Un nuevo año inicia, y con él, llega la selección de destinos turísticos recomendados. Hay muchos iguales de valiosos que se quedan por fuera, e incluso los anteriores cuentan, especialmente la entrada relativa a Sudáfrica que será muy útil cuando el campeonato mundial de fútbol comience. Así que este es un adelanto de las futuras columnas de la Ánfora para el 2010, sin orden cronológico, por supuesto:
PERÚ
Perú es un país apasionante. En Sudamérica no tiene otro igual, con algunas de las montañas más altas del continente rodeadas, de un lado, por densas dunas que se hunden en el mar, y por el otro, por un impenetrable brazo de la selva amazónica. Desde Lima, con sus contrastes y su fuerte influencia asiática, ciudad siempre envuelta en una agradable bruma que penetra al oscuro océano Pacífico, hasta Cuzco, antigua capital del imperio del Inca, que fue destruida por los conquistadores para dar lugar, también, a una de las más hermosas villas del hemisferio. Cientos de ruinas diseminadas por toda su geografía, e incluso en lo profundo de la selva, además de una excelente gastronomía y la gran calidad y belleza de sus lanas y alpacas, hacen de Perú un destino que, en 2010, quien pueda nadie debe perderse.
TURQUÍA
Con una de las más apasionantes historias, Anatolia es hogar de la ciudad más antigua descubierta en el mundo, Catal Höyük, que se remonta al 7.500 a.C. Perteneciente al imperio Hittite, desconocido en Occidente, y antes que los romanos aparecieran en el mapa, aquel punto recuperado fue por mucho la amenaza más seria al antiguo Egipto. Igualmente, la actual Turquía es la cuna de la clásica cultura Helenística, y para ello cuenta en su Mediterráneo los más importantes vestigios de este pasado, ciudades que testimonian hoy la veracidad de las leyendas. Turquía es un país enorme, con una amplísima variedad de cosas por hacer y ver. Uno podría pasar en el país semanas o incluso meses antes de obtener una imagen más o menos coherente de su dimensión.
NUEVA ZELANDA
Es extraño que muy pocos sientan interés por estas antiguas islas que parecen navegar como un pesado carguero frente a la costa australiana. Nueva Zelanda es geografía de la más majestuosa belleza, tanto así que, las principales películas de fantasía, tales como Lord of the Rings y las Crónicas de Narnia, se filmaron entre sus nevados, glaciares y campiñas cubiertas de pastos tan tiernos que da lástima caminar sobre ellos. Nueva Zelanda es un mundo de atracciones del mejor tipo, varios países en uno, desde caminatas junto a volcanes activos hasta ver las copas de los árboles que llenan miles de kilómetros de coníferas vírgenes e impenetrables, o a través de lagos termales, géiseres y barro humeante. Sus bosques son el hogar de probablemente los árboles más antiguos del planeta —sólo comparables con los secuoyas en California— y playas de ensueño en las que el hombre y la naturaleza (representada principalmente por focas y pingüinos) alternan en armonía. Un viaje en bote los llevará a los fiordos remotos, muchas veces blancos, otras con el hielo de color rosa o azul, y ríos poderosos y aptos para el canotaje, montañas para escalar, y pistas de esquí que nada envidian a las de Suiza y Colorado. Nueva Zelanda es una versión de Inglaterra que sólo hubiera podido describir una sinfonía.
HAWAII
La belleza natural de Hawaii es extraordinaria. Para los que no sabían, además, la isla ostenta dos títulos mundiales: es el pico más alto que surge del océano, y es la coronilla de la montaña más alta del mundo, submarina por sus características, que se levanta del lecho oceánico hasta alcanzar la altura de más de 9 mil metros. El Everest, por su parte, con sus 8,848 metros, es el pico “más alto en tierra”. De ahí la naturaleza volcánica del archipiélago. Las playas del archipiélago son de las más bellas que jamás pueden verse en alguna parte, con arenas tan blancas como si fueran detergente hasta las dunas más grises, entre piedras que son magma sólido. El terreno es de lo más variado, entre valles espesos con vegetación tropical hasta cumbres de corte alpino.
NUEVA YORK
No hay nada más admirable de Nueva York que la solidez de su trazado urbanístico, del que sobresale su minuciosamente organizado sistema de transporte. Pero como toda primera excursión a Nueva York comienza en un mapa, es desde ahí que se construye la aventura en una de las mejores ciudades del mundo. Podría decirse que lo que uno desee y no lo encuentre en la ciudad es porque no existe. Manhattan, con su abundante vida, Brooklyn con su espíritu cosmopolita y cultural, además de su historia, y los distritos pintorescos como Harlem y Queens, los que confluyen para pintar el retrato de una gran ciudad que nadie puede dejar de visitar.
CARIBE ORIENTAL
Las islas del Caribe Oriental suplen todas las imágenes que se tenga sobre lo que es “tropical”: playas serpenteantes de arenas blancas salpicadas de conchas exóticas, bahías con aguas que parecen espejos, selvas espesas siempre rociadas de llovizna y una abundancia de helechos, un sol casi perpetuo y la sensación de haber ganado al tiempo. Ante este telón, el viajero siempre podrá sumergirse para apreciar los sistemas de coral más bellos de América y caminar por bosques frutales espesos, creyendo estar perdido, y encontrar, tras seguir el rumor, la más prístina cascada. La historia, también hace parte de estas islas, contando los dos centros coloniales de importancia, y sobre todo, la mezcla cultural con fuertes influencias de lo africano, inglés, francés e hindú, reflejadas en la comida y la música. Un recorrido como lo haría uno de los flamantes cruceros, saliendo de Trinidad, sobre el Delta del Orinoco venezolano, hasta la isla de Anguila, a sólo 15 minutos por aire de Puerto Rico.
NUEVA INGLATERRA
Al norte de Nueva York, en otoño, ocurre uno de los más impresionantes y primorosos fenómenos naturales de todos los años, cuando los árboles se encienden en rojos y naranjas que para el ojo que los contempla no tienen fin. El capitán John Smith, famoso por la historia de Pocahontas, fue quien arribara a esta franja geográfica que hoy componen seis estados, Massachusetts, Rhode Island, Connecticut, Vermont, New Hampshire y Maine. Los neo ingleses de esta fría región han conservado su carácter único, con imponentes ciudades coloniales y arquitectura ciento por ciento de estilo Federación. Las costas son largas y anchas, llenas de faros, y son cinco los que se destacan: Boston, Newport (sus mansiones palaciegas), Cape Cod y la fiesta visual del otoño, conocida como “Fall foliage”.
HONG KONG
Una ciudad que es una mezcla entre Oriente y Occidente, Hong Kong es, bajo los rascacielos, el crisol de la cultura cantonesa. El mundo chino, lleno de vapores, escándalo, caos y colores, abunda en este archipiélago de islas. Hong Kong tiene algo para cada quien. Los amantes de las compras se lanzaran sobre los almacenes en Central, Admiralty, Causeway Bay y Kowloon, todos distritos llenos de vida hasta el amanecer. Los románticos disfrutarán la vista nocturna en el mirador sobre las aguas de Victoria Harbour, con su impresionante juego de luces, que hace creer que se está en un siglo posterior. Los seguidores de la arquitectura moderna, por su parte, encontrarán solaz en el Central, y para los desinteresados, no muy lejos están las paradisiacas playas y los senderos secretos.
REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA
Desde hace años la oficina de promoción turística de la República Checa ha vendido al país como la cuna del romance y el amor, apta para una luna de miel o la consolidación de un romance. Praga como la ciudad romántica de Europa. Sin embargo, un recorrido por las montañas y valles que la rodean, y la vecina Eslovaquia, confirman que en parte hay razón en aquel eslogan publicitario. Maravillarse con la arquitectura barroca y gótica, caminar por callejas que no han sido cambiadas desde la Edad Media, rico folclor, vida nocturna amplia como también disfrutar sus termales, o incluso saborear una de tantas de las mejores cervezas del mundo (es un hecho: la cerveza fue elevada a arte por los checos), hace de la antigua Checoslovaquia uno de los más bellos y pintorescos parajes de la Unión Europea.
KENIA
Aunque históricamente ya estaba en el mapa, Kenia ha adquirido un lugar recientemente por ser en parte la tierra ancestral del hombre de la esperanza, Barack Obama. Para apreciar el mundo salvaje africano, este país es el mejor lugar, con la mejor infraestructura y cultura turística para ello. Desde las estampidas que inmigran siempre de un lugar a otro hasta la populosa colonia de flamencos que se reúnen en los bajos del Rift Valley, hasta las hordas de elefantes que cruzan frente a uno de los íconos africanos más preciados, el Kilimanjaro, Kenia no se limita a ser simplemente un destino de safari. Mombasa, sobre el océano Índico, es una ciudad con rica historia y playas para descrestar. También, no muy lejos, las islas de Lamu, con su fuerte influencia árabe, que remata el escándalo de su moderna capital, Nairobi, a años luz de las demás de la región.