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Wifredo Espina
Periodista y exdirector del Centre d’Investigció de la Comunicació
Duran Lleida es la voz del seny, del sentido común, en el actual crispado panorama político catalán. Y puede contribuir a apaciguar también el aún más crispado panorama político español. Al hablar de seny, que no es exactamente igual que sentido común, aunque lo abarca, no se quiere significar conformismo o aburguesamiento, porque también es riego y coraje para avanzar, pero con realismo, prudencia y sentido del equilibrio.
El seny no es de derechas ni de izquierdas, es una manera de pensar, comportarse y actuar. Es el talante más genuino catalán, alejado de los embates, también muy catalanes y con ramalazos geniales, de la rauxa [1].
Duran Lleida podria ser considerado, actualmente, el prototipo de político catalán del seny. Lo viene demostrando en toda su trayectoria. Y es una esperanza para la política catalana y seguramente también para la española. Ahora mismo, ha tomado una clara posición pública en cuatro puntos de candente actualidad y cuyo debate viene calentando excesiva e interesadamente (por unos y otros) el ambiente.
¿Autodeterminación? Duran, presidente de Unió y secretario general de CiU, advierte que un referéndum de autodeterminación en Cataluña (además de inconstitucional) sería “altamente negativo” porque fracturaría por la mitad la sociedad catalana. Por tanto, el reciente debate sobre el derecho de autodeterminación, protagonizado por ERC y CiU, “fue un error” y un planteamiento “puramente táctico”.
¿Independentismo? Duran se muestra realista, y en esto coincide con Pujol y con Montilla, aunque habría que matizar. El independentismo es aún minoritario, y seguramente cada día lo sea más, pese a ser muy activo. Duran declara que no es independentista —como no lo eran Pujol ni Maragall— y dice: “hay que hablar claro, quienes sean independentistas que lo digan, pero los que no somos independentistas también debemos hablar claro”, sin olvidar que el derecho de autodeterminación (que no está legalmente reconicido) “es un derecho que se tiene”. Hablar así clarificaría mucho el panorama, demasiado lleno de ambigüedades, estrategias e indefiniciones calculadas.
¿Gobernar en Madrid? Duran es claramente partidario de colaborar con los gobiernos de Madrid, no a cualquier precio, sino siempre dentro de “un programa de gobierno concertado”. Y añade que “CiU se equivocará profundamente” si no decide entrar en un futuro Gobierno porque el catalanismo político debe implicarse en el Gobierno español.
¿Memoria histórica? Duran denuncia el uso “partidista y sectario” que se hace de la memoria histórica. “Algunos —dice— quieren hacer más ideología que justicia en el proceso de recuperación de la memoria histórica”, además, “de memoria histórica hay más de una, y más cuando hay más componentes de memoria que de historia”. Hay que tener “más respeto a la pluralidad”.
Conviene, a veces, destacar y recordar que, aunque sean minoritarios, también hay personajes políticos con seny en el país, cuyas voces no deben perderse en el ruido de los que más gritan para imponer su sinrazón.
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[1] Arrebato, personal pero generalmente colectivo, que lleva a gestos o actuaciones impensadas; suele producirse como reacción de enfado, impotencia o ira ante una situación. Frutos: una genialidad (Dalí) o una barbaridad: declaración de Estado independiente (Maciá,Companys)