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Dinero por aprobar

En Dinero por aprobar Joselu se pregunta si la iniciativa ideada por el economista de la Universidad de Harvard Robert M. Fryer llamada NYC Opportunity y que propone pagar por acudir a los exámenes, y pagar más si obtienen buenos resultados… a niños de entre ocho y once años —glup—, se pregunta, digo, sin prejuicios, si realmente conduciría a algún resultado positivo.

«La medida se aplica a niños de entre ocho y once años, en una etapa que ya se ha dejado de aprender a leer y se lee para aprender. El programa pretende dirigirse a las edades críticas como pueden ser los cursos finales de la primaria y la secundaria.

La noticia me ha hecho pensar. No es la primera vez que los alumnos me han replicado que yo trabajo porque me pagan, mientras que a ellos lo hacen de balde, que la cosa cambiaría si ellos también cobraran. Pero este era un comentario tangencial y nadie se hubiera imaginado que a algún economista se le ocurriera poner en práctica aquella idea acariciada por los alumnos.

Mi instituto está situado en una zona deprimida, con un alto índice de inmigración. No llega a ser una zona conflictiva pero sí que se detectan en ella bolsas de cierta pobreza. Los alumnos no tienen asumida en general la cultura del esfuerzo y viven más en la calle y en los videojuegos que en las responsabilidades académicas. Como imaginar es gratis, me planteo qué pasaría si mis alumnos cobraran por evaluación pongamos que 5 € por suficiente obtenido, 10 por el bien, 15 por el Notable y 25 por el excelente. Es una hipótesis que pienso plantearles en cuanto vuelva de vacaciones. Seguro que la idea les atraerá de inmediato. Un alumno con ocho excelentes cobraría 200 € por evaluación. ¿Serviría este sistema para atraerles hacia el trabajo y el esfuerzo necesario para la tarea escolar? ¿Se convertiría ello en un vicio que traería más inconvenientes que posibilidades? La escuela siempre se ha entendido que era un bien en sí misma y que uno no debería cobrar por aprender; más bien al contrario: se paga tradicionalmente por aprender bien. La escuela pública no obstante se ha convertido en gratuita y el pago queda para los colegios privados o concertados. ¿Qué pasaría en el caso de que se pagara por aprobar? ¿El alumno se convertiría en un mercenario y no haría nada sin cobrar? ¿Habría que pagarles también, como ha llevado a cabo Robert M. Fryer en Dallas, por leer libros? ¿Estimularía la curiosidad por aprender o sólo por el objetivo inmediato de sacar buenas notas? ¿Sería una especie de soborno encubierto bajo la buena voluntad de promover la igualdad de oportunidades? ¿A qué edad sería conveniente que comenzara? ¿Quién administraría el dinero que ganaran los alumnos? ¿Ellos mismos o los padres o tutores?»

Ana Lorenzo | 31/03/2008 | Artículos | Educación

Comentarios

  1. MARIA ELENA
    2008-03-31 16:22

    Ciertamente la apatía al estudio se está convirtiendo en un problema social en todos sus escalafones, si bien el artículo hace referencia programas que dirigidos hacia poblaciones más deprimidas y donde existe el mayor porcentaje de deserción estudiantil, también es cierto que en los estratos medios y altos el problema tiene (me atrevo a decir) el mismo o por lo menos un nivel muy cercano al de los estratos más bajos, lo que sucede es que el entorno familiar es el impulsor y buscador de incentivos para que esta apatía del muchacho a ir a la escuela sea mínima y es precisamente con la recompensa de tipo material.
    Sin embargo habría que tomar en cuenta en ambos casos la influencia de la familia en las sociedades más pobres la tendencia es dejar al muchacho que se defienda solo en la escuela pues su padres han recibido muy poca o ninguna preparación académica, se acostumbra a una vida de necesidades y no valora la educación como instrumento fundamental para su desarrollo social.
    En nuestro país se nos ha inculcado que estudiar y profesionalizarse es sinónimo de alto nivel de vida a futuro (bueno hasta hace 9 años ese era el paradigma) y estoy plenamente deacuerdo con esa premisa.
    Pero qué sucederá cuándo la exigencia de reivindicaciones por mejores “remuneraciones” para altos logros académicos se convierta entonces en un problema social del tipo “contratos colectivos”.
    En décadas pasadas existía un instrumento a nivel de alcaldías y gobernaciones que ofrecía becas a los alumnos sobresalientes de cualquier plantel privado o público, que funcionaba, y para los alumnos era un mérito poder obtener una, se luchaba por ella.
    Creo que a la larga terminaríamos envueltos en círculo vicioso donde sólo una minoría sería la beneficiaria de esta iniciativa, pues si a los profesores se les incentiva para ello, entonces dedicarán tiempo valioso al o los alumnos que ellos consideren potencialmente mejores ¿y los demás?
    En fin…es algo bastante complejo, por la arista que lo tomemos seguro encontraremos puntos a favor e igualmente puntos en contra.
    Sería muy interesante hacer de las preguntas formuladas en este post una encuesta pública dirigida tanto a padres como alumnos y profesores.
    Cordiales saludos

  2. joseluis
    2008-04-01 19:05

    Un amiguete (profesor) me ha comentado sobre el método : “no sé, no sé, pero es incompleto. Si multasen a los que suspenden (pagando los padres, claro), además de pagar a los que aprueban, veríamos, veríamos”.

    Será eso.


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