Kliong!, a razón de cada martes, se encargará de desmenuzar el mundo del tebeo y del cómic desde una perspectiva que llama a la rotura y al trompicón. Kliong tiene más que ver con una olla que cae por torpeza que con un arrebato o un golpe, aunque a buen seguro no saldrás sin moratones.
La idea de la referencialidad es tramposa porque supone un debate que no tiene muy claro donde asentarse en cuanto a la crítica cultural por varias razones: porque la idea del autor sigue rigiendo cualquier debate estético; porque no se sabe si considerar Autor —sí, con mayúsculas— a un sujeto que mezcla con gusto y ganas elementos que forman parte de su imaginario y, por ende, del imaginario de unos cuantos; porque supone un acercamiento sin retruécanos a la cultura popular y, esto ya lo sabemos, es aquella fracción o parte de la cultura que cuando niños se encuentra claramente fuera de la escuela. La cultura que es realmente divertida e interesante. Sin complejos ni malas ideas, ¿eh? Prueben ofrecerle a un niño entre leer un tebeo o hacer sus deberes. Pero bueno, a lo que íbamos: uno de los personajes que más ha sufrido este debate es el director Quentin Tarantino, el hombre de las referencias, quien ha compuesto obras sobre-escribiendo un guión con aclaraciones del tipo: “Esta escena va a tener las luces de TAL PELICULA, el movimiento de cámara será como en TAL OTRA PELICULA, y la posición de la actriz será como en ESTA OTRA PELICULA” algo que, a todas luces, tiene relación directa con el modo de componer una obra, ergo es autor. Pero el llamar a la figura de Tarantino no responde a otra necesidad que a la replicar un momento de su celebre segunda parte de_Kill Bill_, esa donde Bill, encarnado por el gloriosamente fallecido David Carradine, le espeta a Beatrix Kiddo (Uma Thurman) la siguiente perorata:
“Como sabes, soy bastante aficionado a los cómics. Especialmente a los de superhéroes. Encuentro fascinante toda la mitología que envuelve a los superhéroes. Cojamos a mi superhéroe favorito, Superman. No es un gran cómic. No está especialmente bien dibujado. Pero la mitología… la mitología no es solamente grandiosa, es única. Uno de los elementos principales de la mitología del superhéroe es que hay un superhéroe y hay un alter ego. Batman es en realidad Bruce Wayne, Spiderman es en realidad Peter Parker. Cuando ese personaje se levanta por la mañana, es Peter Parker. Tiene que ponerse un disfraz para convertirse en Spiderman. Y es ahí, en esa característica, donde Superman es único. Supermán no se convirtió en Superman. Superman nació Superman. Cuando Superman se levanta por la mañana, él es Superman. Su alter ego es Clark Kent. Su traje con la gran S roja es la manta que le envolvía siendo un bebé cuando los Kent le encontraron. Ésa es su ropa. Lo que lleva Kent
las gafas, el traje de negocioses el disfraz. Es el disfraz que Superman lleva para integrarse entre nosotros. Clark Kent es tal como Superman nos ve a nosotros. ¿Y cuáles son las características de Clark Kent? Es débil… es inseguro… es un cobarde. Clark Kent es la crítica de Superman a toda la raza humana”.
¿De verdad es sólo eso? ¿De verdad es solo la Crítica de Superman? ¿Tenemos que olvidar por cojones que la idea de Superman, su génesis, parte de la ejecución errónea de un enunciado filosófico que prácticamente todo el mundo entendió mal? ¿Por qué para posicionar un objeto cultural tenemos que olvidarnos de su concepción? Es decir, ¿para hablar de la creación de un héroe que nace de la parodia de un mal —un mal con clase y saber estar, por cierto— es necesario bajar a los abismos del mito?
La respuesta, las respuestas, en este tutubo:
Todo depende, en realidad, de la situación de peculiaridad. La vuelta de tuerca es muchísimo más completa a la vez que simple si se desarrolla a partir del humor y se aniquila la posibilidad de que exista Clark Kent porque, en rigor, no todos somos Clark Kent sino que disfrutamos de su impostura en función de un encorsetamiento que convoca, en realidad, una operación propagandística. Recuerden el final de lo que acaban de ver y el enunciado de la génesis de Superman, ese mal absoluto que quiere el poder absoluto de el mundo en absoluto. Por eso volveremos a Millar y a su Superman Rojo. Dentro de Nada, lo juro.
2009-07-22 19:51
Muy bueno el ejemplo de Monthy Python. Y ahora llegamos adonde queríamos: a Mark Millar y su mejor obra.
2009-07-29 15:55
Le confieso que el ultimo parrafo me ha parecido muy oscuro y no entiendo la tesis. De todos modos, hasta ahi, estupendo.