TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
El Sistema Educativo español agoniza. Pudiera parecer una afirmación alarmista, pero me temo que no hay otra forma de decirlo. Desde que la LOGSE se implantó en los años 90 no ha hecho más que degradarse, con un agravante: que las cosas buenas que tenía esa ley o nunca se han llegado a aplicar o se han ido borrando con el paso de los años. Y ahora mismo, y como siempre, el estado de crisis ningunea la importancia de la educación convirtiéndola en uno de los principales objetivos de recortes presupuestarios.
Pero lo realmente preocupante es la pasividad con que se reciben estos recortes y esta degradación, y pasividad en un doble sentido: de los docentes, cuya falta de unidad y, entiendo, acomodamiento, hacen que no reaccionen más que con tímidas protestas ante cualquier recorte de sus derechos; y de los padres, mucho más preocupante porque indica que no perciben al Sistema Educativo como algo propio de lo que forman parte y les afecta directamente.
La pasividad del profesorado es endémica: fuesen cuales fuesen las reformas, siempre sin tenerlos en cuenta, muchas veces para empeorar objetivamente su entorno de trabajo, nunca se fue más allá de huelgas que generalmente no se secundaban mayoritariamente. La huelga como método de protesta está, al menos coyunturalmente, acabada; en una reciente charla de un liberado sindical pedí la palabra para proponer alguna medida alternativa a la huelga: argumenté que yo no haría más, que no tenían repercusión alguna y que encima afectaba a mi suelda y beneficiaba a las arcas del sistema contra el que quería protestar; propuse medidas mucho más agresivas y activas: por ejemplo, no evaluar. No hubo carcajadas por respeto, pero el sindicalista fue realista: la medida podía acarrear problemas legales y no sería seguida por casi nadie. La huelga es mucho más cómoda, y finalmente reafirma el sistema.
Pero la pasividad de las familias es todavía más preocupante y tiene que llevar al profesorado a reflexionar sobre su parte de culpa en eso: aunque la mayoría de los profesores que conozco se preocupan por sus alumnos y tratan de ser buenos profesionales, es cierto que nosotros también vemos como ajenos a los padres, que parece haber una confrontación que nos separa irremeidablemente. Un error tremendo, porque cualquier recorte o pérdida de derechos en el Sistema educativo afecta directamente al alumnado, de un modo u otro.
Y en el apartado de recortes los menores son los que afectan a nuestro sueldo: ningún profesional preocupado por la enseñanza va a relajar su oficio por cobrar menos: mucho más preocupantes son los recortes de personal, graves desde hace dos años y que todos los institutos vienen notando, con la amortización de plazas cada curso, y ahora con el incremento del horario de maestros y profesores de secundaria, incremento que lejos de buscar una mejora de la educación busca suprimir todavía más plazas de profesores. Que nadie se equivoque: la eliminación de plazas de profesores incide directamente en lo que a mi juicio era quizás el único gran acierto de la LOGSE: la atención a la diversidad. Ya está siendo efectiva en muchos centros la imposibilidad de hacer desdobles en las aulas para una atención más individualizada, incluso la supresión de cursos de Diversificación. Se vuelve a las aulas masificadas, con el agravante de que ahora el pérfil del alumnado es mucho más diverso y problemático.
El ataque es directo y asolador, y lo hacen porque saben que no hay respuesta, que no volcaremos camiones de tomates, que no paralizaremos la actividad del país, que no estropearemos las vacaciones de nadie, que ni siqueira acudiremos masivamente a una jornada de huelga. Y lo que es mucho peor: que cualquiera de esas medidas será bien vista o al menos ignorada por todo el resto de ciudadanos que perciben como algo ajeno algo que les atañe directa y profundamente: la educación de sus hijos. Así que sólo con una unión social de familias y docentes, una que entienda que estamos juntos, que toda merma de los recursos educativos es una merma para la ciudadanía en su conjunto, podremos parar esta sangría impune y alevosa. La educación no es negociable. No debería.
2011-06-23 14:57
Estoy totalmente de acuerdo. En este país tenemos el vicio de únicamente preocuparnos por lo que nos afecta directamente. Y a veces ni eso (véase ejemplo).
Yo veo las huelgas en educación como contraproducentes, dejar de dar clase para revindicar un mejor sistema educativo… Eso sí, totalmente inefectivas. Por eso me ha gustado bastante la solución que das. Los chavales no pierden clase y los únicos que acaban fastidiados son los burócratas que necesitan el numerito para clasificar al niño. Lástima que encontrases tanto rechazo, pero prometo que si llego a profesor trataré de llevarlo a la práctica.
Un placer leerte.
2011-06-25 15:23
Tus palabras acaban dejandome la sensacion de que es demasiado tarde para hacer nada.
Ha bajado la marea y se ve el fondo y a los que se han bañado en pelotas.
Y somos muchos los que nos hemos dejado llevar por la ola de la abundancia-aunque en el fondo algo nos decia que no duraria para siempre-
Hemos dado por sentado que la abundancia y nuestros impuestos significaban buenas escuelas publicas,etc
Y asi nos va
Pero seguimos desconcertados.
Que significa una buena educacion despues de ver a miles de universitarios subempleados o teniendo que emigrar en el mejor de los casos(no nos engañemos por 4 que “triunfen”,la Merkel quiere cubrir puestos de trabajo medios con titulados superiores.Simplemente pagan mas y tienen mejores condiciones de vida.De pronto la proverbial cerrazon española a los idiomas ha desaparecido y vemos a jovenes universitarios entusiastas aprendices del idioma de Goethe).
Donde esta el retorno de la inversion de la Universidad Publica Española?
Pienso que:
-No nos hemos integrado bien en Europa
-Las personas progresistas han abandonado el sistema democratico dejando de votar a sus opciones y permitiendo que la derecha se afianzase
-Falta un buen sistema de educacion para la clase media y media-baja(hablo de profesionales de cualquier ramo)
En este sentido ademas la clase media citada lo tiene peor.Hay bofetadas por encontrar plazas en la FP publica,llegando en algunas profesiones y escuelas a notas de corte similares a Selectividad.La privada se esta frotando las manos con el negocio que se le avecina.
La guerra de clases ha sido ganada por los de siempre.
Ya lo sabiamos pero siempre es una sorpresa desagradable constatarlo.
Y ademas hemos contribuido con nuestros impuestos¡¡
Lo que se deben estar riendo y sonriendo algunos¡¡
La vida es bella,no?
2011-07-02 18:27
A lo mejor el sistema educativo tiene que llegar a estar mucho peor para empezar a mejorar.
Porque los sobreentendidos tácitos perversos, los vicios tradicionales del sistema (y los sobreañadidos o aumentados en los últimos veinte años) y los currículos de crecimiento canceroso, que suman los disparates antiguos más los modernos sin quitar ninguno, siguen igual y no se los replantea nadie.
O quizá podamos esperar a ver si hay suerte y algún subproducto de tanto ahorro y desmantelamiento resultan inesperadamente en algo que a la larga sea positivo, aunque sea inintencionadamente. Por ejemplo:
A ver si habiendo menos dinero para parchear y fingir que se contenta a todos los intereses, llega el momenot de replantearse las prioridades desde el principio. Por ejemplo, cuales son las cinco o seis materias que deben concentrar esfuerzos y ser obligatorias.
O a ver si a fuerza de descargar en las familias y en su presupuesto cada vez maś parte de la tarea, estas llegan a recordar que el que paga manda, y debería poder decidir (al menos) algunas cosas.
O a ver si, por ahorrar, el Estado recupera los examenes libres, y le sacamos al menos alguna rentabilidad al (presunto y nunca visto) liberalismo que nos invade.