¿Un Mundial de fútbol no reconocido por la FIFA, disputado en la Patagonia en plena Segunda Guerra Mundial y arbitrado por el hijo del pistolero Butch Cassidy? Ezequiel Fernández Moores nos cuenta la verdad sobre El Mundial olvidado.
«En sus memorias, el tío Casimiro cuenta que la idea del Mundial surgió de electrotécnicos nazis que llegaron a la Patagonia en 1942 para instalar la primera línea de teléfonos del Pacífico al Atlántico. Tenían la primera pelota del mundo a válvula automática. Y propusieron jugar el torneo que nadie quería hacer, porque el mundo estaba otra vez en guerra. Se trata de “un Mundial que la FIFA todavía se niega a reconocer”, según dicen, textual, crónicas publicadas la semana pasada por numerosos medios, tras la exhibición de un documental en el Festival de Cine de Venecia. Su título es El Mundial olvidado.»