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Textos del cuervo por Marcos Taracido

TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.

Los libros arden mal

Los libros arden mal, es más efectivo el contenedor de papel, y más productivo, y menos contaminante. El primer derecho del lector es a quemar su libro.

Enterremos esa fé seudocristiana, esa mitología añeja y conservadora según la cuál todo libro (editado y publicado en papel, claro) merece loa y salvaguarda por el simple hecho de existir: no es así, y no desde un imposible punto de vista canónico que escoja qué libros valen y cuáles no, sino desde la más absoluta subjetividad individual o de grupo.

Hay libros que no valen nada, que no merecen su existencia, que son como las cucarachas: sí, seguro que la madre naturaleza les dio un lugar en el mundo, pero en mi casa notarán el aplastante beso de mis zapatos.

Estoy harto de esas melifluas odas al libro objeto (yo mismo las vomité antaño), últimamente multiplicadas por quienes rechazan los nuevos formatos digitales, pura idolatría vacua, altares a dioses por su identidad divina y no por su capacidad de mejorar el mundo.

Ni al libro, ni al autor, ni a la editorial, mi única lealtad es con el texto, con aquel que me merece respeto.

[Caso práctico, reorganización de una biblioteca: hay libros que aunque no tengan sentido en esas estanterías en particular, si pueden valer para otras; pero hay otros que por causas varias (peso y volumen, vejez, obsolescencia del contenido, muy a menudo todas juntas) no tienen mejor destino que el reciclaje de papel. Sin piedad.]

Marcos Taracido | 24 de octubre de 2013

Comentarios

  1. Álber Vázquez
    2013-10-24 14:55

    Muy de acuerdo en lo que dices. Yo he tirado muchísimos de mis libros al contenedor de papel. Libros que acumulaba pero que el tiempo ha convertido en un estorbo. A mí también me pone del hígado toda esa chorrada del libro-objeto, del tacto, del olor… Bah, majaderías. ¡Al contenedor con todo! Ahora mismo no creo que guarde más de doscientos libros, y la mayor parte porque son obras de consulta que uno no encuentra fácilmente.

    Y opino, por meter un poco el dedo en el ojo :-) lo mismo sobre el libro digital: la perduración de libro electrónico me importa un carajo. No me quita un segundo de sueño que mi hija no vaya a heredar la fastuosa colección de e-books guardada en mi Kindle. Que se haga ella la suya si quiere, y si no, pues no.

    El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Abrazos.

  2. Marcos
    2013-10-24 15:01

    Claro, como dije mi única lealtad es para con el contenido, así que tampoco guardo ningún fetichismo con el libro digital. Otra cosa es que me guste que lo que compro me pertenezca y pueda hacer con ello lo que quiera: y sí, ya sé que ellos ponen sus condiciones, pero yo soy muy libre de no comprarlas.

    Saludos

  3. Álber Vázquez
    2013-10-24 15:41

    Amén también a eso.

  4. Cayetano
    2013-10-24 19:51

    Pues muy bien, supongo que ésto tambien puede ir a la basura, o mejor no ;)

  5. Marcos
    2013-10-24 19:53

    Pues no estoy seguro. Es mejor que me envíes un ejemplar para que pueda decidir si lo tiro a la basura o no.

    Saludos

  6. Cayetano
    2013-10-24 19:57

    Perdón, me refería a la obra original, en enlace se refiere a un facsímil :(

  7. Cayetano
    2013-10-24 21:38

    Solo señalar que hay un tipo de «libro objeto» que, según me informan, tiene una salida comercial realmente interesante. Se trata de la “edición de arte”, obviamente solo para gente exquisita y de bolsillos saneados

    Salu2

  8. Álber Vázquez
    2013-10-24 22:57

    Pues lo dudo bastante. Sé de editoriales de libro de arte caro, que han chapado. Todo lo que sea de rústica para arriba (tapa dura, etc.) es un infierno.

    Mira, hay un libro-objeto que tiene futuro: el que le interesa mayoritariamente a la gente. Por ejemplo, “El tiempo entre costuras”, que ya le ha interesado a 2,5 millones de personas. Lo suficiente como para ir a la tienda y comprárselo. Lo demás son gaitas. Y que conste que yo tengo un libraco de Chillida que pesa media tonelada y que me costó un pastón. Pero creo que lo compramos tres pelagatos y que quienes lo editaron palmaron pasta por un tubo.

  9. Cayetano
    2013-10-24 23:54

    He cometido el error de generalizar partiendo de unas pocas experiencias particulares, obviamente unas ediciones en calcografía de no más de 25 ejemplares no puede ser algo muy popular. Pero os juro que se venden ;)

  10. rafa iriarte
    2013-10-25 14:32

    ¿Y dónde quedan nuestros clásicos? Aquella sentencia tantas veces presente en la época de “no hay libro, por muy malo que sea, que no contenga algo bueno”, mencionado, creo, en el Lazarillo, y que, como digo, era referencia habitual en la literatura del Siglo de Oro.

  11. Marcos
    2013-10-25 15:20

    Rafa, me parece que últimamente no frecuentas mucho las librerías. No, es broma. Lo que quiero decir es que, aún pudiendo ser esa sentencia verdad, aún en ese caso, cada cuál debe dejarse de zarandajas y acabar con el mito y tratar el objeto libro como cualquier otra cosa: si me sobra, me deshago de él; y deshacerse de él muchos veces es harto complicado y lo mejor es el reciclaje.

    Saludos


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