TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Ya he escrito por aquí en varias ocasiones sobre los paralelismos entre la aparición de la imprenta en el siglo XV y la cultura que generó y la que está brotando del surgimiento de Internet. Y el artículo de Paco Serradilla sobre el creciente uso de la tecnología en la producción cultural y cuánto vamos a aceptar como legítimo en el proceso creativo me recordó el concepto de imitación que sustentaba el Renacimiento. Dejó escrito Lázaro Carreter:
«Para los renacentistas, las fuentes eran de dominio público, que podían hacer privado mediante un golpe de genio si, renunciando a la fiel sumisión, se salían del círculo mostrenco que dichas fuentes delimitaban.» (Imitación y originalidad en la poética renacentista, Anuario de estudios filológicos, II, Universidad de Extremadura, 1979.)
Las fuentes eran de dominio público, tanto que la imitación era uno de los principios de la poética, imitación que hoy consideraríamos plagio, pues la cita de fuentes era práctica inexistente. No se trata ya de que, temáticamente, la inmensa mayoría del corpus poético renacentista carezca por completo de originalidad, construido sobre tópicos clásicos y petrarquistas repetidos una y otra vez con mínimas variantes, sino de que formalmente buena parte de ese corpus son traducciones muchas veces literales de versos o poemas enteros de Tácito, Horacio, Ariosto, Petrarca y tantos otros. Hablamos de Garcilaso, Fernando de Herrera, Gutierre de Cetina, Juan Boscán, Francisco de la Torre, Fray Luis de León… y tantos otros que conformaron una cultura que hoy consideramos única, profundamente original y germinadora.
Creo que es plausible pensar que si Internet y la imprenta facilitaron el descubrimiento de culturas lejanas en el tiempo y en el espacio, en ambos fenómenos nació la consciencia de apropiación de esas culturas por un doble sentimiento de inmensidad y de pasmo ante tanta maravilla y tan a mano: el copy & paste, los refritos, las traducciones, las selecciones, los retweet, re-compartir, recomendar… quizás sean considerados dentro de algunos siglos como el inicio de un movimiento cultural rico, profundo y original.