Libro de notas

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Cóctel del día por Concha Mayo

Ingredientes: 2 onzas de realidad, 1 onza de ficción, 4 gotas de ironía, 1 pizca de mala leche.
Preparación: Mezclar todos los ingredientes en el procesador de textos y servir adornado con signos de puntuación. Puede completarse con ginebra, vodka, tequila…
Tras la barra cada viernes Concha Mayo, nacida en Barcelona, escritora y fotógrafa ocasional.

Síndrome de Estocolmo

Para Bernardo, las vacaciones eran algo traumático. Primero debía acostumbrarse a no pensar en sus clientes; con el mucho esfuerzo y atenciones que les dedicaba durante todo el año… Se sabía sus nombres, el de sus hijos, sus mascotas… hasta su lugar de veraneo y fecha aproximada de regreso. Y ahora, de repente, durante cuatro semanas tenía que olvidarse de ellos.

Estaba en una tumbona junto a la piscina, con los ojos cerrados y pensando que esa separación repentina debía ser algo parecido a un divorcio. O incluso peor, pues con su mujer e hijos no solía pasar tanto tiempo como con sus clientes.

Esa era la otra parte traumática de sus vacaciones: treinta días y sus respectivas noches pegadito a su mujer, a sus hijos y a otros tantos familiares que, con la excusa del cariño ancestral que debieron profesarse antepasados comunes durante el Paleolítico, invadían su piscina, vaciaban su mueble bar y llenaban el aire de voces y de olor a barbacoa.

A Marta, su mujer, no sólo no parecía importarle sino todo lo contrario; cuando había gente alrededor se transformaba, como si estuviera rodeada de clientes… se pasaba el rato sonriendo y agasajando a todo el mundo.

Bernardo había intentado, en alguna ocasión, escabullirse. Si esos pseudoparientes se sentían con derecho a invadir su piscina, él tenía todo el derecho del mundo a recluirse en el estudio a leer un libro y tomarse una copa.

Pero, por alguna de esas misteriosas razones que rigen las hormonas femeninas, Marta tenía una opinión distinta. Cuando las visitas se iban, la sonrisa desaparecía de su rostro y le montaba un drama por su falta de cortesía.

-Marta, esa gente no paga nuestras facturas, ni siquiera el colegio de los niños… se dedican simplemente a vaciarnos la despensa. –Le decía él intentando apelar a su sentido común.

Marta le miraba entonces con auténtico horror, como si estuviera ante un monstruo despiadado y cruel, y salía del estudio dando un portazo.

Respiró hondo. ¿Qué día era hoy? ¿Lunes? ¿Jueves? Le parecían todos iguales.

Oyó el timbre. Ya estaban llegando los primeros invitados. Voces. ¿Cuántos días habían pasado ya desde que empezó las vacaciones? ¿Cuatro? ¿Nueve? Volvió a oír voces.

-¡Bernardo! ¡Vaya vidorra te pegas!

Bernardo dio un respingo. Estaba completamente empapado en sudor. La tumbona, la piscina, los niños… todo se desvaneció al abrir los ojos.

Toni, su compañero de trabajo, lo miraba con asombro.

-¡Te has vuelto a quedar dormido frente al ordenador! ¡Suerte que mañana empiezas las vacaciones! ¿Dónde os vais este año?

-Hemos alquilado un iglú en el Polo Norte. -Dijo Bernardo. Y, acto seguido, tiró la BlackBerry a la papelera.

Concha Mayo | 07 de agosto de 2009

Comentarios

  1. Miguel A. Román
    2009-08-07 11:16

    Las vacaciones son un invento del capitalismo para que los currantes nos demos cuenta de lo a gusto que se está trabajando, levantándote, almorzando, cenando y acostándote a tus horas, comiendo cosas normales, los niños recluidos en el colegio y partidos de liga los fines de semana.

  2. Ana Lorenzo
    2009-08-07 13:23

    «—Marta, esa gente no paga nuestras facturas, ni siquiera el colegio de los niños… se dedican simplemente a vaciarnos la despensa. —Le decía él intentando apelar a su sentido común.» Si es que no hay nada peor que intentar apelar al sentido común andando de por medio la familia y los amigos; y mucho menos a esa consabida frase tan pero tan masculina (o al menos yo nunca se la he oído a una mujer) de «eso no paga nuestras facturas».
    Ah, las vacaciones… qué ristra de desencuentros y concesiones; lo mejor, vacaciones de aventura y cosas así :-)
    Un beso.

  3. Concha
    2009-08-08 15:38

    ¡Os deso un feliz y refrescante verano!


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