Santiago Grisolía, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha propuesto el control de natalidad como paso necesario para combatir el cambio climático. Les dejo aquí dos reacciones, cara y cruz, ante semejante propuesta; la de Verónica en El control de la natalidad podría ayudar a combatir el cambio climático y la de una mujer que vive y deja vivir en Arreglando el mundo.
2007-08-10 16:45
Ya comentaba que hay un grupito de H.P. (impresoras) que me hacen vomitar. Lo que en realidad proponen es destinar más recursos (públicos) a la investigación para aumentar su status. Regular la natalidad sin hablar (casi nunca) de modelos políticos que mejoren el reparto de recursos (¡para mi más que tengo que investigar la solución!) y mantener los esclavos suficientes (que no saben ni sienten ni padecen) para mantener su nivel de vida y la del Vago de Asturias para figurar y dar premio. Son legión.
2007-08-14 17:20
Cayetano, desde luego es un horror controlar la natalidad en el tercer mundo para mantener el estilo de vida del primero. Porque no creo que lo digan para mantener la malaria, el sida, el hambre, la comodidad de ir a buscar agua a 20 km de casa… Lo alucinante es que, además, una cosa es el índice de niños que nacen en el tercer mundo, y otra muy distinta los que llegan siquiera a los diez años. No hablemos ya de los que logran superar los 30, los 50… Y en el primer mundo, en España, la esperanza de vida la última vez que lo leí creo que en las mujeres estaba alrededor de los 83 años y la de los hombres sobre los 79: increíble el que comparen solo los datos de niños nacidos y hablen de calidad de vida que tenemos (vaya, que tenemos nosotros, porque ellos ni lo huelen).
No entiendo cómo una persona que se supone que es investigador premiado y reconocido no tiene en cuenta todas estas variables que de un simple vistazo y sin necesidad de cálculos y documentos se presentan abiertamente. Una de dos, o se le ha ido un poco la olla, o los periodistas han cogido lo que les ha dado la gana y han tergiversado por completo lo que pretendía decir.
Un beso.