TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
La ruta Joyce (Alfonso Zapico, Astiberri, 2011). Extraño; empecé rechazándolo (a pesar de que tenía muchas ganas de leerlo) y acabó gustándome mucho. Se trata de la crónica del proceso de documentación de su asombroso Dublinés. Creo que el hilo conductor que hace de argamasa y logran la empatía es el humor de Zapico, el buen y silente humor.
Juegos para morir (Tardi, Norma, 2012). Me gustaron los acercamientos a la guerra de Tardi. Este cómic, sin embargo, me cansó: no me gusta su dibujo (no me gusta el dibujo de Tardi, aunque sí aplicado a la brutalidad bélica, ya ven, contradicciones mías) y el argumento, aunque tremendo, no logró engancharme. Historia de barrios bajos y predestinación trágica.
El viaje (Carlos Bruno Castañeda, Cartonera Island, 2012). Poemario que forma parte del bonito proyecto de libros digitales Cartonera Island. Fuerza y compromiso social.
El latín ha muerto, ¡viva el latín! (Wilfried Stroh /Fruela Fernández [trad.], ediciones del subsuelo, 2012). Se lee en cada frase la pasión de este latinista alemán por la lengua de Cicerón, y consigue transmitir ese entusiasmo. La primera parte del libro es excepcional, dinámica y muy ilustrativo de qué fue y cómo evolucionó el latín… pero a medida que nos acercamos al final Stroh va centrándose más y más en su entorno alemán y vamos perdiendo referencias e interés.
Pasolini (David de Toffolo, 451 Editores, 2012). Otro excelente acercamiento biográfico desde el cómic. Aquí, además, Toffolo arriesga creando una entrevista con un Pasolini entre fantasmagórico y suplantador demente. Y gana.
Borra (LuisD, La Cúpula, 2011). Dibujo algo tosco, una historia sencilla y agradable de recuerdos de la pandilla de la infancia vistos desde el presente y la reflexión melancólica del paso del tiempo.
Canción errónea (Antonio Gamoneda, Tusquets, 2012). Pues… Antonio Gamoneda. Yo ya no voy a decir más: no creo que aporte nada nuevo a sus poemarios anteriores, pero a mí me gusta mucho esta poesía tan sensual, en el sentido menos sexual de la palabra.
El fotógrafo. Tomo 1 y 2 y 3 (Guibert, Lefêvre, Lemercier, Glénat, 2005). Un gozo. Se trata de la narración autobiográfico de un viaje de ida y vuelta entre Pakistán y la Afganistán en guerra con los soviéticos, con una mezcla perfecta de viñetas y dibujos; entrañable, emocionante y despreocupadamente didáctico.
Un viaje entre gitanos (Guibert, Keler, Lemercier, sins sentido, 2012). Guibert repite fórmula, esta vez con el fotógrafo Keler y su recorrido por Europa siguiendo asentamientos de gitanos… y quizás sea que se pierde el elemento narrativo, pero el resultado final resulta mucho menos atractivo que la aventura de Lefêvre.
La campana de cristal (Sylvia Plath, Edhasa, 2008 / 1968) Como novela no me atrapó demasiado, aunque destellos poéticos salpicados por su prosa, algunas sensibilidades a la hora de captar su entorno, me hacen pensar que su poesía, que desconozco, debe de merecer la pena.
De ratones y hombres (Pierre-Alain Bertola, Norma, 2012) Aunque en un principio rechacé el dibujo de Bertola para esta adaptación al cómic de la novela de Steinbeck, finalmente me parece el gran acierto del libro: esa elección por la inexactitud en el trazo, por la conversión de los personajes en una nebulosa de perfiles desvaídos, singulariza y da personalidad al cómic.
Farenheit 451 (Tim Hamilton (trad. Julia Osuna Aguilar, 451 editores, 2010). Le falta a esta adaptación lo que sí tiene la de Bertola: personalidad. Bien, correcto, pero nada más.
Asterios Polyp (David Mazzuccelli, sins sentido, 2010). Oh, qué maravilla, qué grandísimo cómic crea Mazzuccelli volcando la osadía necesaria en el dibujo para una historia, un personaje en realidad, inmensa.
Terra nova (Sportula, 2012). Muy loable la iniciativa de Sportula de editar esta antología de relatos de ciencia ficción, digital, barata, en EPUB sin DRM… y con historias de calidad irregular pero interesantes en general, no trilladas y con el peso sobre la especulación futurista.
Y todos estábamos muertos (Tusquets, 2006), Lo solo del animal (Tusquets, 2012). Mi primer contacto con Olvido García Valdés y todo un descubrimiento. Una isla en la ciénaga del simplismo. Me gustó mucho más el primero. pero en cualquier caso cada poema, casi siempre brevísimos, una explosión de referencias, apuntes, sensaciones y significados pocas veces aprehendidos completamente, pero casi siempre sentidos.
El secreto del fuego (Henning Mankell / Mayte Giménez y Pontus Sánchez, Siruela , 2011 /1995). Una alegría encontrarse con una novela juvenil, y además de las que enseñan, que no insultan la inteligencia del adolescente, que está llena de silencios, elipsis, pasajes durísimos moral y visualmente. Cuenta la historia de una niña de un poblado de Mozambique a la que una mina antipersona le cambia radicalmente la vida.