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El mundo gira sobre un eje podrido por Alber Vázquez

Alber Vázquez es escritor. “El mundo gira sobre un eje podrido” es una columna de opinión que se publica todos los lunes y que alberga como firme propósito convertir a este planeta en un lugar más habitable donde los hombres y las mujeres del mañana puedan compartir su existencia en condiciones igualdad y justicia. Estamos seguros de poder lograrlo. El mundo gira sobre un eje podrido dejó de actualizarse en abril de 2008.

Miedo y asco en El Gran Bilbao

No hará ni un año de lo que sigue. Estaba yo parado en un paso de cebra justito frente a la puerta de El Corte Inglés de Bilbao. Total, que se pone la luz verde y comienzo a cruzar la calle. En esto que aparece un linternero de Baracaldo en un kadett familiar a toda hostia por mi derecha y ¡zumba!, a tomar por culo, el Alber por los aires. Y luego, al asfalto claro. Con todas las de la ley. Total, que aquí somos todos vascos hasta las cachas y cojo, agarro y me pongo en pie de un salto y aquí no ha pasado nada. Un poco de polvo, que estás calles no las baldean hace ni se sabe el tiempo. La contrata de la limpieza, que es un asco.


Foto (cc) mirubeltz.

Por mi propio pie, vuelvo a la acera (para entonces, el linternero de Baracaldo, que también era vasco y se empeñaba en pagarme una ronda, había detenido el kadett en la acera) y ahí comienza lo gordo: empiezo a sentirme mal, la vista se me nubla y estoy a punto de irme al suelo. De hecho, acabo yéndome. El golpe no había sido tan poca cosa como parecía. La siguiente media hora la tengo borrosa. Recuerdo las botas de un policía (luego me dijeron que casualmente pasaban por allí, sí, como si la policía fuera tonta) y la sirena de una ambulancia. Salen los camilleros, una médico que llevaba sostén pero que, dada mi lamentable situación, por mí como si iba con las tetas al aire, y entre todos, diagnostican que para el hospital. Y hala, a toda hostia por un Bilbao en hora punta y con las sirenas de una ambulancia dando el coñazo a todo Cristo. Esto es algo que no puede contar cualquiera.

Lo que viene a continuación, tampoco. Llego al hospital y como la cosa estaba abarrotada, me dejan en un pasillo de urgencias. Es decir, yo tumbado en una camilla, incapaz de moverme porque me dolían hasta las uñas de los pies, y un mundo de gente yendo, viniendo y lamentándose de lo perra que era su vida. A la media hora, más o menos, me di cuenta de que si no movía un solo músculo, el dolor se convertía en bastante soportable. Eso sí, nada de intentar girar la cabeza: en ese caso me atacaba un dolor que yo, que nunca he tenido la regla, me veía incapaz de soportar. Así que quieto, mirando el falso techo de un pasillo de urgencias del hospital más grande de Bilbao.

Tres horas y media me tuvieron en aquel maldito pasillo. Tres horas y media, que se dice pronto. Luego me hicieron unas radiografías y al médico hasta le sentó un poco mal que no tuviera nada roto. Unas contusiones de aquí te espero, pero nada grave. Una noche en observación, por si las moscas, y a casa. Pero lo bonito del caso viene ahora: en aquellas tres horas y media en las que estuve en aquel pasillo, oí cómo deambulaban junto a mí decenas de personas. Gentes de todo tipo y condición y, sobre todo, unos cuantos grandísimos hijos de puta. En la vida olvidaré, por ejemplo, la voz de una zorra que trataba de convencer a una señora mayor, su madre, de que su mal no era para tanto. Resulta que la muy puta de la hija se había quedado sin tabaco. Como lo cuento. Y o salían de allí e iban a comprarlo, o le daba un pasmo a la muy sinvergüenza. Su pobre madre enferma en urgencias y la puta de los cojones tratando de escurrir el bulto para ir a por ducados. No sé qué pasó. Al final, dejé de escucharlas porque se alejaron del lugar en el que yo estaba. Supongo que la viejecita acabaría transigiendo y que la puta de la hija habría podido ir a por su dichoso tabaco.

Ojalá que un linternero borracho de Baracaldo pasara con su kadett familiar por allí en aquel preciso instante. Ojalá.

Alber Vázquez | 26 de marzo de 2007

Comentarios

  1. Marcos
    2007-03-27 17:11

    Para mí es un auténtico misterio el porqué el estado de la sanidad española no es una de esas “preocupaciones” principales de los españoles en las encuentas; es más, cabe preguntarse por qué ese motivo no provoca una revuelta con barricadas, guillotinados y esas cosas. Asumimos las listas de espera, que nos aparquen en un pasillo del hospital, que nos atiendan 2 horas después de la hora de la cita, que nos pasemos otras dos horas buscando aparcamiento… como quien asume las almorranas: joden, molestan a cada paso, pero no hay na que hacerle.

    Saludos.

  2. joseluis
    2007-03-27 19:29

    ... que nos den hora en el médico de cabecera para dentro de dos semanas y media … sí, Marcos, tienes razón. Y todo eso en la que dicen que es la octava economía del mundo mundial, cuya economía va super y megahiper. Son cosa de los medios de (in)comunicación, siempre llenos de los más detallistas matices de las más completas tonterías.

    Voy a ser un poco burro, ya me comprenderán por el contexto : ¿os creeis verdaderamente que el terrorismo sea una de las principalísimas preocupaciones de los españolitos, según afirman tropecientas encuestas sin padre ni madre?

  3. Agustín
    2007-03-27 20:35

    No, una de las mayores preocupaciones de los españolitos es cuando dejarán los políticos de hacer el bobo.

    Desde donosti pero también podía haber pasado aquí

  4. Ana Lorenzo
    2007-03-27 21:20

    Alber, siento tu “atropello” pero me he reído mucho con tu narración en el primer párrafo (bueno, tras enterarme de qué narices es un linternero porque lo cierto es que un hacedor de linternas me parecía más sospechoso que un agente especial).
    Lo del miedo y el asco en urgencias, abandonadito, y con semejante cruella de vil tratando de engañar a la pobre anciana que tiene en sus manos por un mísero minuto de nicotina es para demandar a sanidad; que saldrá uno con los huesos recompuestos pero con el corazón por los suelos.
    Un saludo

  5. Alber
    2007-03-27 21:56

    Lo que son las cosas, yo pensaba que linternero era un término de uso común y ya eres la octava (más o menos) que no tenía ni idea. Pues por aquí un linternero es el señor que, por ejemplo, te pone los tubos de la calefacción. Sueldan con estaño y cosas así de chulas. Como un fontanero, pero en fino. Viven en lujosas mansiones situadas en las afueras de las ciudades y son los responsables de que el servicio doméstico de cofia y delantalito haya resurgido del olvido. Y si alguien no me cree, que llame a uno y espere la factura.

  6. joseluis
    2007-03-27 22:47

    Sé de un escayolista al que le llega para (horrorosa) mansión en (horrorosas) afueras, servicio, BMW e hija estudiando en internado suizo. No se piense que tiene multitud de empleados, no: son dos y el segundo es su hijo. Con BMW también, por cierto.

  7. Cayetano
    2007-03-28 01:12

    No había escuchado eso de linternero, plomero o más aproximado lampista. De todas formas, así como los médicos antes fueron curanderos o barberos, los plomeros, lampistas o gasfiteros pasan a ser fontaneros (el sistema circulatorio humano es muy similar a uno hidraúlico). Un fontanero autorizado (agua, gas, etc) ha de conocer algo la legislación y su oficio, tienen que disponer de autorizaciones gubernamentales y pasar pruebas …

    Afortunadamente, los padres, siguen menospreciando estos oficios lo que redunda en la escased de buenos profesionales. Hay pocos, mucha demanda, caros :)

  8. Cayetano
    2007-03-28 01:18

    Las prisas … Quedaba algo en el teclado. Pagué más a gusto la factura (hace un año) de la instalación de fontanería de toda la casa, que la minuta del notario por la hipoteca y des-hipoteca de la casa. ¿Exactamente que hace un notario?. ¿Dar fe? Ya puestos ¿Por que no incluye, tambien, la fontanería?


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