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Computacion creativa y otros sueños por Francisco Serradilla

Francisco Serradilla es poeta y doctor en Informática. Su línea principal de investigación se refiere al desarrollo de Softbots (Robots Software) y Agentes Inteligentes en Internet. Ha colaborado abundamentemente con Almacén como articulista. Computación creativa y otros sueños se publicará los 25 de cada mes.

En la fiesta

Nada más llegar la vi, encantadora, vestida de un blanco puro que destacaba sobre las cortinas oscuras de la sala. En ese momento sonreía.

Tenía que hablar con ella, preguntarle quién era, decirle que nunca más podría permanecer lejos de su lado.

Intenté acercarme, lentamente, pero ella se alejaba hacia otros grupos. Parecía disfrutar con ese devenir a lo largo y ancho de la sala, a veces deteniéndose un momento a hablar con algún tipo azul o verde, a veces pasando de largo con la gracia de un planeta.

Todo mis esfuerzos de aproximación estaban resultando inútiles. Sutilmente, cada vez que yo iniciaba un movimiento, ella se alejaba. Era como en esos sueños en los que uno nunca consigue llegar al destino, o como en la vida real, en la que simplemente no hay destino.

Durante unos momentos rotó alrededor de la zona de los canapés, y creí que iba a conseguirlo. Cuando me encontraba a sólo unos metros, huyó a toda velocidad en dirección contraria, rebotó en la pared elástica y cruzó hacia la esquina opuesta de la habitación.

Ahora lo sé. Me rehuye voluntariamente. Ni siquiera me conoce, pero está genéticamente determinada a huir de mí… es aquello del coeficiente atractivo / repulsivo, que dicen los físicos, que ahora conocen las ecuaciones completas de nuestro mundo.

Yo poseo, con respecto a ella, un coeficiente atractivo y un exponente bajo. Las leyes de la física determinan que siempre debo aproximarme suavemente a mi objetivo. Sin embargo, con respecto a mí, ella posee un coeficiente repulsivo y exponente elevado, lo que hace que al sentir mi cercanía inmediata se aleje convulsivamente. Otros muchos la atraen, pero yo no. Está escrito en sus genes.

Las leyes del universo son inexorables.

Nota: para ver la segunda parte (simulación) del artículo es necesario tener instalada la máquina virtual de Java.

Más información.

Francisco Serradilla | 25 de octubre de 2007

Comentarios

  1. Cayetano
    2007-10-25 03:36

    No sé porqué razón no consigo ver el programa java en LdN y si en el enlace original . Bueno …

    Muy interesante, recuerdo una simulación parecida en la que se representan empresas y como algunas son absorbidas para el engorde de otras o cómo nacen los monopolios. No encuentro el enlace, era realmente curioso, explicaba muy bien los procesos de concentración de poder.

  2. Paco
    2007-10-25 11:30

    Gracias por el comentario, Cayetano. Si encuentras el enlace ponlo por aquí, me parece muy interesante. Sobre la ejecución en el enlace original, no es exactamente el mismo applet; lo he modificado para la ocasión ;-)

    He puesto una copia exacta de éste aquí.

    De todos modos dime qué tecnologías estás usando (SO + navegador) a ver si lo pruebo.

    Por cierto, hablando de la modificación, a los lectores que no se hayan dado cuenta, he de decir que los personajes del cuento ESTÁN en el applet. ¿Los habéis descubierto?

  3. Miguel A. Román
    2007-10-25 13:24

    Pues sí: tú eres el tipo de rojo, y ciertamente te comportas como lo que ella solo puede entender como un pesado moscón.

    Pero te puedo decir cómo acaba, al menos en uno de los universos posibles: en un momento determinado la arrinconas y caes encima de ella. Yo diría que estás.., bueno, que estáis… ya me entiendes, el que la sigue…

    Así que, discretamente, repartí unos puntos de atracción por el otro extremo de la sala, ya sabes, para que tuviérais intimidad. De nada.

  4. Cayetano
    2007-10-25 16:56

    Utilizo Firefox (2.0.0.8) bajo Linux. No podía ver la versión de LdN según la consola de java porque tenía instalada una versión “minor”. Me he actualizado y ahora todo se ve estupendamente :)

    Cuando tenga un ratito buscaré el juego empresarial …

  5. Paco
    2007-10-25 18:04

    Bueno, en realidad no era yo, era mi alter ego, pero por lo demás el diagnóstico es perfecto. Incluso lo que que, en ciertos universos -sólo en algunos, no sabemos si por un fallo en la simulación-, al final el pobre tipo rojo lo consigue.

  6. Ana Lorenzo
    2007-10-25 21:39

    Caray, Miguel, yo precisamente creí que el tipo de rojo no era porque la había conseguido el primero. Luego puse una golosina sin querer al hacer click en la parejita y se os han echado todos encima, y me he quedado pensando si serías el morado o el gris, Paco, que ni con golosina. Pero he leído la solución (gracias, Miguel).
    Paco, si la golosina la pones en el medio, casi no cae gente; si la pones pegada a la pared, caen como moscas. Bueno, esto lo he probado en el otro sitio. Por cierto, cuando doy a Felicity, el color verde ¿es el feliz?, el gris, ¿el ni fu ni fa?, el rosa, ¿enfadado o qué?
    Es curioso esto.
    Ah, si pones montones de golosinas, se ponen todos verdes (felices, supongo), pero no todos se enganchan, aunque estén vacías y pasen por encima. Será que su amor ha coincidido en una golosina con dos o tres repulsivos. Como la vida misma.
    Un beso.

  7. Paco
    2007-10-26 01:54

    Sí, Ana, cuanto más felices, más verdes. Y el rojo es el cabreo. Los grises son eso, pusilánimes. Como pasa en nuestra propia simulación (¿o debo decir realidad?), la comida genera felicidad, yo diría que de un modo desmesurado.

    Y lo de pasar de largo es consecuencia de las ecuaciones: las fuerzas generan aceleraciones, pero un cuerpo acelerado pasa de largo hasta que, justo al pasar de largo, empieza a ser frenado.

    Es lo que hace, por ejemplo, que la Tierra gire alrededor del Sol.

    El complejo comportamiento que veis en este (¿cómo llamarlo?) tecnocuento, está generado por unas ecuaciones enormemente simples.

    Y, finalmente, lo de que se agrupen más con la golosina a los lados se debe a que la pared absorbe energía en el choque, de modo que los tipos no pueden escapar de la atracción de la golosina. Creo que debido a este frenado en algunas simulaciones el moscón atrapa a la chica.

    Pobrecilla.


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