Kliong!, a razón de cada martes, se encargará de desmenuzar el mundo del tebeo y del cómic desde una perspectiva que llama a la rotura y al trompicón. Kliong tiene más que ver con una olla que cae por torpeza que con un arrebato o un golpe, aunque a buen seguro no saldrás sin moratones.
Es curioso que los puntos altos en la producción de Comic Books tengan que ver, básicamente, con dos factores. Uno de ellos, el más importante, es la revisión en tono de parodia y sátira; el otro, básicamente, consta de reubicar a los héroes (nuestros) de toda la vida en un contexto concreto, muchas veces optando por acometer contra los propios orígenes o valores del héroe o superhéroe en cuestión. Este caso, en rigor, tiene que ver con la segunda opción pero con algunos particulares destinados a posicionarlo en el primer grupo. Con esto ya deberían ustedes tener suficiente, pero la verdad es bueno subrayar que sí, que el curro de Brubaker y Epting no solo ayuda a posicionar al género en el lugar que le corresponde sino que, además, ayuda a encontrar constantes vitales para un formato que no ha dado su brazo a torcer en cuanto a evolución. Una maravilla, oigan.
Joyas Literarias JuvenilesMi profunda obsesión con los cómics viene de pequeñajo y, dentro de eso, los tebeos antiguos forman parte importante de mi (de)formación como lector. De alguna extraña manera, a pesar de no pertenecer a la quinta que los vivió en, digamos, tiempo real, siento un incierto sabor a nostalgia al toparme con este primer volumen coleccionable y me voy, ya sin remilgos, a la época aquella en que mi abuelo me llevaba a comprar tebeos a la librería de usados que regentaba un buen amigo suyo. Ahí me enamoré de la ausencia de calidad de estas ediciones y, también, de las novelas que adaptaban y que, de forma posterior, pude leer con verdadera devoción. Pero más allá de eso, de las manifestaciones de la pornografía personal, no puedo evitar pensar que la edición de estos coleccionables linda lo innecesario. Un poco por la ausencia de un prólogo y de un curro contextualizador y, otro poco, porque entre su encantadora tosquedad y sus colores de imprenta barata no veo muchas luces de nuevos enamoramientos. Dudo, con una lagrimilla, que las nuevas generaciones vean en ellos lo que hemos visto unos cuantos. Ese algo que tan maravillosamente explica Javier Pérez Andújar en su primera novela que lleva por nombre Los Príncipes Valientes.
Los Borgia 3: El veneno y la HogueraPor tercera vez el genio, que no ingenio, del chileno psicomago se reiventa alrededor de la casta de Los Borgia o del Papa Alejandro VI, para el caso lo mismo da, y nos regala una sordida facción de una de las mayores demostraciones de abuso de poder y ausencia de moral que haya visto la historia. Aunque lo cierto es que tenemos una edad y poco tiempo que perder, además de no impresionarnos fácilmente por el contenido sexual del relato, quizás por ello notamos que el nivel de intensidad ha bajado y que para los conocedores de la obra del psicomago o del propio Manara —aish, el inconciente, qué pésimo curro el que hizo con el motorista que apodan doctor ¡Qué horror!— no habrá novedad alguna, el resultado general sigue siendo notable, divertido y, a su modo, profundamente subversivo. Esto último, ejem, pensando en usté, señora. Claro está.
Low MoonSe suele mentar por allí acerca de lo que es o no es historieta, una discusión que muchas veces puede resultar bizantina pero que es necesaria a fin de asumir las posibilidades y capacidades de un medio que, aish, casi que no podría estar en mejor forma de la que está hoy a primera hora. No hablo sólo del giro y del vuelco que los subgéneros han tomado sino que me refiero, también, al desprejuicio que sigue reinando en los artesanos y en alguna facción del mundo editorial. La discusión, igualmente, creo que se zanja con algo tan simple como la predisposición a narrar, un elemento que está más allá del número de cuadros por página o de la posición y dimensiones de los mismos. La narrativa en cuadritos con dibujos es, de hecho, un campo en el que las historias que nos quiere narrar ese noruego de apellido, al menos uno de ellos, impronunciable que lleva Jason por nombre y firma. Inigualable su noción de la narración, que da varios puntos a favor del lector, en las cinco historias que componen este volumen, sobretodo por su sentido del humor y su capacidad de consensuar los desenlaces sin un abigarrado sistema de valores detrás. Muy grande, señora, muy.
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Hace tiempo que no lo haciamos, pero cabe la posibilidad de adelantar y recomendar dos cosas que, de un modo accesorio y ligado a las lecturas, son indispensables para seguir con esta lógica del disfrute que vamos haciendo. Ahí vamos.
Uno. Juanjo Sáez ha parido una serie de animación en catalán que va de la crisis de los treinta y de otros aspectos de nuestra contemporaneidad y que pueden seguir aquí. El piloto, aquí abajo, les dará el resto de las pistas.
Dos. El 25 de septiembre de este mes sale a la calle la primera novela de uno de los agitadores culturales que más se admira y quiere en esta santa casa. El mítico místico Mike Ibáñez, autor de libros del talante psicotrónico de ¡Zap!: Caos, capitalismo y televisión (Ediciones Futura, 1995) y pOp cOntrOl (Ediciones Glènat, 2000), da pie a una novela tabloide que lleva por nombre ultraBrutal y que todos ustedes deberían agenciarse y leer. Aquí, un fragmento.
2009-09-17 01:46
Me encanta el trabajo que ha hecho Brubaker con los personajes antiguos del Capi…Buenísimo, claro.