Elogio del coito, por Elia Martínez Rodarte: Coito ergo sum
«Cuando tengan un coito no sólo se claven, nunca mejor dicho. Piensen en sus genitalias como unas maquinillas de sabrosura. Froten el pene en las cavidades vaginales, roten los movimientos enterrándose con firmeza, varíen el ritmo y acompásense al son de la dictadura vaginal. En especial si esa vagina hace su trabajo, que es apretar, soltar, apretar, soltar. Respirando ambos, chocando las caderas suavemente, sin empezar a pompear como reggaetonera en ácidos. Sientan el roce de los genitales, los latidos del corazón, deténganse y síganle. Ayuntarse sexualmente es un acto que requiere leer en la excitación del otro.»