TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Preámbulo
Veo la reseña de Gonzalo Hidalgo Bayal y me llama la atención. Digo veo porque no soy un lector de reseñas: cuando intuyo que el libro tratado me interesa, dejo de leer por una especie de superstición, como si la lectura de la recensión se expandise en mi cabeza y construyese, palabra a palabra, el libro entero, y arruinase su lectura. El caso es que algo en la sobrelectura de esa reseña mi incita a hacerme con un ejemplar de Biblia apócrifa de Aracia, de Juan Ramón Santos.
Primer contacto
La edición (Los libros del Oeste) es preciosa, de esos volúmenes que uno disfruta en las manos, grueso, pesado, buen papel, mejor diseño, un portal del que uno no puede sustraerse y que anuncia (no necesariamente cumple) un interior atractivo.
La novela. Primera parte
El primer capítulo es prodigioso. Santos inaugura su historia con una creación total, un remedo bíblico que imita y renueva el lenguaje a un tiempo, y tanto ese nacimiento que narra como el chorro de palabras que utiliza conforman una prosa nueva y una trama que se adhiere a los ojos para dejar a Aracia ya para siempre en las pupilas.
Los cuatro capítulos restantes de esta primera parte se alejan, cambian de estilo y confirman que esta novela está del lado de allá, de los pocos que buscan otras narraciones, otras formas, otras realidades. Me queda claro que no puedo dar nada por supuesto en las 400 páginas restantes.
La novela. Segunda parte
Ya avanzada la segunda parte me doy cuenta de que estoy echando de menos la prosa de las primeras páginas. Me interesa el devenir de Aracia, me agradan las peripecias de sus ciudadanos, pero no he vuelto a sentir esa ansiedad gustosa del inicio, esa sensación tan infrecuente de estar asistiendo a algo totalmente nuevo y distinto. Voy leyendo y por momentos tengo la sensación de haber cruzado hasta Castroforte del Baralla, para bien y para mal.
La novela. Tercera parte
Continúa la narración miscelánea, como esas telas hechas con retazos y restos de otras, entrevistas, cartas, correos electrónicos, diario… en esta parte final, la investigación de Mateo, muy bien escrita, no se aleja en exceso de otras novelas de investigación rectas y tópicas… y continúa la sensación de que Juan Ramón Santos desperdició la oportunidad de escribir una novela inmensa: desperdiciar es una palabra injusta, Biblia apócrifa de Aracia es una gran novela, una de las que a mí me interesan, una de los heterodoxos, pero sus primeras 40 páginas prometían la aparición de un unicornio.
Espero con cierto desasosiego ilusionado su segunda novela. Una que continúe y supere esta descripción del nacimiento y la destrucción del mundo que es Aracia.