Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Gabriele Salvatores es uno de esos cineastas italianos cuyo nombre “suena” fuera de las fronteras de su país, alguien que logró dar un pequeño salto de calidad y de proyección internacional a su filmografía y asegurarse poder hacer una película cada dos años, que no es poco. Su fama llegó principalmente por Mediterraneo (1991), una película alegre y despreocupada que se llevó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa y que puso en el mapa mundial a alguien que ya se había marcado una comedia de aventuras tan especial como Marrakech Express (1989). Desde entonces ha alternado dramas y comedias, películas de cierta consideración internacional como la inquietante Io non ho paura (2003) y chorradas como pianos como Nirvana (1997), una cosa rodada con Christopher Lambert que no hay por donde cogerla. En resumen, se ha labrado una de esas carreras que alguno llamaría de “buen artesano”, es decir, alguien que en general es capaz de hacer cine de consumo de cierta calidad y a buen nivel. No está mal.
Su última película es Happy Family (2010), una meta-comedia rodada en Milán que recupera el espíritu de Marrakech o de Mediterraneo. ¿Cuál es ese espíritu? Es el del buen humor por parte de sus personajes. Porque si hay algo que Salvatores sabe hacer es lograr que uno salga de sus películas sonriendo y, probablemente, silbando alguna de las cancioncillas que salen en pantalla.
Tiene mucho mérito lograr emitir ese buen humor a lo largo de más de noventa minutos de película, dominar ese tempo narrativo y esa construcción de personajes que hace que todo lo que aparece en la pantalla desprenda ligereza y levedad. La dificultad está en no dejar caer a los personajes en la ñoñería o en la excesiva simpleza, en bordear los abismos de la estupidez o de la vacuidad para caminar firme por el camino de la pura alegría y del optimismo. Concretamente en Happy Family ayuda su reparto bastante, sobre todo la pareja imposible de amigos que interpretan Diego Abantantuono y Fabrizio Bentivoglio, o la belleza espléndida de Valeria Bilello.
Como hago de vez en cuando, pido ayuda a mis lectores para hacer una pequeña colección de películas bienhumoradas, de esas del silbido a la salida del cine, de las que te dejan “con buen cuerpo”. Así a bote pronto se me ocurren Chocolat (Lasse Hallström, 2000) y Belle Epoque, por decir dos al vuelo. ¿Sugerencias?
2010-05-12 16:07
¿Qué tal In the loop? Aunque en momentos creo que va más allá del buen humor y llega a la comedia carcajeante y a un cine superior al que creo que tú aludes, y aunque, y por lo mismo, tiene problemas para no sobrepasar la línea de lo verosímil, y viaja en un difícil equilibrio en el que varias veces está a punto de despeñarse.
Y muchas de las comedias con Cary Grant.
¿Cinema Paradiso? Quizás la metas en ñoña.
Saludos
2010-05-12 19:48
Es que no tengo claro si he entendido el “género”. Supongo que está cerca de eso que se llama “comedia amable”, es decir, sonrisa pero sin contar chistes.
Me atrevería a proponer algunas que me suenan a eso como Calabuch, Mary Poppins o Nothing Hill, pero evidentemente estos tres ejemplos tienen poco en común, salvo esa sensación de que “la gente es buena”.
2010-05-12 22:52
Para mí ha sido “Mucho Ruido y Pocas Nueces”. Pocas veces he salido tan alegre de un cine :-)
2010-05-12 23:16
No he visto nada de Salvatores, imagino que te refieres a la sensación “Vive como quieras”… , si es así tengo que decir: «Mi dulce pueblecito» de Jirí Menzel
Saludos
2010-05-12 23:45
Hola a todos, gracias por los comentarios en primer lugar.
@Marcos: A mí Cinema Paradiso me puso ternesco, pero no con ese buen humor que si me dejan las comedias con Cary Grant, Cary Grant en general. In the loop en cambio me dejó muy mal cuerpo, por mucho que me riera, y me reí mogollón.
@Miguel: tienes razón, es difícil de definir el género porque es demasiado sutil, está demasiado sujeto a pequeños matices. Hay una serie de películas que cuando salgo de verlas me gustaría saber silbar alegremente para poder salir del cine silbando y con las manos en los bolsillos. No sé, es como si te saliese decir “mira que peli más maja”. A mí con Notting Hill me pasó, por ejemplo.
2010-05-13 00:07
¡Que gran idea!
1.- In The Loop es un sí como una catedral como película, pero no para esta categoría, yo no salí “silbando”, precisamente
2.- ¡Mucho Ruido y pocas Nueces! se me ocurren pocas películas que casen tan bien con lo que creo que Alberto quiere decir.
Yo diría…
Annie Hall (A mi me hace FELIZ) Cuando Harry Encontró a Sally… Hay otra preciosa de Billy Cristal que el es arbitro de baloncesto que es una delicia, pero no recuerdo el título, Tomates Verdes Fritos (No es comedia, pero es el BIEN), El Apartamento (que parece triste en su desarrollo, pero es bellísima y si lo que marca la categoría es la sensación que se te queda el final a mi es otra de las que me hace completamente FELIZ)
Y por supuesto, la inconmensurable MEJOR IMPOSIBLE. Dios, que prodigio de buenas intenciones.
Ahí lo dejo para que vayamos completando.
2010-05-13 00:15
Pues mira, Guillermo, de lo que dices me ha venido otra a la cabeza: “ Primera Plana”. Pero de principio a fin. Me parto cada vez — ¡cada vez! — que veo a Walther Matthau en la celda abanicándose con el papelito de marras.
2010-05-13 16:03
Se me vienen a la cabeza Pequeña Miss Sunshine y La extraña pareja que, aunque las dos tienen un punto amargo, quizá podrían entrar en la categoría que propones… Y también la maravillosa Playtime de Jacques Tati, que vi hace unas semanas y quedó rotundamente colocada entre mis películas favoritas y modélicas (es la primera que veo de este señor, en cuanto pueda caerán las demás).
Y el euforizante, alegrísimo, vivalapepa y vivalavida final de Zatoichi de Takeshi Kitano. (Por cierto, estaría bien un Butaca no numerada sobre finales de películas :-)
2010-05-13 16:06
Gracias Oscar. Creo que después de más de dos años de columna ha sido mi primera “petición del lector” :-)
2010-05-15 02:35
Teach me to dance… would you?
Como no salir feliz de ver Zorba el Griego
2010-05-16 13:47
Yo salí muy bienhumorada de ver El violinista en el tejado.
Un beso.
2010-05-23 00:30
Yo recuerdo con especial agrado una película totalmente olvidada, “La primera noche de mi vida”, con un estupendo guión de Elvira Lindo.
Qué injusto olvido.