Sentado en una vieja Butaca no numerada de terciopelo rojo, el autor se lanza a una reflexión impúdica todos los miércoles sobre cualquier cosa que se atreva a moverse por las pantallas, sean éstas de cine o no. Alberto Haj-Saleh es editor de LdN y autor de la columna Teatro Abandonado.
Good Morning Vietnam! ni es una película pequeña ni pasó de puntillas entre público y crítica. De hecho fue un éxito de taquilla, el primer papel importante de Robin Williams (y su primera candidatura al Oscar) y la película que puso en el mapa crítico a su director Barry Levinson (al año siguiente arrasaría con Rain Man). Y sin embargo es una película que ha sido parcialmente relegada al olvido, apuesto que en parte por la animadversión que llega a generar Williams como actor, su histrionismo, sus muecas y sus excesos. Vietnam + Robin Williams es una combinación que se le atraganta a muchos.
Sin embargo es una película estupenda que nunca me canso de ver. En primer lugar por su reparto espléndido, más allá de Williams: sus compañeros el frenético Robert Wuhl y el tímido Forrest Whittaker; y sus enemigos, el completamente exento de gracia Bruno Kirby y el hijo de puta con galones J. T. Walsh.
En segundo lugar por el interesante punto de vista que aporta a un conflicto mil veces filmado como es el de la Guerra de Vietnam: lejos del foco bélico, lejos de la selva, lejos de la guerrilla y de las unidades enfangadas hasta los ojos, lejos del cuerpo a cuerpo. En ese extraño punto intermedio en el que la guerra la tienes a cinco minutos pero no te afecta directamente y en primera persona.
En tercer lugar por Robin Williams, claro que sí, que borda un personaje extremo y genial, el locutor Adrian Cronauer, capaz de insuflar ánimos y vida a un grupo de soldados asustados gracias a gritos, canciones, rock y alegría a raudales.
Y en cuarto lugar por la radio, la maravillosa radio, ese medio de comunicación inigualable que siempre que aparece en una película consigue que yo deje lo que estoy haciendo y me siente a ver el film en cuestión. Días de radio, Good Morning Vietnam, Solos en la madrugada, Escalofrío en la noche, El último show y tantas otras historias que nos recuerdan que a través de ese aparatito, más de cien años después de su invención, generaciones de personas se han sentido más acompañados a lo largo de sus vidas.
2011-11-16 10:55
Y en quinto lugar, pero no lo menos importante, una banda sonora espectacular, imprescindible para recrear época y personajes.
Imperdible la secuencia de horrores con What a wonderful world de fondo, o las escenas en las que cuenta que había allí dos clases de tíos: los que bailaban con el Rock’n‘roll y los que miraban sin entenderlo.
2011-11-17 23:51
¡Muchas gracias por compartir esto! Te dejaré un link la próxima vez que publique la sección de mi blog Lo mejor de la quincena.
2011-11-18 21:38
Gooooooooood morning Vienam!!!
Hay un par de frases de esta película que se han quedado en mi memoria para siempre. Han pasado a formar parte de mi muy personal mitología.
2011-11-19 13:05
Está bien, estás mimoso: Santi, por favor, ¿nos dices qué frases son esas?
Saludos