguien escribió como grafiti en la pared del baño del antiguo Sambo’s de Flagler y la 27. Han pasado ya varias décadas y ese Sambo’s ya no existe. Se convirtió primero en funeraria y ahora forma parte del conglomerado León Medical Centers. Pero todo el que entró al baño y me leyó me recuerda aún. Yo simplemente decía así: “¿Cubano, cuando se acabe la mierda, qué vas a comer?”
2010-08-11 12:36
Me abstengo de comentar este retablo cubano para evitarme más enemigos :-)
2010-08-12 00:24
Creo igualmente que el autor del retablo se excede en bastantes cosas o en prácticamente sólo presentar lo negativo. Yo no me caracterizo por sentirme muy orgulloso del pueblo en el que nací por lo que derivó de él gracias al comunismo, pero ciertamente creo que es lo más anticubano que he leído.
2010-08-12 01:12
Soy Antonio. Soy español. Las cosas que cuenta el sr. Remón me dejan a partes iguales estupefacto e indignado. Todo el mundo sabe que los cubanos son una gente alegre y dicharachera que se pasa el día bailando, tocando los bongós y haciendo bromas con un acento que parece inventado de puro gracioso. Además, la escasez y las privaciones no han conseguido arrebatarles ni un ápice de su proverbial inclinación al esparcimiento y la parranda, al extremo de constituir un ejemplo para otros pueblos echados a perder (como el nuestro, sin ir más lejos), por cuanto demuestran fehacientemente que en la vida hay cosas más importantes que el dinero y los bienes materiales que nosotros nos empeñamos tan absurdamente en acumular. Conque oídos sordos al tal Remón, otra ronda de mojitos y que siga la fiesta. Hasta el amanecer.
http://antoniolopezpelaez.com
2010-08-12 02:43
Bueno … yo iba a vcontar la historia que conozco. Un dia una periodista y escritora cubana leyo una serie de mensajes en Usenet sobre un pintor, tambien leyó una web dedicada enteramente al mismo y que ya no existe porque no me da la gana mantener ese web. Desesperada por conseguir un libro que no encontraba en Cuba se puso en contacto conmigo. Intercambio de email (una pesadilla la Red en Cuba) y consigo libros y documentación. ¿Lo envío por correo?. No que roban los contenidos del paquete. Tras unos meses, un familiar que trabaja en agencia de viajes busca a alguien que viaje a Cuba y lleve el paquete. Al final, tres meses más tarde, viaje de amigos a la Habana y con ellos el paquete. A la vuelta todo son historias deprimentes, mis amigos vieron la otra Habana (siempre controlados) y nunca supe más, ni llegaron más mensajes. Solo conservo un libro de esta amiga donde ella y su hija me dedican unas palabras amables tras una foto donde las veo felices. Ese día al menos.
No cuento más, no quiero contar más. Solo señalar que hay más historias, más personas, más almas perdidas en Cuba de las que nunca oiremos hablar. Etc.
2010-08-12 03:54
¡Delicioso el retablo cubano del Sr. Remon! Me he reído mucho con el contenido pero
tambien me ha puesto a pensar…
Aquellos que se han molestado es porque quizás se han visto peligrosamente retratados en el retablo o quizás no tengan sentido del humor. Tambien hay un gallego por ahí que protestó por el retablo pero con esos ya se sabe. Es uno de esos extranjeros que van a Cuba a tener trato carnal con jineteras y jineteros y les conviene que el pueblo cubano se mantenga en la miseria para siempre. Si señores, como ha quedado demostrado en el retablo…hay de todo en la villa del Señor.
2010-08-12 04:06
No … si a mi me ha parecido divertido solo decía que: Ninguneos: En una dictadura te fusilan, en una democracia eres libre de comprar una soga para que te suicides
2010-08-12 05:52
Sr. Antonio López: Soy peruana. Soy una vieja que alcanzó a vivir en la España franquista, donde todo el mundo era feliz, las mujeres vestidas con bata de cola y los hombres vestidos de toreros se pasaban el día en los tablados flamencos tocando las castañuelas y taconeando su regocijo. ¿Cómo se puede ser tan ignorante y simple? Su descripción del pueblo cubano es tan zafia como la que acabo de hacer yo del pueblo español. Ningún pueblo con un átomo de dignidad se contenta con tocar los tambores y pasarse el día bailando. Esa es la imagen que le conviene perpetuar a los tiranos y la que los necios como Ud., que probablemente habrá ido a dejar allí sus finos euros, se complacen en propalar. Lo cierto es que el que puede se escapa del paraíso socialista y prefiere fregar pisos en el exilio más aborrecible a tocar tambores y contar chascarrillos por las esquinas para los turistas. Lamento que su pueblo esté “echado a perder” según indica, pero ¿por qué no se va Ud. a vivir a la Jauja cubana donde los más importante no es lo material y los mojitos se distribuyen gratuitamente?
2010-08-12 13:43
Creo que Antonio López, en su comentario, trataba de ser un personaje más del Retablo, como Renata o como el Cubanazo miamense, o sea, modo irónico on (tópico de idea superficial española de cubanos). Lo digo para otros comentaristas (sobre todo Micaela Villegas), que creo que le han interpretado mal.
Un beso.
2010-08-12 13:59
Ana: El problema con este asunto cubano es que levanta pasiones y la ironía es un arma de doble filo que no todos toleran. Cuando lei el artículo me acorde de los mensajes que se envían al grupo de usenet soc.culture.cuba supongo que el sistema de comentarios de LdN puede soporta eso y mucho más ;-)
2010-08-12 14:25
Y yo que había comprado las palomitas para ver una película gore y no pasa nada. Es lo que tienen los cines en verano :-)
2010-08-13 21:56
Es un retrato imperfecto de los cubanos.
Es el retrato de gente de la calaña del que lo escribió. el pueblo cubano no se la pasa bailando y tocando tambores, tambien trabajan, tambien estudian, tambien salvan vidas en otras partes del mundo , tambien crean y construyen
Ese es un marginal de lo pero de aquella sociedad.
2010-08-14 19:06
Cuando lo lei me gustó: Diego Calleja: Yoani Sánchez: La bloguera más criticada
2010-08-14 19:31
Antes de salir otro apunte: Enrique Meneses De La Habana ha venido un barco cargado de… Y con ésto espero haberme ganado un bonito regalo por parte del compañero Fidel ;-)