TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Permítanme que empiece el artículo con una cita:
«Lo que más sorprende del DRM es que el formato ya fue probado por la industria de la música: no detuvo la piratería, y mantenerlo era muy costoso. Al final optaron por desecharlo, y buscar nuevas formas de facilitar la compra para el usuario.
Pareciera que la industria del ebook nunca se enteró de eso.»
Esto lo escribía Juan Luis en un comentario al artículo en el que yo elogiaba la llegada de un Quijote digital anotado, pero lamentaba profundamente su uso del DRM. Y resume perfectamente la ceguera de una industria que se está dejando llevar por el miedo. Véase lo que me decía por correo una editora hace unos días ante mis pegas al uso del DRM es sus libros:
«Gracias Marcos, por tus comentarios. Pero permite que te diga una cosa
respecto al DRM. Cualquier ladrón, hasta el menos experto, es capaz de
reventar la cerradura de tu casa en menos de cinco minutos, y eso lo sabe
todo el mundo. Sin embargo nos obstinamos en poner cerraduras con los
inconvenientes que eso acarrea, como dejarse las llaves dentro o perderlas.»
La analogía es falsa, claro, aunque conozco bastante gente que no cierra las cerraduras de sus posesiones con un argumento contundente: si quieren robarte lo harán igual y al menos no te romperán la ventana. El caso es que esta misma profesional de la edición me decía que, «por algo será», el 99,9% de las editoriales encriptan sus libros con DRM: exactamente igual que lo que ocurría con la industria musical, y lo abandonaron: por algo será.
El caso es que hay indicios de que la cosa empieza a cambiar; son pequeños avances, valientes, que van abriendo la oscura senda. Es el caso de Ediciones Tagus, la marca de casadellibro.com, que no sólo edita libros baratitos sino que lo hace sin DRM, toda una apuesta pues en su librería online la práctica totalidad de los ebooks que vende están encriptados y, lo que es peor, no lo dice en ninguna parte; desde la librería me responden: si no pone nada, es que lleva DRM.
Pero el caso más esperanzador y significativo es el de la editorial Nórdica, que acaba de volcar buena parte de su catálogo a digital, una empresa Premio Nacional a la Mejor Laboral Editorial en 2008 y con un catálogo excelente. En EPUB sin DRM. Y con una dificultad añadida: sus libros son ilustrados, harto más complicada la digitalización digna.
En fin, que el miedo atenaza, que se dan palos de ciego, y duele. Fíjense en un par de ejemplos de descalabros y sangrías de dos editoriales enormes y excelentes en su trabajo en papel:
- Cátedra muestra bien grande en su web la llamada Biblioteca digital, un catalogo breve de libros descatalogados o de escasa demanda que ofrece digitalmente… pero excludivamente tras previo registro y para lectura en en su página, no vaya a resultar sencillo a los interesados su lectura.
- La editorial de poesía y ensayo Pretextos tiene una sección de ebooks, e-Pretextos. Por favor, no se pierdan la explicación:
e-Pretextos es una colección de un número limitado de libros, en diferentes formatos electrónicos, que la editorial Pre-Textos ofrece de manera experimental. En la actualidad están disponibles algunos títulos de ensayo en formato pdf y otros de narrativa en formato epub. […] Los títulos en formato pfd son una versión digital facsímil a partir de la edición impresa, y están pensados sobre todo para ser visualizados en pantallas de ordenadores o de tablet y lectores ebooks a partir de 7 pulgadas (Ipad, Kindle DX, fire, etc…)
Un experimento. Ya saben, método científico del ensayo-error. Echar agua en aceite y a ver si sale hidromiel. Eso sí, sin DRM.
Insistamos: un libro con DRM no es del que lo compra, está capado, cojo: el lector inocente no podrá copiar texto ni leerlo en otro dispositivo de su propiedad que no sea el que utilizó para comprarlo; y el lector pirata podrá iniciar el principio del apocalipsis libresco retirándole la protección en un puñado de clics. Díganselo, difundan la idea, escriban a sus editoriales y librerías favoritas, que al menos no puedan decir que al cliente le da igual o que ellos no lo sabían.
2012-10-25 15:35
Vamos a ver, el autor (o herederos) de un texto cuando delega la gestión comercial en una editorial asume sus condiciones. En mi opinión que use DRM o no en su versión digital es irrelevante, solo es un soporte. Si alguien decide usar protecciones está en su derecho, de igual forma el “consumidor” puede decidir adquirir o no un producto bajo esas condiciones.
No tengo nada contra quienes adquieren productos Apple o Microsoft o ebooks con DRM es responsabilidad de cada cual saber las condiciones que acepta, Si el DRM o los formatos propietarios no gustan… no los compres. Es algo muy sencillo de entender
2012-10-25 15:57
¿Nos cargamos entonces a las asociaciones de consumidores? :)
Claro, Cayetano, es muy fácil de entender. Yo de hecho lo entiendo perfectamente y llevo varios meses sin comprar ningún libro que no cumpla determinados requisitos.
Pero se trata también de contribuir en la medida de lo posible a que el producto, que vive un proceso de cambio formal muy importante, evoluciones del mejor modo posible para todos. Me gusta leer, me gustan los libros, y considero que por este camino los lectores (y por consiguiente los productores) salimos perjudicados.
Saludos
2012-10-25 17:38
¿Dónde he dicho yo algo sobre asociaciones de consumidores?. Solo señalo, ahora, que basta con ignorar a aquellas empresas y productos que no se ajusten a nuestras necesidades y/o gustos
Los derechos de autor son lo que son, hasta los más estrictos defensores del software libre insisten es respetar ese derecho, de igual forma aconsejan el no usar formatos propietarios que restringan la libertad de uso y modificación de contenidos. Amén de que posiblemente obtengan mayores beneficios que en la Red
Personalmente me la trae al pairo lo que hagan las editoriales, aunque no tanto lo que hace el mundo de cultura cuando presiona al legislador (aka políticos) para reducir las libertades (cerrar webs sin garantías judiciales previas, por ejemplo)
Creía que la edición digital era una oportunidad para liberarse de las condiciones leoninas impuestas por las editoriales a los autores. Pero no, en general, prefieren la comodidad de que la venta y difusión de su obra la siga haciendo una gestoría llamada editorial.
En fin, me cansa un poco el tema, con todo si alguien no quiere pagar por leer la obra de un autor es algo que, de momento sin mucho riesgo, es posible. Y los autores, no las editoriales, ya acabarán espabilando si quieren comer de su trabajo.
2012-10-26 02:44
De obligada lectura: Germán Machado Pobres pero no boludos