Kliong!, a razón de cada martes, se encargará de desmenuzar el mundo del tebeo y del cómic desde una perspectiva que llama a la rotura y al trompicón. Kliong tiene más que ver con una olla que cae por torpeza que con un arrebato o un golpe, aunque a buen seguro no saldrás sin moratones.
Basado en un sueño del propio Tenreiro, La Celebración retrata el acontecer de lo que por aquí se llama fiesta de pueblo y que como tal está profundamente ligado tanto a lo solar como a la idea de ciclo, porque todo el acto de celebrar no es sólo puntual sino que conjuga el pasado y el futuro en un presente festivo que recupera la tradición viviéndola y respirándola, estableciendo patrones y motivos determinados para llevar la fiesta a buen puerto. Lleva la fiesta a buen puerto es, en el volumen que nos convoca, por ejemplo, darle de palos a un árbol para que sus flores parezcan copos de nieve que caen en un momento del año en el que se les celebra en sobremanera porque es lo que se hace con lo fértil y con lo anclado en el tiempo.
Tenreiro, a partir de motivos que son pertenecientes y determinantes a todas las culturas, construye una obra de matriz surrealista donde lo común y festivo se abre camino hacia la masacre, evento que tradicionalmente ha tenido siempre una estrecha relación con lo foráneo, cosa que no necesariamente ha de ser mala, y con ello evidencia y dibuja una gestión del tempo que forma un obra sugestiva, interesante, llena de matices que se mantienen levemente ocultos, escondidos, esperando a que el lector se interne en la obra a buscar un orden y una explicación.
Dueño de un grafismo indi, que no por bien ejecutado resulta menos obvio y cansino, este volumen acaba por resaltar una serie de condiciones propias de la narración que constituye o formula la identidad de una comunidad y plantea un relato fácilmente identificable, tanto entre los mitos populares como en los relatos fantásticos. Recurre, inclusive, a la existencia de un monstruo que lo mismo te evoca la destrucción o funciona como excusa y motor de la acción, elementos que funcionan, en definitiva, como un co-relato de la tradición popular, como gestos que ayudan a pensar la constitución de una narración común presente en todas las culturas. La elegancia en la ejecución por parte de Tenreiro, tanto a nivel narrativo como a nivel gráfico, hace de La Celebración un cómic necesario en un panorama que muchas veces prefiere lo que debería ser antes de lo que es, evitando así mirar la realidad y contradicciones a la cara, que es, precisamente, de lo que va este relato fantástico que recupera la idea de comunidad con soltura de cuerpo y muñeca. Palabrita de inmigrante.