Ingredientes: 2 onzas de realidad, 1 onza de ficción, 4 gotas de ironía, 1 pizca de mala leche.
Preparación: Mezclar todos los ingredientes en el procesador de textos y servir adornado con signos de puntuación. Puede completarse con ginebra, vodka, tequila…
Tras la barra cada viernes Concha Mayo, nacida en Barcelona, escritora y fotógrafa ocasional.
Germán escribe. Está cansado. Ya no ve el teclado. Pero sigue escribiendo. En el periódico le han dicho que sus lectores aprecian sus artículos por todo aquello que se calla, por lo que puede intuirse en los espacios que habitan entre palabra y palabra. Pero él, por más que mira y relee sus textos, es incapaz de ver más allá.
Poco a poco, día tras día, aumenta el espacio entre vocablos y la distancia entre renglones. No pasa mucho tiempo hasta que deja de escribir, eliminando de sus artículos esos molestos caracteres negros que interfieren en la lectura.
-Ahora mis lectores pueden leer entre líneas a sus anchas –argumenta ante su editor el día en que le presenta una hoja en blanco.
Lo han despedido.