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Buscando a Johnny Jones por Francisco José Palomares

A través de sprites polvorientos y bajo viejos y olvidados comandos de basic, Francisco José Palomares, arqueólogo de los 8 bits y soñador profesional, nos trae los días 9 de cada mes el fruto de sus investigaciones, centradas en la búsqueda del rastro del legendario héroe Johnny Jones. Su intención: reconstruir lo más fielmente posible la memoria sentimental de una generación fascinada por los gráficos simples, los casetes llenos de pitidos y la música en MIDI.

De película

Hay veces en que las ideas se encuentran de pura casualidad. Y menos mal, porque si no fuera así este mes os habríais quedado sin vuestra ración periódica de nostalgia videojueguil. Después de desechar dos o tres esbozos de articulo tras darme cuenta que no iban a dar de sí nada medianamente potable, para relajarme un poco me puse a curiosear en mi colección de Micromanías de la segunda época, las clásicas de tamaño periódico. Bueno, en realidad ya no tengo las revistas físicas, ocupaban tanto espacio que al final hubo que, er, jubilarlas. Por suerte pude hacerme con una recopilación en formato .pdf que regalaron dentro del CD que acompañaba a la revista para no recuerdo qué aniversario.

Por casualidad empecé con el número 25, que también casualmente fue la primera Micromanía que me compré de crío. La portada estaba monopolizada por los múltiples (y pésimos) juegos de fútbol derivados del mundial de Italia. Y a un lado, como quien no quiere la cosa, estaba la foto del padre y el hermano del alma de nuestro Johnny, anunciando la solución completa de la aventura gráfica de LucasFilm Games basada en la película Indiana Jones y la última Cruzada. Esa imagen hizo girar las oxidadas ruedecitas dentadas de mi cerebro y una idea empezó a tomar forma: “Caray, recuerdo que por entonces cada dos por tres salía una adaptación de alguna peli en la portada de la revista. Me pregunto cuántas se habrán hecho en total…”. Un par de clicks más tarde, MobyGames me daba la respuesta.

Setecientos ocho. Guau. “Esto se merece un artículo”, pensé. Y aquí estamos.

Los juegos basados en películas se pueden dividir en tres categorías la mar de apropiadas para el tema que estamos tratando: los buenos, los feos y los malos. Empezaremos por los últimos, por aquello de quitarnos el mal trago de encima cuanto antes. En la categoría de “los malos” se engloban aquellas pequeñas aberraciones del software lúdico que nunca jamás deberían haber salido a la luz del sol. Generalmente se trata de juegos desarrollados con prisas, sin muchas ideas y con mucho dinero sobre la mesa (las licencias van caras). Los resultados, sobre todo en los primeros años de vida del sector, solían ser catastróficos.

El ejemplo por antonomasia de “malo” es el nunca suficientemente vilipendiado E.T. The Extraterrestrial de Atari, desarrollado por Howard Scott Warsaw en 1982 para la consola Atari 2600. En seis semanas. Si alguna vez habéis leído algún artículo sobre los peores juegos de la historia, es bastante probable que E.T. se llevara el número 1. Y lo mejor es que los jefazos de Atari de por entonces estaban tan seguros que el juego se iba a vender como rosquillas esas navidades que fabricaron 4 millones de cartuchos. Sólo vendieron 1 millón y medio, e incluso muchos de estos juegos fueron devueltos por sus compradores. Se considera a E.T. la gota que colmó el vaso de la gran crisis que sufrió el sector en 1983, y que acabó con Atari y muchos otros pioneros de los videojuegos en la ruina.


Es difícil superar semejante fracaso, pero no será por falta de intentos. Por ejemplo, otro clasicazo de los 80 como Regreso al Futuro tuvo también su ración de desastre informático con un juego técnicamente decente, pero tan surrealista y tan aburrido que era absolutamente injugable. Y aún otra gran película convertida en basura: Akira, en su versión para Amiga (si controláis de inglés, echadle un vistazo a los escaneos de la review original, no tiene desperdicio). Más gracioso aún es el erizamiento del rizo intentado por Capcom con Street Fighter: The Movie, el videojuego de lucha basado en la película basada en el videojuego de lucha. Horrendo. Más recientemente, a algún genio se le ocurrió que sería buena idea hacer un juego basado en la película Jumper, que ya de por sí no es ninguna maravilla (si Hayden “Anakin Skywalker” Christensen es el protagonista…). El resultado habla por sí mismo, pero como quiero ahorraros tener que pasar por semejante tortura, mejor leed esto antes. Me lo agradeceréis.


En fin, ya basta de malos, que aún se nos pegará algo. Pasemos a los feos, que se definen mejor diciendo qué no son: no son buenos, pero tampoco son malos, o al menos no tan malos como los malos. Son simplemente mediocres. Juegos que pasan sin pena ni gloria por nuestras pantallas, con la misma creatividad e innovación que un Rolex falso made in Taiwan. Acostumbran a tener la calidad técnica justa para no asustar a primera vista, pero no la suficiente para destacar por sus propios méritos. Su único gancho comercial es el cartel y el título de la película de turno en la caja, y poco más. Y por desgracia, esta categoría contiene aproximadamente el 90% de todas las adaptaciones cinematográficas de la historia. ¿Por qué hacer un buen juego si se puede ganar tanto o más dinero con un juego regular y una licencia?


En los ochenta y principios de los noventa, esto se traducía casi siempre en juegos de plataformas. Da igual que en la pelÌcula no se diera ni un maldito salto en todo el metraje, o que el protagonista sea prácticamente incapaz de saltar (véase: RoboCop. Y no, volar no cuenta como saltar). Arma Letal, Batman, The Blues Brothers, Desafio Total, Indiana Jones y El Templo Maldito, Regreso al Futuro III (esta saga está maldita)… los ejemplos son innumerables. Algunos de estos juegos aderezaban las plataformas con minijuegos bastante olvidables, e incluso algunos de ellos resultaban bastante divertidos por un rato. Pero queda claro que publicados con otro nombre no relacionado con el cine, no se habrían comido un rosco.


Por último, llegamos a los buenos. Son aquellos juegos que no sólo hicieron honor a lo que se puede esperar de la conversión a formato electrónico de nuestras películas favoritas, sino que en ocasiones llegaron incluso a superar a la fuente de inspiración. Evidentemente, son pocos, pero selectos. De algunos (Aliens, Tie Fighter) ya hemos hablado en otras ocasiones. Y con otro de ellos empezamos este mes. Indiana Jones & The Last Crusade: The Graphic Adventure es uno de los grandes clásicos de LucasFilm Games, y uno de los mejores resultados derivados del mítico SCUMM. De hecho, LucasFilm/LucasArts son los grandes dominadores de esta categoría. Queda demostrado que no hay nada mejor que hacer tú mismo las adaptaciones a videojuego de tus películas.


Sorprendentemente, en los últimos tiempos los chicos de Lucas parecen haber perdido su toque. Sin ir más lejos, no recuerdo ningún juego destacable basado en la nueva trilogía, y el mejor juego del universo Star Wars de esta década (Knights of the Old Republic) fue desarrollado por BioWare, un equipo externo. Por supuesto, también hay vida inteligente fuera del imperio Lucas. Goldeneye fue uno de los mejores juegos desarrollados jamás para la Nintendo 64, y se convirtió en la referencia para los shooters en primera persona en todas las consolas de la época. Disney también dio lugar a algunos de los mejores juegos de plataformas de principios de los noventa con Aladdin y El Rey León, especialmente en sus versiones para PC, una máquina poco acostumbrada a los juegos de plataformas de calidad. Y Dune fue una adaptación libre de la película de David Lynch y la novela de Frank Herbert, convertida en un interesantísimo híbrido de aventura gráfica y estrategia. Más tarde llegó Dune 2: The Building of a Dinasty, y con él todo el género de la estrategia en tiempo real.


Hoy en día la fiebre peliculera del pasado parece haberse atenuado levemente. Ya no se hacen conversiones sin ton ni son de películas que no vienen a cuento (en serio,
¿ Howard: Un Nuevo Heroe ? ¿Era necesario?), y los objetivos prioritarios de las compañías en busca de ganancias fáciles gracias a una jugosa licencia son las películas de acción, superhéroes y animación. De hecho, la tendencia parece haberse invertido, y últimamente hay más películas de videojuegos que videojuegos de películas. Y los fans de los sprites podemos vanagloriarnos de que, aún a pesar de algunos fracasos muy sonados, la media de calidad de los videojuegos de películas es bastante superior a la de las películas de videojuegos. Claro que tenemos la ventaja de no contar con un Uwe Boll entre nosotros. A no ser que contemos a Derek Smart, claro…

Francisco José Palomares | 09 de diciembre de 2008

Comentarios

  1. Jesús aka aMaRoKi
    2008-12-10 12:06

    First time I write here :D

    Leí hace no mucho lo que cuentas de ET y cuenta la leyenda que millones de cartuchos fueron enterrados bajo la arena del desierto.

    http://blogs.20minutos.es/videojuegos/post/2008/04/04/e-t-llevai-atari-la-ruina

    De la segunda zona de juegos feos, tengo el dudoso honor de haberlos jugado todos también, aunque sin duda me quedo con el Blues Brothers e Indiana Jones. El primero lo llegué a tener en un diskette de 5-1/4 y he de decir que nunca jamás pasé de la primera pantalla. Hace un par de meses me lo bajé para jugar en DOSbox y así intentar superar aquel trauma infantil, pero sumido en vergüenza reconozco que tampoco 15 años más tarde he conseguido hacerlo. El Indiana Jones plataformero recuerdo haberlo jugado alquilado en Megadrive alguna tarde de viernes después del colegio y lo único que recuerdo es que era tan absurdamente complicado que debe ser de los pocos juegos que me he pasado usando trucos.

    Y de los buenos que comentas… el Indy (dios, cuántas tardes pegado al monitor y qué desesperación por no haber cogido el libro adecuado en la biblioteca que sería de ayuda más tarde :/) creo que se lleva la palma junto con el Rey León y Aladdin, que aún los tengo para Megadrive y son calcados a la versión PC. ¿Soy yo el único que se tiró media hora de reloj intentando entender cómo había que matar a Scar en la última pantalla? :D

    Y si el artículo estaba dedicado a esas adaptaciones de películas, ¿por qué no comentar de paso esos videojuegos que podrían haber pasado perfectamente por películas de lo mucho que te podías sumergir en el argumento? Y quien dice “pasar por películas” dice “mucho mejores que muchas películas”. Por que a fin de cuentas, ¿quién no ha jugado al Indiana Jones and the Fate of Atlantis (que siempre diré que era la cuarta película que tenía que haberse hecho, y no la Calavera de Cristal, aunque el final de ambos sea bastante parecido), o al Half Life (1 o 2, da igual), o al Alone in the Dark, ¿o al MGS?, o a tantos otros… y no ha pensado “mein gott esto es tan bueno que tiene que engordar por necesidad”?

    Aunque sólo sea por la de horas que nos han tenido pegados a la silla en lugar de estar correteando por un parque hasta caer derrengados.

  2. FPO
    2008-12-10 15:41

    Je Roki, como sigas a ese ritmo te voy a dejar que escribas tú los artículos, verborrea no te falta :P.

    Lo de los cartuchos enterrados creo que está confirmado al 99% por fuentes de la misma Atari. Por lo menos no cometieron el mismo error que con Pac-Man (otro de los grandes fiascos de Atari) y no fabricaron más cartuchos que consolas había en el mercado pensando que la gente se compraría una copia para el piso en la ciudad y otra para la casa de veraneo. Sí, ese es el motivo real que dio Ray Kassar o algún subalterno suyo en una entrevista. Para flipar.

    Cinco minutos después de enviar el correo a Alberto para que colgara el artículo me acordé de que me había dejado uno de los buenos de verdad por comentar: el The Goonies para MSX. Gran, gran juego.

    Y de juegos que parecen películas, añadir a tu lista el Beyond Good & Evil. He jugado a muy pocos juegos con una sensación tan “cinematográfica” como ése. Esperemos que Uwe Boll no me oiga y lo convierta en su siguiente víctima ¬_¬.


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