Lucharemos por tener amigos notarios
Como el Estado sabe que va a desaparecer, lleva tiempo preparando el terreno para que todos seamos estado y nos auto-regulemos. En términos fiscales pronto no se podrá hacer negocios con desconocidos o con personas o empresas que no presenten un certificado de buena conducta expedido por Hacienda. Seremos policías fiscales. Y la cosa va más allá. Macarena Llansó: “Suena un poco cómico pero, cuando entre en vigor la ley, los notarios responderán en las escrituras que otorguen de que conocen a los firmantes y, si no los conocen, de que se han asegurado de su identidad. Habida cuenta de la prudencia que aplican los notarios en su profesión, que aplaudimos, va a ser todo un logro llegar a firmar la hipoteca, por ejemplo. Efectivamente, ¿qué pasará si el notario no nos conoce? Que tendrá que utilizar una serie de medios supletorios previstos en el proyecto de ley. Así, si el notario no es amigo nuestro, tendremos que buscar un par de testigos que nos conozcan y le hablen de nuestra amistad, que, a su vez, también deben ser conocidos del notario. O sea, si un matrimonio recurre a un notario desconocido para escriturar la compra y la hipoteca de su piso tendrá que llevar a cabo una complicada labor de investigación para localizar a dos personas que conozcan tanto al matrimonio como al propio notario. Podrían organizar una yincana por la ciudad para localizar el círculo social y de amistades en que se mueve el notario e intentar hacerse amigos de él o de sus amigos.” Lucharemos por tener amigos notarios.
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2006-09-07 11:45
En realidad ese tipo de controles absurdos vienen funcionando desde hace tiempo. Un ejemplo: para acceder a la función pública se ha de presentar un certificado médico que acredite que no se tiene ninguna enfermedad infecto-contagiosa:
1. ¿A Santo de qué? ¿Si tengo SIDA o hepatitis no puedo ser funcionario del Estado? ¿Puedo serlo pero han de saberlo mis jefes?
2. Uno acude al médico con el certificado en blanco para que se lo cubran; podría esperarse de parte del doctor que te endosase un, no pidamos mucho, análisis de sangre completito antes de poner su firma en el papel, pero juraría que nadie que lea esto habrá tenido que sufrir el pinchazo por tales motivos. No, el médico firma, sin tener ni la más remota idea de si el funcionariable está podrido o no.
Imagino que lo mismo pasará con ese tipo de leyes. Estamos en España, no se olvide.
Saludos.
2006-09-07 14:15
De acuerdo con Marcos, esto es España y así nos va, pero la señorita Macarena es que no se ha enterado ni jota del cómo identifica (e identificará) un notario a los firmantes.
Y basta leer cualquiera escritura (de compraventa de viviendas por ejemplo) del trillón que circulará por ahí. Ponen, palabra más o menos, ”(yo, el notario) les identifico mediante el DNI”. Eso, con plena independencia de si el notario es conocido, desconocido o mediopensionista de los abajocofirmantes de la escritura de marras.
Y si no les conoce y ello por no tener ellos su DNI “puesto”, pues se identifica a la gente con dos testigos, a sus expensas.
En fin. Y hoy no es lunes. Saludos.
2006-09-10 23:28
“Imagino que lo mismo pasará con ese tipo de leyes. Estamos en España, no se olvide”.
Ese es el “quid” de la cuestión.
Este es un país en el que el Estado y cualquier escalón, por primario que sea, de la administración; cada vez con más frecuencia ejercitan una máxima:
“Que sean los ciudadanos los que asuman nuestra responsabilidad”.
Cualquier profesional que en el ejercicio de su trabajo, haya de mantener contacto y relaciones habituales con cualquier clase de administración, lo sabe.
Cuando un edificio está terminado, en Madrid, el arquitecto ha de firmar un certificado “suplementario al normal”, declarando que el edificio se ha construido de acuerdo al proyecto presentado en el ayuntamiento.
De esta forma, si al funcionario de turno no le apetece, no quiere, o no puede hacer la “obligada” inspección final reglamentaria, su “responsabilidad”, queda asumida por otro.
Etc..etc..etc