Francisco Serradilla es poeta y doctor en Informática. Su línea principal de investigación se refiere al desarrollo de Softbots (Robots Software) y Agentes Inteligentes en Internet. Ha colaborado abundamentemente con Almacén como articulista. Computación creativa y otros sueños se publicará los 25 de cada mes.
Siempre me ha llamado la atención lo mal visto que está en España ser empresario. Para muchos, los empresarios son poco menos que la encarnación del mal, explotadores, usureros, egoístas, déspotas. Pero yo, cuando pienso en empresarios, pienso en el dueño del bar de la esquina, en el de la papelería del barrio, en estudiantes que intentan desarrollar una idea original casi sin haberse planteado un modelo de negocio.
Es obvio que la sentencia contraria (el empresario es una persona buena que busca el bien social) tampoco se cumple: hay empresas horrendas que justamente tienen como objetivo ganar lo máximo gastando lo mínimo, como sucede, por ejemplo, en las empresas que mis alumnos denominan “las cárnicas”, y que en el sector informático suelen conocerse como “las consultoras”, no sé ya cuál es el eufemismo y cuál la palabra correcta. Y mis alumnos las llaman las cárnicas porque para estas empresas un ingeniero es idéntico a otro ingeniero, un programador es idéntico a otro programador. Se venden al peso, como la carne. Suelen vestirlos de traje, darles un pátina de lo que ellos denominan “formación” y enviarlos a otra empresa a “prestar sus servicios”. Por estos servicios cobran a la otra empresa del orden de cinco veces lo que se gastan en el empleado.
Desgraciadamente en España hay varias de éstas. Y así nos va.
Decía Carlos Cano en las murgas de Emilio el Moro, “Colócanos, cólocanos, ay por tu padre colócanos”, y también algo de eso hay. La posición del asalariado puede ser desgraciada en muchos casos, pero también es cómoda. Especialmente en un país donde la presión fiscal es devastadora.
Pero hay otro modo de entender el emprendimiento. Yo siempre lo imagino partiendo de un grupo de alumnos que deciden desarrollar una idea, más o menos original (no hay nada nuevo bajo el sol, o casi nada), más o menos factible, más o menos realista. En informática es el único modo de romper el círculo: si las empresas que hay no nos gustan, creemos otras.
Quizá por eso me he embarcado en el programa Talentum, creado inicialmente por Telefónica y al que acaba de sumarse Ericsson, que concede becas a estudiantes para que desarrollen su propia idea (sin apropiarse de ella, ojo) o para que ayuden a desarrollar las ideas de otras empresas jóvenes. Un modelo bastante norteamericano, desarrollado por Javier Santiso, que de entrada se encuentra con todos los impedimentos burocráticos de las estructuras de nuestro país, pero que a pesar de todo parece ir ganando terreno.
Al final, como siempre, lo que tenemos es un problema de maniqueísmo y demagogia política. Si el empresario es malo y el trabajador bueno o el trabajador malo y el empresario bueno se ha venido explotando por la izquierda y la derecha española durante demasiados años. Pero, como cualquier maniqueísmo, es completamente falso.
Yo creo que, independientemente de si son empresarios o asalariados, hay personas constructivas y personas destructivas. Y lamentablemente las destructivas tienen ventaja, porque en unos meses puede destruirse algo que llevó años construir. A falta de un sistema político y social que favorezca lo constructivo, necesitamos diez constructivos por cada destructivo para compensar su capacidad corrosiva.
Y se tardarán décadas en crear este sistema político y social, incluso si hay voluntad de hacerlo.
2013-06-25 11:19
Aquí en España siempre ha habido mucho interés propio y poco interés por los demás. Cada uno tira a la suya e intenta conseguir lo máximo chafando a quien haga falta por el camino. Creo que cada día son menos españoles los que tienen en mente valores como la solidaridad, pero hay empresarios que son buenos y justos, aunque sean pocos, y que no sólo buscan el beneficio propio sino también el de sus empleados
2013-06-25 16:30
Afortunadamente la crisis ha puesto en evidencia cuales son los múltiples fallos del sistema.
Cuando la situación parecía ir bien nadie se preocupaba mucho por la situación de quienes decidimos apostar por ser autónomos o montar una empresa.
No tengo muy claro cual es el camino a seguir para corregirlo, pero si tengo la impresión de que falta materia prima para crear un marco productivo que genere riqueza.
La solución no vendrá de la mano de funcionarios y/o políticos pero ambos se están dando cuenta que sin tejido empresarial ellos tampoco pueden sobrevivir, así que ahora intentan flexibilizar las condiciones
La presión fiscal no es devastadora, en todo caso está muy mal distribuida y no tiene piedad con los negocios que fracasan.
En mi opinión tenemos un sistema económico producto de una total, absoluta y generalizada falta de ética.
De como Telefónica (y otras) influyen en el poder legislativo para aplastar a toda pequeña empresa que decida meterse en su área de negocio hablaremos otro día ;)
Un saludo
2013-06-25 16:54
Por cierto, acabo de ver esto: Los recién titulados que ni estudian ni trabajan suben un 69% lo que me reafirma en mi convicción de que no hay materia prima
2013-06-25 22:03
No se trata de buenos vs. malos se trata de capitalismo vs. democracia.
La convivencia de estos dos… ¿como habría que denominarlos? ¿poderes quizá? no puede dejar de ser dificil ya que sus fines son opuestos.
El capitalismo busca el máximo beneficio a costa de lo que sea incluso de retorcer las reglas democráticas, mientras la democracia trata de hacer un mundo igualitario.
Si la democracia no logra controlar el capitalismo este domina y corrompe la democracia, exactamente lo que ahora etsá ocurriendo.
2013-06-26 00:49
Hormax: lo que quiero decir en mi artículo es que quizá es un error pensar que empresa = capitalismo y trabajador = democracia, que la realidad es mucho más compleja.
Cayetano: igual dije mal, la que es devastadora es la presión burocrática, en realidad. Como siempre muy enriquecedores tus comentarios.
Y una cosa que se me quedó en el tintero: hay un trasfondo religioso en todo el asunto, curiosamente. Para el protestantismo tener éxito y dinero es una señal de que dios te quiere, mientras que para el cristianismo la riqueza es mala per se y se debe ser humilde, es decir, asalariado, para pasar por el ojo de la aguja. Lo digo sin ánimo de llevar la discusión al terreno de la religión, sino sólo por resaltar que las tradiciones pesan más de lo que parece por muy laicos que nos queramos ver.
2013-06-26 14:04
Yo creo que más que cuestión de materia prima se trata del entorno de trabajo. La presión fiscal y urocrática es asfixiante. Trabajando desde casa (que ya supone un recorte de costes) cada mes parto de -500 euros y muchas horas metidas en asuntos que no me interesan (cuentas y demás). Visto así quienes se animan y ven estas dificultades en lugar de animar al resto servimos para hacerles ver la realidad.