TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Hay libros que le eligen a uno. Hacía mucho tiempo que no estaba en una librería como hay que estar: paciendo como las vacas, sin objetivos, sin prisas, rumiando títulos y más títulos por el simple placer al paladar. Una estantería generosa estaba dedicada por entero a los libros de Cátedra en su colección Letras Hispánicas, e hice un barrido más por hábito que por interés; sin embargo, me llamó la atención lo raído de un volumen de lomo estrecho, cuya plastificado se había desprendido de los bordes como si hubiese sido arrancado de su estante por una manada de lectores de Harry Potter. Pero no, estaba nuevo: una edición de 1981 que había sobrevivido 25 años a la curiosidad e interés de miles de visitantes de librería:
José Bergamín
EL COHETE Y LA ESTRELLA
—————
LA CABEZA A PÁJAROS
Lo compré sin dudarlo: llevaba años detrás de leer a Bergamín además, era barato (6,80€) y me hicieron un veinte por ciento de descuento (el margen de la librería, me aseguró el librero) por el lamentable estado del ejemplar. Lo leí con inmeso gusto por dos razones. La primera es que la decrepitud le daba un aspecto añejo que aportaba un aire de época a la lectura, casi como si uno atravesase el libro para aparecer en esos años veinte en que se escribieron los textos; hace aún pocos años yo todavía insistía en intentar que me gustasen los libros de viejo, y frecuentaba librerías mohosas y polvorientas y compraba algún que otro libro que después malamente leía, pues no soporto ese tacto del papel carcomido por el polvo, esa rugosidad pegajosa y el olor a turbio. Pero este libro estaba viejo, no usado. La segunda razón es que es simplemente delicioso. El aforismo es campo poco frecuentado en las letras españolas, pero Bergamín parece aglutinar en sus frases todo el saber desprendido durante siglos, desde la agudeza de Gracián hasta la poesía de las greguerías, y un pensamiento audaz que, quitando quizás un machismo hoy trasnochado, no pierde ni ápice de actualidad. Aún más: su radical posicionamiento con la inteligencia exigiría una inmediata recuperación de Bergamín, católico heterodoxo («Es posible una filosofía sin religión, pero no una religión sin filosofía»), filósofo práctico («Procura no convertir tu vida en una carrera, y menos que nada en una carrera de obstáculos»), habilísimo antropólogo del lenguaje («Desconfía de los que vuelven: son los que han llegado. Y nadie peor, de los que llegan, que los que están de vuelta»), y creador, en fin, de sentencias que vibran como certezas 90 años después: «Para el que tiene miedo cualquier visitante es un ladrón».
Quizás su pecado, en un país apasionado de la culpa, fue ser republicano en los peores momentos posibles, y no callarse: regresado del exilio, asistió alucinado al traspaso de poderes del dictador al monarca ante la connivencia general, y gritó en voz alta el dislate histórico en una serie de artículos en Sábado Gráfico, en plena transición. Imperdonable hasta el punto de pasar absolutamente desapercibido el centenario de su nacimiento en 1995, y que más allá de sus poesías en Castalia apenas se publique nada de su obra —con la excepción de la editorial Turner, que después de la atención que le dedicó en los años ochenta, publica ahora unas Obras esenciales— y uno tenga que encontrarse sus aforismos envueltos en una pequeña ruina, un edificio desvencijado en el que, traspasada la maleza, encuentro piezas que descubren percepciones que siempre intuí pero nunca fui capaz de darles forma:
«IMAGEN espantosa de la muerte: un muñeco desnudo»
2006-11-02 20:32
“No se acostumbraba a la idea de la muerte. En cambio a la muerte se acostumbó enseguida.” .- Otro gran aforismo del libro