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Kliong! por Carlos Acevedo

Kliong!, a razón de cada martes, se encargará de desmenuzar el mundo del tebeo y del cómic desde una perspectiva que llama a la rotura y al trompicón. Kliong tiene más que ver con una olla que cae por torpeza que con un arrebato o un golpe, aunque a buen seguro no saldrás sin moratones.

Angustia de silencio



Recién leído el sexto número de Kick-Ass, la sensación es la de estar presenciando una especie de sublimación de la violencia y poco más. Sí, poco más. Más allá de la impecable labor del tandem conformado por Mark Millar y John Romita Jr., dicha sensación no difiere en demasía con la que te pueden producir películas como Crank o Battle Royale. Quiero decir, una vez consumido el producto no sabes muy bien cómo tomarte el Todo porque acabas de presenciar una ceremonia donde el interés intrínseco de los autores es aderezar una ficción hasta alejarla casi completamente del costumbrismo, lo que siempre se agradece; aunque, en realidad, donde terminas de conectar es a través de la más pueril de las verdades o necesidades humanas: La Supervivencia y, sobretodo, la Permanencia. Esto, que podría sonar a paradoja, tiende a sustentar más de un discurso en la necesidad de estar al día y responder con todo a última hora porque vivimos, querámoslo o no, en una Realidad Tabloidea™.

A día de hoy, con la televisión sumida de pavor ante el Media—Made—Me—Do—It™ que suele usarse como excusa para niños que matan a otros niños en las escuelas, la posibilidad de hacernos saber de la violencia, de su existencia, es menester, como desde hace la tira, de los formatos no del todo estandarizados o aceptados por la academia. Pasó con el Cine en diferentes momentos históricos, sobretodo en tiempos de agudas crisis morales, y pasó con el tebeo hace casi 50 años, cuando era la Cultura Popular Toda y hoy a primera hora, no se lo pierdan, pasa con la TeVé, como bien nos señala el maestro Absence en su blog:

Sin la exhibición pública y masiva de sexo y violencia no hay cambio social.

Ante esto les menester obligarnos a ponernos otra vez con el tema del soporte, ya que suele ser o resultar el límite más complicado de saltar o sobrepasar por las dotes narrativas de un autor, sobretodo cuando el al soporte se le atañe de forma directa las propiedades de un formato como una especie de cánon moral insalvable; a partir de esto podríamos enraizar la discusión en el tema de los superhéroes, en la necesidad intrínseca de ser uno de ellos en el joven Dave Lizewski. Necesidad que no supone en ningún caso la búsqueda de justicia sino que, muy por el contrario, se sostiene en la popularidad y en el rollito este del viejo lector de tebeos de superhéroes que tan bien explica Alan Moore si haces click aquí y que se sostiene, a su modo, en la respetabilidad y en la vergüenza.

No me miren así. Esto de la presencia de violencia como límite de un formato implica, por sí mismo, un avance ante un panorama que se ha vuelto profundamente agotador a razón de multitud de carencias existenciales y dramones de telenovela o slice of life, porque resulta de lo más alentador ya que no implica, necesariamente, una desvalorización particular. Al coger Kick Ass intento aislarme de la ilusa y cansina reivindicación del género, sobretodo por parte de Millar, ya que más allá de eso el resultado de la lectura podría suponernos una importante e interesante nueva lectura del soporte, dándole un vuelo que desde todas sus ascepciones puede ser subversivo: involucra a niños, involucra ausencia de altruismo y sobretodo, violencia a cascoporro. Algo muy similar, tanto en sensaciones como en factura, a lo que supone el cine de género italiano de hace un par de décadas, lo que, a buen seguro, nos plantea una serie de preguntas muy interesantes:

Si el expresionismo alemán antecedía al nazismo, el cine de caníbales a Berlusconi, la Hammer a la Tatcher y el terror de la universal era una respuesta a la crisis del 29’… ¿Qué antecede la dimensión violenta de lo superheroico?¿Qué implica esta sumisión en lo cotidiano en materia superheroica? ¿Donde va a parar la reivindicación de un formato ya previamente vapuleado y capado por el Comic Code?

Una serie de preguntas que, repito, visto el panorama resultan de lo más alentador.

Carlos Acevedo | 05 de mayo de 2009

Comentarios

  1. Alberto
    2009-05-05 23:39

    ¿Y tienes alguna hipótesis sobre una posible respuesta?

  2. Dr Zito
    2009-05-06 03:16

    “Si el expresionismo alemán antecedía al nazismo, el cine de caníbales a Berlusconi, la Hammer a la Tatcher y el terror de la universal era una respuesta a la crisis del 29’”

    Estando de acuerdo con la ultima relacion, no veo absolutamente ninguna causalidad entre los otros tres pares. El expresionismo fue una manifestacion de un pais enfermo que si, en efecto, desemboco al nazismo. Por otro lado tanto el cine de canibales como la Hammer precedieron en mucho a los reinados del caimano y la Dama de Hierro.

  3. Carlos
    2009-05-06 11:03

    Alberto, mi hipótesis es que se va a liar parda con la gente de los extraradios como protagonista, que los carteles de droga formarán partidos políticos en sudamérica y que Japón le va a ganar la final del mundial a España.

    Zito, no lo ha entendido. O no tiene clara las fechas no. Si que tienen relación, aunque en el caso de Italia e Inglaterra no hablamos sólo de países enfermos sino de lo que ocurria en el eje de las grandes transformaciones políticas y sociales. Las cosas a partir de la postguerra funcionaban más rápido pero, no se olvide, reinaba la monserga. Nadie iba a prometer eliminar a los judios y cambiar todo en un pis pas, los procesos son análogos no iguales.

  4. Dr Zito
    2009-05-06 12:56

    Tome el caso de Inglaterra. Esta muy clarito que lo que precipito a la Thatcher fueron las turbulencias de los 70, las huelgas, el sindicalismo radical, un socialismo en alza. La Hammer no solo comenzo a fines de los 50 sino que ademas no guarda ninguna relacion ni es en absoluto sintoma de todas esas turbulencias (como por ejemplo el cine de zombis si podria serlo de la convulsa italia de los 70). Pero bueno, si usted tambien se quiere apuntar al carro de “no dejes que la realidad te estropee una buena teoria” entonces no hay mas que hablar. Pero eso si, no me sea condescendiente.

  5. Carlos
    2009-05-06 22:27

    No, no, no soy esa clase de striper. De hecho, siquiera pienso que sea una buena teoría…

    En la época más convulsa, con los mismos datos que usté refiere, se dedican a las secuelas —y qué secuelas— y a ir parando los cimientos de las series que hicieron durante los ochenta. No ponían Zombis, no — aunque sí chicas en las cavernas—, pero no se olvide que era sintomático (a Hellblazer me remito y a Grant Morrison) comparar a la Tatcher con los vampiros en según qué círculos y en según que manifestaciones. ¿Es el tipo de vampiro de toda la vida? No, a buen seguro no, es el exploit de vampiro. Lo bonito de los 7 vampiros es otra cosa también, por cierto. Se lo explicaría en largo, pero me da una pereza que no se imagina.

    Y claro, que eso tampoco lo ha pillado, con italia no me refiero a Zombis sino a caníbales (no es necesario ser zombi para comer carne humana) y al género Mondo en general.

    Por cierto, yo cuando escribo a mano tiendo a hacer los 5 como 3, por eso le perdono que no sepa que La Hammer comienza a fines de los 30’s.


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