Ingredientes: 2 onzas de realidad, 1 onza de ficción, 4 gotas de ironía, 1 pizca de mala leche.
Preparación: Mezclar todos los ingredientes en el procesador de textos y servir adornado con signos de puntuación. Puede completarse con ginebra, vodka, tequila…
Tras la barra cada viernes Concha Mayo, nacida en Barcelona, escritora y fotógrafa ocasional.
Tras la vigesimosegunda cena de Navidad de este año, llegué medio empachada ayer a casa con intenciones de escribir este cóctel semanal, pero al abrir la puerta me encontré con el espíritu navideño despanzurrado en mi sofá y con el mando de la tele en la mano. “¿Qué haces aquí?” Me preguntó.
“Eso debería preguntarlo yo.” Respondí. “Esta es mi casa.”
“¡Ja!” Se mofó. “Tú sólo eres propietaria de la hipoteca. No estás en todo el día, así que como la casa está desokupada, me he instalado yo en ella y ahora vivo aquí.”
En seguida entendí, que recurrir a la ley no me sacaría del atolladero e intenté apelar a su sentido de la responsabilidad.
“Pero tú eres el espíritu de la Navidad, tienes que estar ahí fuera, acompañando a los gordos vestidos de rojo de los hipermercados.”
“Ah no, querida. Ya no estoy para esos trotes. Los hipermercados son sitios muy ruidosos y llenos de gente. Se está más tranquilo y más calentito aquí. Bueno, en realidad, habría preferido irme al Caribe pero como no me ha tocado la lotería este año, aquí me quedo.”
Entre el empacho, el exceso de vino y los villancicos aún resonando en mis tímpanos, fui incapaz de seguir argumentando con ese tipejo que acababa de profanar mi TV poniendo Gran Hermano.
“¿Te importa que pase a la habitación y ponga cuatro cosas en una maleta?” Le pregunté.
“Faltaría más, querida. Ya conoces el camino. Si no te importa, no me levanto que estoy cansado.”
Salí de allí con mi maleta y cierta nostalgia, pensando que tampoco era tan grave. A fin de cuentas, el espíritu navideño difícilmente sobrevive al 7 de enero.
“Por cierto, te ha quedado muy mona la decoración navideña de este año.” Le oí decir mientras cerraba la puerta.
Así que ya véis, con tanto jaleo, no pude escribir mi historia de esta semana, pero os deseo ¡¡¡Felices Fiestas a todos!!!