Ingredientes: 2 onzas de realidad, 1 onza de ficción, 4 gotas de ironía, 1 pizca de mala leche.
Preparación: Mezclar todos los ingredientes en el procesador de textos y servir adornado con signos de puntuación. Puede completarse con ginebra, vodka, tequila…
Tras la barra cada viernes Concha Mayo, nacida en Barcelona, escritora y fotógrafa ocasional.
Me llamó en plena noche, angustiado.
“Tengo la gripe” dijo.
Si la gripe no le mataba lo haría yo, por despertarme en mitad de la noche. Pero luego pensé que, si realmente ese estornudo que acababa de oír a través del auricular podía matarle, quería estar a su lado.
Me vestí, cogí un taxi y busqué una farmacia de guardia.
Compré medicinas y provisiones, y me instalé, provisionalmente, en el lado izquierdo de su cama. Hacía mucho que había abandonado la fantasía de arrebatarle el derecho, que también era mi lado preferido.
“No pareces grave.” Le dije.
“¡Gracias por venir!”
Sobrevivimos a la noche, los estornudo y a la tos. Amanecí enredada en sus brazos y en el lado derecho.
“¿Por qué no llamas al trabajo y nos declaramos en cuarentena?”