Alber Vázquez es escritor. “El mundo gira sobre un eje podrido” es una columna de opinión que se publica todos los lunes y que alberga como firme propósito convertir a este planeta en un lugar más habitable donde los hombres y las mujeres del mañana puedan compartir su existencia en condiciones igualdad y justicia. Estamos seguros de poder lograrlo. El mundo gira sobre un eje podrido dejó de actualizarse en abril de 2008.
No hace mucho, una amiga me preguntó si prefería que se murieran mil chinos o mil ballenas. Yo, sin pensármelo dos veces, contesté que, obviamente, mil ballenas: las ballenas son bichos y los chinos, personas (por no hablar de que no conozco personalmente a ninguna ballena y sí a unos cuantos chinos). A mi amiga, la pobre, casi le da un patatús: ella, por su parte, prefería que palmaran los mil chinos. Es que no le cabía la menor duda. Ni color, vamos. A fin de cuentas, argumentó, chinos los hay a manta y las ballenas escasean. Es que mi amiga es de un despierto que tira de espaldas.
Sin embargo, bien mirado, lo que la chaturri dice es rotundamente cierto. O sea, que el argumento, cuando lo piensas, resulta apabullante. Chinos tenemos para dar y tomar. En China, sin ir más lejos, hay unos 1.300 millones. En cambio ballenas, ¿cuántas ballenas hay ahora mismo en circulación? Yéndonos a, por ejemplo, la ballena azul, ese simpático bicho que se alimenta sólo de krill, no habrá, dicen, más de mil ejemplares vivos. Son pocos, la verdad. Eso sí, si de mí dependiera, haría que existieran muchos más. Millares, centenares de millares, yo qué sé: todos los que se pueda. Lo que dé el océano majestuoso. Es un animal que cae bien, la ballena azul, con su inmensa boca barbada, sus ojos tristones y su nadar cansino. Sí que cae bien, carajo. Ya digo: ojalá se salven de la extinción. Es, la humana, una especie podrida que no sabe más que perpetrar el mal y que es, sin el menor atisbo de duda, responsable de que un ser tan maravilloso como la ballena esté a punto de desaparecer para siempre de la faz del planeta.
Ahora bien: si un solo chino está en juego, por mí pueden irse a la oscuridad de los tiempos las ballenas, los rorcuales, los delfines, las focas y la puta madre que los parió a todos. Está claro: un chino a cambio de todos los bichos habidos y por haber. Porque el bicho es bicho, y la persona, persona. Ya está dicho.
Foto (cc) Dynamic City Foundation. Dos soldados chinos prometiéndoselas felices sin saber que su existencia vale menos que el culo de una ballena.
Y mira tú que si me dan oportunidad de conocer personalmente a los mil chinos de marras, estoy seguro de que los aborreceré de inmediato. La gente, en las cortas distancias, me carga un huevo. Pero como me los plantean así, en masa, en plan Fuenteovejuna, pues los salvo del precipicio. Es que yo soy un humanista, no lo puedo remediar, y en el fondo de mi corazón anhelo que algún día la cordura se haga dueña de nuestro entendimiento y nos salve de la idiotización total.
Mientras ese luminoso día adviene, que se jodan las ballenas. Que se jodan las ballenas si son a cambio de personas. Que se jodan todas las focas a las que un anormal les parte el cráneo con una maza para no estropear su piel. ¿Qué pasa? ¿Que ya hemos perdido tanto el norte que preferimos, como prefiere mi amiga, salvar bichos antes que salvar personas? ¡Por una simple cuestión numérica! Un millón de chinos por cada ejemplar de ballena. Caray, Alber, pero es que la respuesta se desprende ella solita.
Lo peor de todo es que mi amiga no es mala. De verdad, la conozco y sé que está dispuesta a hacer por los demás cosas que a mí jamás se me pasarían por la cabeza. Desinteresadamente, digo, en plan de aquí estoy yo y vengo a echar un cable en lo que haga falta. Es capaz de argumentar con fundamento ante problemas sociológicos de calado y arguye con lucidez. Pero la pobre desbarra cuando se le plantean problemas sencillos. Problemas como el de los chinos y las ballenas. “¡Alber, los chinos, mata a los chinos, que hay tropecientos mil!”, me decía, con la vena del cuello hinchada. “Que no, que no”, me defendía yo como podía: “que los chinos son homo sapiens, demonios, y que uno, así a bote pronto, salva siempre al congénere”. “Pero, Alber”, insistía ella, “que la biodiversidad va a verse seriamente dañada con la extinción de las ballenas”.
Pues vale. Yo, porque en aquel momento no tenía frente a mí el botón de la destrucción masiva de todos los mamíferos marinos del universo, que si no, te lo juro, lo aprieto. Por la República Popular China. Y por la dignidad de toda la raza humana. Total, de idiotas no vamos a salir, ¿no? Pues eso. A moralista chorra a mí no me gana ni el bedel de Greenpeace.
2007-05-07 11:22
Estoy contigo, Alber, incluso en eso de que, conocidas una por una, igual las personas que pienso que valen siempre más que los animales (aunque sólo sea porque son de mi especie) seguramente me caerían fatal. Ya ves, hasta salvaría antes a tu amiga que a la ballena. Espero que me perdonara tu amiga.
Un saludo
2007-05-07 17:56
Curioso dilema moral. Para ser rigurosos, se trata de mil japoneses o noruegos o mil ballenas. Yo tengo mis dudas. Y eso que noruegos hay menos que catalanes.
Sé que no tiene que ver, Alber, pero no puedo evitarlo. Va de acupuntura:
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=403297&idseccio_PK=1021
Un anestesiólogo de San Juan de Dios cura dolores en piernas inexistentes con medicina inexistente. Genial.
2007-05-07 18:28
Buenísimo el enlace, Carlos. Ya lo había visto. Me parece demencial. Tanto que, por mi parte, he escrito a la consejera de Sanidad de la Generalitat para quejarme educada, al tiempo que enérgicamente, por tamaño desaguisado. Reproduzco el texto e invito a enviar copias:
——————-
Marina Geli, consejera de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Catalunya <consellera.salut@gencat.net>
Estimada señora,
He leído en la prensa de hoy que un anestesiólogo del hospital infantil de Sant Joan de Déu, de Espulgues, practica la acupuntura con total impunidad en un hospital que, entiendo, se halla bajo la tutela de su departamento. Le hago notar que la acupuntura es una pseudociencia basada en rituales mágicos que carece de cualquier fundamento científico y que, por lo tanto, debería estar lejos de un sistema sanitario razonable como es el catalán.
Me encuentro escandalizado y alarmado por esta noticia y, por todo ello, le ruego que dé los pasos oportunos para alejar el curanderismo del sistema sanitario catalán.
Atentamente,
Alber Vázquez
2007-05-07 19:25
La verdad, Alber, es que expuesto del modo que lo haces es difícil diferir de tus argumentos. Por eso, solventa mis dudas si lo tienes a bien: ¿la elección de los 1000 chinos antes que las mil ballenas, es puramente un acto de supervivencia? Es decir, ¿responde exclusivamente a una manifestación consciente de un impulso inconsciente de mantener la propia especie?
Y otra, que aunque creo que está bastante claro quisiera despejar dudas: ¿salvar ballenas impide salvar humanos? ¿viceversa?
Ah, y dime dónde vive tu amiga… más que nada porque no me pille con un arenque bajo el brazo.
Saludos
2007-05-07 19:37
Escojo a los chinos porque me caen más simpáticos que las ballenas. En general, prefiero a las personas antes que a los bichos. Y no, no es por supervivencia de la propia especie: mueran los mil chinos o las mil ballenas, yo me quedo tan tranquilo y en nada peligra nuestra supervivencia.
En cuanto a lo segundo, obviamente salvar a los unos condena a la muerte irremisible a los otros. Es lo que tiene la demagogia: que puedes poner todas las condiciones chorras que se te ocurran.
Ah, y mi amiga… Básicamente es una idealista, la pobre. Y una víctima inocente de la LOGSE.
2007-05-07 23:30
Pues si solamente es cuestion de gustos, no le veo lo idealista ni lo victima a la amiga. Total, solo le caen mejor la ballenas que los chinos, noruegos o argentinos.
Yo prefiero un buen bistec a tener que platicar con algún —a mi parecer— pesado y es solo cuestión de gustos.
2007-05-07 23:36
Luis, desengáñate: nada supera a una buena discusión estúpida llevada al límite. Nada. Ni el sexo. Bueno, el sexo sí.
2007-05-07 23:38
Coñe, Alber, mis preguntas iban en serio. Así no se vale.
Saludos
2007-05-11 10:05
¿Y franceses?
Porque ahí la cosa cambia.
2007-08-15 17:10
Pues por mí, China entera se podría hundir en el oceano, llámenme mostrenco si quieren. Yo pienso al revés: los chinos como individuos pueden ser bellísimas personas, pero como colectivo son nefastos…
¡Cuidado, no me malinterpreten que les veo venir! No estoy abogando por ningún genocidio, ¿de acuerdo? No soy ningún nazi, no quiero hacer daño a nadie, pero desde luego no seré yo quien se preocupe por la suerte de China. Hale, ya lo he dicho. Demonizadme si queréis. Un saludo