Ingredientes: 2 onzas de realidad, 1 onza de ficción, 4 gotas de ironía, 1 pizca de mala leche.
Preparación: Mezclar todos los ingredientes en el procesador de textos y servir adornado con signos de puntuación. Puede completarse con ginebra, vodka, tequila…
Tras la barra cada viernes Concha Mayo, nacida en Barcelona, escritora y fotógrafa ocasional.
Sí, sí, lo admito, la cacería con Garzón fue inoportuna. Mira que le dije, que viniera disfrazado de explorador y así, de paso, podíamos celebrar juntos el carnaval. Pero como él va siempre a la suya no me hizo ni caso y se presentó con la toga arremangada, sin brújula y sin cantimplora.
Entonces como es lógico yo me molesté. Él alegó que no estaba de humor para tonterías, que bastante estresante era tener que ir de cacería con su jefe mientras estaba de huelga y que quién era yo para recriminarle nada, pues tampoco había cumplido mi palabra de venir disfrazado.
Intenté explicarle que, en contra de lo que podía parecer, yo sí iba disfrazado. ¡Vamos! ¡Con lo que me ha costado el disfraz de cazador furtivo! Pero el juez ya estaba un poco alterado y no atendía a razones.
¡Lástima de día! ¡Con lo que me gusta a mí pegar tiros a los cornudos…! Los de cuatro patas, ¿eh? que en el parlamento no están permitidas las armas.
En fin, que fue un desastre. Entre el ataque de ansiedad del juez y que yo sin brújula no se por donde voy, acabamos él en urgencias y yo expedientado.
No pienso salir más con él.
M.F. Bermejo
P.D.: El próximo año pienso ir de “conejita Playboy”. A ver quién me reconoce.