Ingredientes: 2 onzas de realidad, 1 onza de ficción, 4 gotas de ironía, 1 pizca de mala leche.
Preparación: Mezclar todos los ingredientes en el procesador de textos y servir adornado con signos de puntuación. Puede completarse con ginebra, vodka, tequila…
Tras la barra cada viernes Concha Mayo, nacida en Barcelona, escritora y fotógrafa ocasional.
Confieso que Ferran Adrià no estaba en mi mente cuando, hace un par de días, transformé un trozo de salmón fresco en salmón ahumado en cuestión de minutos.
No me cabe duda alguna de que este nuevo método de ahumado, que algunos puedan creer digno de aparecer en los libros de gastronomía, no habría ganado concurso alguno, aunque la alarma antiincendios se disparase y anunciase el evento de forma estridente y constante.
Mi compañero de piso me miró con compasión y me ofreció un plato de pasta hervida que me supo a gloria. Entendió de golpe, sin necesidad de más aclaraciones, porqué suelo evitar la cocina y porqué un invitado especial puede acabar comiendo dorada hervida, cuando no soy capaz de encender el horno.
Por suerte, tengo otras virtudes.
Y mi alarma antiincendios funciona a la perfección.
2009-04-06 01:57
que no es poco…
2009-05-23 15:17
Seguro que la dorada hervida fue la mejor dorada hervida que tu invitado especial había comido nunca. Tal vez incluso la única. A la sal, al horno, a la espalda, en papillotte,… qué vulgaridad, si eso se encuentra en cualquier sitio.
2009-05-23 19:37
Me consta que Ferràn va tras los secretos de mi cuisine “back-to-basics”, pero me estoy haciendo de rogar…