TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
1. No existe una lectura única de un texto, claro. El crítico, el especialista, maneja herramientas que pueden acotar el número de interpretaciones, acercarse a una recepción matriz o germinal, pero todo lector está contaminado por multitud de matices contextuales que le alejan cósmicamente de esa edición ideal.
2. Recibo Lengua de Madera en preciosa edición bilingüe de La Isla de Sistolá. Se trata de una antología de poemas en inglés traducidos por Hilario Barrero. Lo leo ese mismo día y de un tirón. Todo lo que rodea a su lectura es pura mediatización para mí: Hilario es caro amigo desde hace muchos años ya y he leído casi todo lo que ha publicado. He oído hablar de estos poemas desde que conozco a su autor/traductor. En realidad se trata de una antología de una antología: la de aquellos poemas que, por puro gusto estético o cercanía poética, Hilario decidió comenzar a traducir al poco tiempo de trasladarse a vivir a Nueva York, hace más de 30 años; y el libro recoge unos cuantos. Desconozco casi todo de la poesía norteamericana y es más que probable que nunca hubiese comprado el libro si lo hubiese encontrado en una librería. Menos todavía lanzarme sobre él con avidez.
3. El libro me resultó una fiesta por varias razones: porque me encantó la selección, un paseo absolutamente personal (se echa en falta un prólogo explicativo de las razones del autor) por la historia de la poesía anglosajona, de Robert Herrick a Richard Jones; porque esa selección tiene una unidad no tanto estilística (quizás prime la austeridad retórica) como de sentido, una extraña mezcla entre el cinismo y el apasionamiento ante el mundo, casi una constante variación sobre la forma epigramática; porque a medida que cubría la lectura creía ver las razones que estaban detrás de la elección de cada poema, es decir, veía a Hilario detrás de cada verso como si fuese suyo; porque la traducción, desde mi punto de vista de lector sin conocimientos suficientes de inglés, transcurre no sólo sin estridencias, sino casi como si todo el libro fuese poemario de un solo autor.
4. Es decir: que el disfrute de ese libro está mediatizado por demasias cercanías que me impiden una valoración objetiva. Yo creo que, pero, ¿hasta qué punto mi recepción está predispuesta al gozo? ¿Hasta qué punto podemos alejarnos objetiva y eficazmente de lo que nos resulta tan cercano? Yo no sé la respuesta. Necesitaría experimentar dos lecturas del libro, ahora una segunda en la que se borrase todo recuerdo del autor. Y no deseo que suceda.
5. Alguna muestra:
DI LA VERDAD PERO DILA OBLICUAMENTE
Di la verdad pero dila oblicuamente.
El éxito radica en el circunloquio.
Demasiado brillante para nuestra débil delicia,
la soberbia sorpresa de la verdad
ha de ser explicada con delicadeza,
como se le explica a un niño un relámpago.
La verdad debe deslumbrar poco a poco,
o todo el mundo quedaría ciego.
Dickinson, 1886
EL VALLE ABANDONADO
¿Te imaginas estar tan solo durante tanto tiempo
que saldrías en medio de la noche
a arrojar al pozo el cubo de agua
para poder sentir que algo en el fondo
tira del otro lado de la soga?
Gilbert, 1925
EL SUÉTER
Te perderé. Está escrito
en este poema de la misma manera
que la muerte del pescador
está escrita en el suéter que su mujer teje.
Orr, 1947
2012-01-19 15:36
Muchas gracias, Marcos. Coincido en la selección de poemas que haces y hasta en lo de la falta de un prologo (que apenas si se leen) o alguna nota, pero la idea era presentar los poemas “desnudos”, que fueran los protagonistas. En definitiva que fuera la poesía quien gobernara la antología. Otro día te pego el prologo que escribí pensando que hubiera sido necesitado.