Aún siendo un jugador discreto, Pau Pascual es, desde niño, un amante apasionado del ajedrez. Un juego que nutre y es nutrido por la matemática, la lógica, la pintura, la literatura, el cine, la historia, la música, la psicología… Viaje al ajedrez presenta, los días 10 de cada mes, gotas de ese universo, curiosidades e historias tan atractivas para legos como para quien conoce y disfruta ya de este mundo lleno de emociones.
El sol pega fuerte en el Támesis esta tarde de verano de 1862. El Sr. Dodgson está remando despacio mientras las pequeñas Liddell (Edit, Lorina y Alicia) lo miran con admiración.
—Hace un calor ardiente —dice el Sr. Dogson con una sonrisa—, desembarcaremos allí y bajo la sombra de aquellos árboles junto a la pradera os contaré un cuento.
Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898), más conocido como Lewis Carroll, se inventó aquel día un sueño que dejó fascinadas a las tres niñas. Cuando terminó, Alice Liddell le pidió encarecidamente que se lo escribiera para no olvidarlo. Carroll ya había sido cautivado por aquella niña desde hacía tiempo, así que, sin dudarlo, lo escribió y dos años más tarde le regaló el manuscrito a la pequeña Alice.
En 1871, años más tarde de la publicación de “Alicia en el país de las maravillas”, Lewis Carroll escribió la secuela “A través del espejo y lo que Alicia encontró allí”.
Ambos libros están escritos en un lenguaje sencillo, apto para niños. Sin embargo, estos disparatados y extraños sueños están repletos de juegos de palabras, referencias a personajes reales y guiños de todo tipo: paradojas científicas y matemáticas, juegos de lógica, símbolos freudianos… Es por ello que los adultos han mostrado interés en estos cuentos desde que se escribieron hasta nuestros días.
¿Qué pinta Alicia en esta columna sobre el ajedrez? Bien, en anteriores artículos ya hemos ido viendo cómo el ajedrez se extiende y sirve de base en muchas disciplinas artísticas y científicas. Alicia no fue una excepción. Toda la alucinante historia de “A través del espejo” transcurre sobre un gran tablero de ajedrez.
Alicia llega a un mundo imaginario atravesando un espejo y nos transporta a una extraña realidad, donde todo ha sido trastocado. Conceptos como el tiempo, la lógica y la relación causa efecto no tienen cabida en esta realidad concebida por Carroll.
«Qué maravilloso sería si consiguiéramos entrar en la Casa del Espejo! ¡Estoy segura de que tiene cosas preciosas! Y a decir verdad, el espejo empezaba a deshacerse como si fuese una bruma brillante y plateada. Un momento después, Alicia atravesaba el cristal, y saltaba ágilmente a la habitación del Espejo»
«Esta habitación no la tienen tan ordenada como la otra, pensó Alicia para sí, al descubrir varias de las piezas de ajedrez en el hogar, entre la ceniza; pero un momento después, con una exclamación de sorpresa, se puso a gatas para observarlas con atención. ¡Las piezas deambulaban de aquí para allá, por parejas!»
La relación entre el viaje de Alicia y la partida de ajedrez que se desarrolla fue analizada sin éxito por diversos ajedrecistas de la época. Poco antes de su muerte, en una edición 25 años después de la primera publicación de “A través del espejo”, viendo el escepticismo general y la falta de comprensión de su problema de ajedrez, Lewis Carroll añadió el siguiente prefacio:
«Como el problema de ajedrez ha desconcertado a algunos de mis lectores, quizá convenga decir que está correctamente resuelto en lo que se refiere a las jugadas. Quizá no se cumple la alternancia de jugadas rojas y blancas con todo el rigor que debiera, pero el jaque del Caballero Blanco, la captura del Caballo Rojo, y el jaque mate final al Rey Rojo las encontrará, cualquiera que se tome la molestia de colocar las piezas y efectuar los movimientos como se indica, estrictamente conformes con las reglas del juego»
Y lo ilustró con el siguiente diagrama:
El problema de ajedrez que subyace en el relato no es fácil de desentrañar. El enunciado “Blancas juegan y dan mate en 11 movimientos” es confuso. De hecho, el primer movimiento realmente lo hacen las negras (rojas). El número de jugadas de las blancas es de 13 (o de 14 si consideramos la posición inicial, que en realidad no es un movimiento). Además, las blancas juegan 13 veces mientras que las negras (rojas) sólo efectúan 3 movimientos.
A pesar todo ello, resulta notable la fusión que hace Carroll entre una partida de ajedrez y la disparatada fantasía. Por ejemplo, Alicia en ningún momento intercambia palabras con una pieza que no esté en una casilla contigua a la suya. Excepto la torre de f1, todas las piezas mostradas en el diagrama establecen contacto en algún momento con Alicia.
Poco después de penetrar en el mundo del espejo, Alicia contempla un prado (el mundo) como un inmenso tablero de ajedrez, un tablero de nunca acabar.
«Durante unos minutos, Alicia permaneció callada, contemplando el campo en todas direcciones: era un campo de lo más singular. Tenía numerosos arroyuelos que lo recorrían de parte a parte en línea recta, y el terreno que quedaba entre uno y otro estaba dividido en cuadros mediante pequeños setos verdes, que iban de un arroyo a otro»
Las filas de casillas del gigantesco tablero están separadas unas de otras por arroyos. Las columnas están divididas por setos. A lo largo del cuento, Alicia avanza por la columna de dama. Sabemos que Alicia hace una jugada cada vez que cruza un riachuelo.
Tras encontrarse con la Reina Roja, Alicia entrará en la partida de ajedrez convirtiéndose en un peón blanco.
« —¿De dónde vienes? —dijo la Reina Roja —. ¿Y adónde vas?»
« —No me importaría ser Peón, con tal de poder jugar… aunque naturalmente, me gustaría más ser Reina —. Miró con cierta timidez a la verdadera Reina al decir esto; pero su compañera se limitó a sonreir complacida, y dijo: —Eso se puede arreglar fácilmente. Puedes ser el Peón de Reina Blanca, si quieres, y para empezar, estás en la Segunda Casilla; cuando llegues a la Octava Casilla te convertirás en Reina…»
1.d2
Alicia se sitúa en la casilla d2. En realidad este movimiento como tal no puede existir, puesto que d2 es la posición inicial del peón de dama cuando empieza una partida de ajedrez.
Como puede observarse, Alicia es el único peón en el tablero. Durante su camino, se relacionará con el resto de las piezas, excepto con la torre, con quien no tendrá ocasión de estar en una casilla adyacente. (También se encontrará con otros personajes delirantes que nada tienen que ver con las piezas de ajedrez y a los cuales no haré referencia en este artículo). Da la impresión que las piezas vivientes ignoran el plan del juego y no saben si se mueven por su propia voluntad o son empujadas por dedos invisibles.
Tras la conversación con la Reina Roja, ésta se aleja a toda prisa, realizando el primer movimiento de las negras.
«No esperó a que Alicia le hiciese una reverencia en esta ocasión, sino que siguió andando deprisa y se volvió un instante para decir: —Adiós —, y continuó corriendo hasta el final»
La Reina Roja se ha desplazado al extremo del tablero.
1…Dh5
En todo el relato, las Reinas se mueven alocadas de un lado para otro, mientras que los Reyes permanecen inmóviles, tal como ocurre generalmente en las partidas de verdad.
Introduje esta posición en el programa de ajedrez Fritz y en menos de un segundo resolvió el problema ejecutando al rey negro: 2.Cg3+ y aquí, cualquiera de las jugadas que haga el negro recibe mate rápidamente:
Si 2…Rd4 3.Dc3 mate.
Si 2…Rd3 3.Dc3 mate
Si 2…Re5 3.Dc5+ Re6 4.Dd7 mate.
Pero con esto habría terminado el maravilloso cuento casi antes de empezar. Ya hemos dicho que el objetivo trazado es que Alicia llegue a la octava fila para convertirse en Reina, así que Carroll se concentra en su protagonista que inicia su camino avanzando dos casillas hacia adelante (o hacia atrás, según del lado del espejo por donde se mire). Curiosamente ha sido la Reina Roja quien ha convencido a Alicia de que avance por su columna hasta la octava casilla. Con este consejo, pues, la Reina se ha protegido a sí misma.
« —¡Tengo muchas ganas de llegar a la Tercera Casilla! —De modo que, con esta excusa, echó a correr cuesta abajo, y saltó el primero de los seis arroyuelos»
Alicia se dirige a d3 y allí tomará un tren que le llevará a d4.
« —De todos modos, el tren nos va a llevar a la Cuarta Casilla; ¡lo cual es un consuelo! —, se dijo. Un momento después sintió que el vagón saltaba directamente en el aire; y, con el susto, se agarró a lo que tenía más a mano, que resultó ser la barba del Chivo»
2. d4
Ahora, tras 2.d4, Alicia se ha situado al lado del rey negro, quien en estos momentos se encuentra profundamente dormido:
«—Ahora está soñando —dijo Patachún—; ¿Con quién dirías tú que está soñando?
—Eso no se puede saber —dijo Alicia.
—¡Pues contigo! —exclamó Patachún palmoteando triunfalmente—. Si dejase de soñar contigo, ¿dónde crees que estarías tú?
—Donde estoy ahora, naturalmente —dijo Alicia.
—¡Ni mucho menos! —replicó Patachún con desprecio—. No estarías en ninguna parte.
¡Vamos, tú no eres más que un objeto soñado por él!
—Si ese Rey se despertase —añadió Patachunta—, ¡paf!, te apagarías como una vela »
Una sugerente observación, puesto que al final del cuento, la partida de ajedrez resultará ser un sueño de Alicia.
«Un instante después apareció la Reina Blanca corriendo alocadamente por el bosque, con los brazos abiertos, como si volara»
La Reina Blanca acude a c4, situándose justo al lado de Alicia.
3.Dc4
La despreocupada Reina Blanca hubiera podido dar mate en una con la evidente 2.De3#, en vez de ir a c4. Una vez más, Carroll ignora un movimiento que concluía la partida. Desde c4 La Reina Blanca conversa con Alicia mientras ésta le arregla el pelo.
Durante la charla con Alicia el viento se lleva el chal de la Reina a c5, y ésta corre tras él, con lo que las blancas repiten movimiento otra vez.
«Se le había soltado el prendedor mientras hablaba, y una ráfaga repentina se había llevado el chal al otro lado de un arroyuelo. La Reina abrió nuevamente los brazos, y voló tras él; esta vez consiguió atraparlo ella. —¡Ya lo tengo! —, gritó triunfalmente —¡Verás ahora cómo me lo sujeto yo sola!»
4.Dc5
La Reina Blanca, ahora podría dar mate con 5.Dc2#. En vez de ello, es Alicia quien avanza a la siguiente casilla.
«Entonces, supongo que tendréis el dedo mejor, ¿no? —dijo Alicia muy cortésmente, cruzando el arroyuelo detrás de la Reina»
5. d5
Tras entrar en una tienda Alicia vuelve a tratar con la Reina Blanca, quien ahora ha tomado forma de oveja.
«La Oveja cogió el dinero, y lo metió en una caja; luego dijo: —Yo nunca pongo las cosas en la mano de la gente…, no conviene; tienes que cogerlo tú misma —. Dicho esto, fue al otro extremo de la tienda»
El movimiento de la oveja al otro extremo de la tienda corresponde la jugada de la Reina Blanca a f8.
6.Df8
La Reina Blanca no da una. Esta vez daba mate con 6.Dd4#.
« —¡Qué extraño, encontrar árboles aquí! ¡Y además, hay un arroyuelo! ¡Pues sí, es la tienda más extraña que he visto en mi vida!»
7.d6
Alicia cruza el riachuelo en barca, avanzando a d6. Ahora está en la casilla de la derecha del Rey Blanco con quien intercambia unas palabras.
«¿Te has cruzado con soldados por casualidad, pequeña, cuando venías por el bosque?
—Sí —dijo Alicia—; eran varios miles, creo.
—Cuatro mil doscientos siete; ése es su número exacto —dijo el Rey, consultando su cuaderno—. No he podido mandar todos los caballos porque hacen falta dos en la partida».
Desde d6, Alicia ve a lo lejos a la Reina Blanca desplazándose por la octava fila.
« —¡Mirad, mirad! —gritó, señalando ansiosamente —. ¡Es la Reina Blanca, cruzando el campo a toda prisa! ¡Ha salido de aquel bosque de allá…, qué deprisa corren estas Reinas! —Seguro que las persigue algún enemigo —dijo el Rey sin volverse siquiera. —Ese bosque está lleno de enemigos. —Pero, ¿no acudís a ayudarla? —preguntó Alicia, sorprendidísima de ver con qué tranquilidad se lo tomaba. —¡Es inútil, es inútil! —dijo el Rey—. Corre a una velocidad tremenda. ¡Es como si quisieras atrapar a un Zumbabadanas!»
8.Dc8
La Reina Blanca ha huido del Caballero Rojo cuando podía haberlo capturado amenazando 9.Dd5 mate.
«Pero antes de que Alicia pudiese contestar, empezaron los tambores.
No podía localizar de dónde procedían los redobles: llenaron el aire, y le penetraron la cabeza hasta que se sintió ensordecer completamente. Se puso en pie de un salto y cruzó desalada el arroyuelo, presa de terror»
Cruzando de nuevo un arroyo, Alicia ha avanzado a la casilla d7.
9.d7
Alicia esta apunto de coronar, pero antes sufrirá un percance.
«En ese momento, sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz que exclamó: —¡Eh! ¡Ahí! ¡Jaque! —y un Caballero, vestido con armadura carmesí, corrió al galope en dirección a ella blandiendo una gran maza. Tan pronto como llegó adonde estaba Alicia, el caballo se detuvo en seco: —¡Eres mi prisionera! —, exclamó el Caballero, al tiempo que se caía del caballo»
Por fin han jugado las negras. El caballo negro ha movido a e7, justo al lado de Alicia, dando jaque.
9…Ce7+
Pese a dar jaque y amenazar a la dama blanca, de acuerdo a la lógica convencional, la jugada del negro es un sacrificio inútil, puesto que el caballo blanco controla e7. Sin embargo, este jaque consigue retrasar la coronación de Alicia. Metafóricamente, pues, el Caballero Rojo la mantiene prisionera.
«En cuanto se acomodó en la silla, empezó de nuevo: —Eres mi… —, pero aquí le interrumpió otra voz, clamando: —¡Eh! ¡Ahí! ¡Jaque! —, y Alicia se volvió un poco sorprendida hacia el nuevo enemigo. Esta vez se trataba de un Caballero Blanco. Llegó junto a Alicia y se cayó del caballo exactamente como se había caído el Caballero Rojo; luego montó otra vez, y los dos Caballeros se quedaron mirándose mutuamente durante un rato sin decir nada»
Resulta curiosa la llegada del Caballero Blanco a e7, anunciando «¡Jaque!», puesto que un jaque al propio rey carece de sentido. Pero así son las cosas en el mundo del espejo.
«—¡Como ves, es mi prisionera! —dijo el Caballero Rojo por fin.
— ¡Sí, pero después he llegado yo y la he rescatado! —replicó el Caballero Blanco.
—Bueno, entonces tendremos que luchar por ella —dijo el Caballero Rojo, al tiempo que cogía su yelmo y se lo colocaba.
—Naturalmente, respetarás las Reglas del Combate, ¿verdad? —advirtió el Caballero Blanco, poniéndose el yelmo también.
—Siempre lo hago —dijo el Caballero Rojo; y empezaron a descargarse golpes el uno al otro con tanta furia que Alicia se situó detrás de un árbol para que no la alcanzaran los golpes»
La derrota del Caballero Rojo indica la jugada Cxe7 en la partida.
10.Cxe7
«Así siguió hablando consigo misma, mientras observaba cómo el caballo caminaba sosegadamente por el sendero, y se caía el caballero, primero por un lado y luego por el otro. Después de la cuarta o quinta caída llegó al recodo; entonces agitó ella el pañuelo, y aguardó a que se perdiera de vista».
Tras vencer al Caballero Rojo, el Caballero Blanco se despide y regresa a f5, la casilla que ocupaba antes de capturar el caballo.
11.Cf5
«—… y ahora, al último arroyo, ¡y a ser Reina! ¡Qué solemne suena eso! —unos cuantos pasos la llevaron al borde del arroyo —.¡Al fin la Octava Casilla!, ¡Ay, qué contenta estoy de haber llegado aquí! ¿Qué es esto que tengo en la cabeza? —, exclamó consternada, llevándose las manos a algo pesadísimo que tenía ajustado alrededor de la cabeza. Era una corona de oro»
Tras saltar el último riachuelo, Alicia alcanza d8 y se convierte en Reina.
12. d8=D
«Todo estaba ocurriendo de una forma tan extraña que no le sorprendió lo más mínimo descubrir sentadas junto a ella a la Reina Roja y a la Reina Blanca, una a cada lado»
Esto indica que la Reina Roja acaba de ocupar la casilla e8.
12…De8+
El Rey Blanco se encuentra en jaque con esta jugada, aunque ninguno de los dos bandos parece darse cuenta.
«Pero en vez de a la Reina, vio a la pierna de cordero sentada en la silla.
—¡Estoy aquí! —, exclamó una voz desde la sopera; y Alicia se volvió otra vez, justo a tiempo de ver la cara de la Reina que le sonreía por encima del borde de la sopera, antes de desaparecer en la sopa»
Aquí la Reina Blanca se ha alejado de Alicia y se ha situado en a6.
13. Da6
Esta jugada transgrede las reglas del ajedrez. La dama negra está dando jaque desde e8. Las blancas hubieran debido apartar su rey, cubrir el jaque en d7 con una de sus damas, o bien capturar la dama negra. ¿Cabía esperar otra cosa de las insensatas criaturas de atrás del espejo?
Las negras no efectúan ningún movimiento (en la siguiente jugada, moverán otra vez las blancas). Dicho de otra forma, tras Da6 (movimiento ilegal) las negras ganarían capturando al rey blanco, con lo que, más que un sueño, el relato hubiera resultado ser una pesadilla. Sin embargo resulta notorio que con este movimiento a a6, la dama blanca controla la casilla de escape del rey: d3 lo que permitirá un mate a la siguiente.
«—En cuanto a vos —prosiguió, volviéndose furiosa hacia la Reina Roja a la que consideraba causante de todo el alboroto…, pero la Reina ya no estaba a su lado: se había reducido súbitamente al tamaño de una muñeca, y estaba ahora sobre la mesa, dando vueltas y vueltas alegremente, persiguiendo su chal, que arrastraba tras de sí. En cualquier otro momento, Alicia se habría sorprendido del cambio; pero ahora estaba demasiado excitada para que la sorprendiese nada. —En cuanto a ti —, repitió, cogiendo al pequeño ser en el mismísimo instante en que saltaba sobre una botella que acababa de posarse en la mesa, —¡te voy a sacudir hasta convertirte en gatita, ahora verás!»
Esta es la captura de la Reina Roja por parte de Alicia. En consecuencia, es un jaque mate al Rey Rojo, que ha estado durmiendo durante todo el problema de ajedrez sin moverse.
14. Dxe8 jaque mate
La joven Reina Alicia ha detenido el jaque latente de las negras, capturando a la Reina Roja y dando un definitivo jaque mate. Esto la despertará del sueño: las piezas dejaran de tener vida propia para convertirse de nuevo en pequeños objetos de madera. Aunque el jaque mate pone fin al sueño, deja sin respuesta la cuestión de si el sueño era de Alicia o el del Rey Rojo.
La secuencia completa:
Un estudio del ajedrecista Christophe Leroy atribuye a cada pieza del cuento un personaje real de la época. El peón Blanco es Alicie Liddell, la niña “musa” de Carroll también protagonista de “Alicia en el país de las Maravillas”. El caballero blanco representa al propio Lewis Carroll así como el Caballero Rojo, su lado oscuro. El Rey Blanco y la Reina Blanca representan al matrimonio Liddell, padres de Alicia en la vida real. La Reina Roja simboliza a la reina Victoria, contemporánea de Lewis Carroll. La torre blanca corresponde a la White Tower (una prisión infame de Londres), que simboliza la conservadora sociedad victoriana del siglo XIX. El Rey Rojo es el misterio, la parte de los sueños que todos tenemos. Lewis Carroll sueña con la niña Alicia en todo el cuento y utilitza a los dos caballeros para expresar su mensaje.
Tras haber recorrido paso a paso toda la secuencia de jugadas del cuento, hay algo que no logro explicarme. ¿Cómo es posible que Carroll no aprovechara para incluir un estudio real de ajedrez? Un problema imaginativo y hermoso hubiera puesto la guinda a su relato. Una secuencia de jugadas por turnos, con posiciones legales, y con un desenlace impactante. Sin embargo, más allá de su carga simbólica, el problema de ajedrez de Carroll tiene muy poco interés ajedrecísticamente hablando. Se sabe que Carroll era un buen aficionado al ajedrez. Asistió a torneos de la época (ver segunda parte de este artículo), llegó a conocer a problemistas y tras su muerte se encontraron diversos tratados de ajedrez en su biblioteca. Carroll hubiera podido componer un problema o inspirarse en algún problema existente y, sin embargo, no lo hizo.
En la siguiente entrega tendremos ocasión de descubrir otros interesantes vínculos entre Alicia, Lewis Carroll y el ajedrez.
El cuento completo: A través del espejo y lo que Alicia encontró allí
Ver la continuación: Alicia en el país del ajedrez – Segunda parte
2013-01-15 22:50
Salía de visitar en Vladivostok a mi amiga Hilaria Kilntova quien se encontraba de paseo por unos días al inicio de año, cuando, en medio del gélido invierno, me cruzo con un niño que corría sobre el hielo con una caja semiabierta. Observe que se le había caído algo. Súbitamente fui al encuentro del objeto perdido y me encuentro con una pieza de ajedrez apenas visible en la nieve, la Torre Blanca. Como no hablo vladivostoquiano, con mi español le grite al niño pero no paró su marcha. Lo empecé a seguir, a pesar de mi ciática (anoche dormí mal y el transiberiano me dejó de cama) hasta que entró en una puerta de la calle Svetlanskaya. Mi sorpresa fue cuando me di cuenta que se trataba de un hotel y en su planta baja corría un campeonato de Ajedrez para niños. No logré identificar al niño, había decenas de ellos.
Todos estaban mirando las partidas con entusiasmo cuando de repente empiezan murmullos cada vez mayores, siempre en vladivostoquiano claro. Llegué solo a distinguir con cierta dificultad que hablaban de un tal Paush Pashkialin o algo así. El comisario paró las partidas y encendió una enorme pantalla. No di crédito a lo que estaba viendo: Apareció el Consul de España y comenzó a traducir al vladivostoquiano lo que yo si llegaba a leer: ¡¡¡“Alicia en el país del ajedrez”, por Pau Pascual!!!. “Алиса в шахматы”. по Pau Паскуаль. La gente aplaudió con énfasis.
Nuevamente sorprendido por la noticia tenía urgentemente que saber más, no me servía la traducción. Pedí en la conserjería del hotel que me dejaran entrar en el Business Centre para abrir un ordenador y buscar tu artículo para entrar en contacto con él a solas.
Lo empecé a leer con mucho interés y concentración (ya me conoces Pau) cuando, una mano se posó sobre mi hombro. Al girar la cabeza me encontré con ¡¡Alicia!! Quien se llevó la Torre Blanca diciendo: …..¡¡Que la Torre Blanca haya quedado sola no significa que puedas variar su destino.!!. Y desapareció con la pieza por el espejo de donde no la vi salir.
No pude seguir leyendo tu artículo pero te prometo que lo leeré todo junto cuando regrese a España. Aquí las comunicaciones por Internet son un poco tediosas.
Te dejo que tengo que ir a tomar un baño sauna con Hilaria, a ver si se me pasa mi achaque.
Que sigas bien.
Tu amigo de siempre, que te desea un feliz cumpleaños.
GKA
2013-01-16 02:17
Un relato para soñar, un estudio sin igual, un cuento para pensar, de un crack: Pau Pascual.