Gorka Zamarreño arremete contra los “flashmob”, las intervenciones coordinadas de un grupo de personas en medio de la calle que persigue muchas veces fines publicitarios y otras se hace por pura diversión. Los ‘flashmob’ como banalización absoluta.
«El flashmob se apoya en las redes sociales donde se encuentra el éxito de su convocatoria y posterior difusión con formato de video aficionado. Inteligentemente la publicidad ha coronado la diversidad sexual y racial como superestrella de la publicidad y la cultura popular provocando una profunda crisis de identidad. El mercado se ha apoderado del muticulturalismo y de los géneros del mismo modo que de la cultura juvenil en general, no sólo en tanto que sectores del mercado, sino como fuentes de una imaginería carnavalesca. De este modo, las necesidades y los deseos del mundo han quedado irrevocablemente homogeneizadas. La nacionalidad, la etnia, la lengua, la filosofía y la política quedan reducidos a accesorios coloridos y exóticos asegurándose la destrucción de la identidad creándose un enorme “nosotros”.»