La forma en que algunos compositores generan música es comparable a la formación de los fractales. Lo sostiene Almudena en Homenaje a Mandelbrot. Los fractales de la Suite No.3 para cello, BWV 1009, de Bach.
«Algunas com posiciones son paradigmáticos en este sentido e, investigando sobre el tema, me he encontrado con este análisis de la Bourée I de la Suite para cello No.3 de Bach. En ella, se puede encontrar un patrón fractal formado por las duraciones (el ritmo) de los elementos. El motivo inicial consta de dos corcheas y una negra (sus duraciones serían 1,1,2). En la primera semifrase, este motivo se repite dos veces (AA) y varía en una tercera parte (B) que, nuevamente, dura el doble. A esta semifrase, le contesta otra de igual duración (s1, s1), y ambas concluyen con una especie de coda (s2) que, sí, lo habéis adivinado, dura exactamente el doble que las semifrases. El patrón se vuelve a repetir en la “macroestructura”, aunque, esta vez, varía ligeramente.»