TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Nos sigue sorprendiendo que algunos de los poemas más hermosos de la literatura no fuesen una extensión del dolor o de la euforia del poeta, sino un juego, un ejercicio de apropiación de moldes ajenos, un acondicionamiento de tópicos y engranajes a la propia pluma. El Romanticismo nos inculcó ese prejuicio que todavía conservamos e impide entender plenamente que la literatura puede transformar un sentimiento ajeno en un dolor o un grito que volvemos nuestro, y nos amputa y horada, y horada y amputa a los otros. No, no hay que conocer el resquebrajamiento de un rechazo amoroso para escribir la queja perfecta; no es necesario notar una marisma en el estómago para escribir el dolor más intenso; no se requiere a la muerte en el entorno para escribir la soledad que la acompaña. Nuestro Siglo de Oro creó toda una poética basada en la utilización de modelos prefijados, de temas previamente construidos en todos sus detalles, de formas estrictas que limitaban cada detalle de expresión, una poética en la que la imitación y traducción eran mérito y orgullo y loa. Y crearon un corpus inmenso que es posible que todavía no haya sido superado.
Les dejo aquí el que seguramente es mi fragmento amoroso favorito. Son seis versos de la Égloga I de Garcilaso de la Vega. No sé exactamente qué es lo que me atrae, pero tiendo a pensar que es porque surgen como un soplo de aire fresco en las encorsetadas (aunque igualmente hermosas) estancias del poema, ese recuerdo directo, conmovedor, de lo que nunca será suyo:
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
_____________
Les invito a que dejen en los comentarios sus poemas de amor preferidos, fragmentos o completos, clásicos o contemporáneos. Podremos ver, también, cuánto de verdadero amor o de impostura hay en ellos.
2010-04-22 15:43
Jose Luis Otamendi tiene esta preciosidad, es un poeta contemporáneo vasco, el poema original es en euskera, es por no poner los mismos tópicos:
ATALAYAS PERDIDAS-2
Quiero herirte si digo que te amo
Parece que ya hemos llegado la masacre será pasado
Extrañaremos la casa y entonces escribiré sobre lo que amo
Qué hay tras esta calle
Tu y yo nunca sufrimos de la misma manera
Tus venas explotan lejos de mí lejos de ti se desgastaron
Mis viejas amistadesY entre los dos no hay más que desiertos democracias pueblos arrasados
En cal vivaDesde el cieno del río los ahogados me señalan con el dedo
Dónde quedan los arrabales dónde los puentes levadizos
Ya no hay armas para esconder en las cunas
No poseo más que una deteriorada libertad no más que un olvidado bantustán
Dime, bajo qué bandera bendeciremos de nuevo nuestro amor
En qué aguas en busca de qué arrecifes
Copiaré una hermosa proclama
En todas tus heridas hay párrafos que nunca han sido leídosSomos los que estamos
En nuestras filas no hay soldados desconocidos libertades al por mayor
Ya lo ves, mis sentimientos son fáciles de desarticular
Quiero herirte desde la trinchera cubierta de un poema
Poseo avenidas de árboles astillados, un cielo
Como un campo de fútbol regado cada noche
Y puestos que abandonarConstruyo mal los puentes no sé escribirte
No sé amarte en esta incómoda pazSomos estibadores panaderos cobardes
Los que estamos
Y aguardando la sequía que limpiará el río
Aprenderé a recoger tu cuerpo en mi regazo, aprenderé a
Cargarlo al hombroSi dejo de escribir parecerá que no hay dolor aquí
Que los piquetes de la felicidad se han apoderado de todas las fábricas
De todas las colinas de las callesY yo quiero herirte cuando te amo
2010-04-22 16:00
Precioso, mini, muchas gracias. Fíjate que su primer verso es toda una declaración de amor al tópico: la herida de amor del amor cortés y el imaginario petrarquista y después renacentista.
La traducción, ¿es tuya?
Saludos
2010-04-22 16:17
En la página de la editorial está la traducción, según me sopla mini por otros canales: Traducción
2010-04-22 16:23
Si se fijan, el poema tiene una dureza militante que está muy insertada en el imaginario vasco:
“Y entre los dos no hay más que desiertos democracias pueblos arrasados
En cal viva”
Alusión política: pueblos arrasados en cal viva(Lasa y Zabala)
“Ya lo ves, mis sentimientos son fáciles de desarticular”
“Aprenderé a recoger tu cuerpo en mi regazo, aprenderé a
Cargarlo al hombro “
“Que los piquetes de la felicidad se han apoderado de todas las fábricas
De todas las colinas de las calles “
Tiene ese arraigo que quería reseñar que aumenta su belleza, creo.
2010-04-22 16:31
“Muchos han vivido sin amor, ninguno sin agua” W.H. Auden
:-)
2010-04-22 18:57
aberron, estás despedido :)
2010-04-22 19:01
Si se fijan, el poema tiene una dureza militante que está muy insertada en el imaginario vasco
Será en el tuyo. No hables por todos y menos tomando al cursi de Otamendi como modelo.
2010-04-22 19:23
Que majete Alber, siempre tan cariñoso.
Va el mío, de Auden también, tipiquísimo, pero es que leo poca poesía y soy muy mal lector de poemas, sinceramente. Sin embargo el famoso “Parad los relojes” siempre me pone los vellos de punta.
Parad los relojes
Parad los relojes y desconectad el teléfono,
dadle un hueso jugoso al perro para que no ladre,
haced callar a los pianos, tocad tambores con sordina,
sacad el ataúd y llamad a las plañideras.
Que los aviones den vueltas en señal de luto
y escriban en el cielo el mensaje “Él ha muerto”,
ponedles crespones en el cuello a las palomas callejeras,
que los agentes de tráfico lleven guantes negros de
algodón.
Él era mi norte y mi sur, mi este y mi oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi día y mi noche, mi charla y mi música.
Pensé que el amor era eterno; estaba equivocado.
Ya no hacen falta estrellas: quitadlas todas,
guardad la luna y desmontad el sol,
tirad el mar por el desagüe y podad los bosques,
porque ahora ya nada puede tener utilidad.
2010-04-22 19:52
De la Quinta Poesía Vertical de Juarroz (1974):
Un amor más allá del amor
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo,
pero también para todas las posiciones intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizás también como cerrarlos.
2010-04-22 20:44
1-Hombre, alber, yo lo leí así en su momento y me gusta esa mirada. Quizá dureza militante es mucho decir, pero, sí, terminológía que resuena de una forma más clara dentro del país vasco o que pueda tener alguna connotación más. Entenderá que no llenemos de circunloquios un mensaje, aunque lo que vayamos a decir sea menos preciso, pero es que cuando he tecleado la frase, me ha gustado, se lo juro, como cuando escribe Ballard: “Los barrios residenciales de la periferia sueñan con la violencia”, que igual ni tiene sentido, o se ha lanzado a la piscina, pero trasmite bien lo que él quiere decir,y claro, dureza militante, transmite bien lo que yo quiero decir, las resonancias que tiene en mí el poema, y, sobre todo, que me la pone un poco palote el verlo escrito, no es broma, de ahí que la vea adecuada para el poema, porque a veces uno también escribe un poco para sí mismo, ya sabe, lo escribe, se automola, y luego otro lo lee y se indigna moderadamente con razón, pero sin la empatía suficiente como para entender que un comentario en un blog no es una ley, no es un tratado, y está sujeto a todo tipo de licencias por parte del autor del mismo que, en mi caso, son todas porque soy de naturaleza inflada.
2-Por otra parte, si usted me dice que para Otamendi las imágenes del poema como la de los pueblos arrasados en cal, o la alusión a las armas y las cunas, el cargar al hombro, las trincheras, los piquetes y demás, no son más que licencias poéticas del señor Otamendi y que entran dentro de el torrente de su discurso, pero sin intencionalidad por su parte, pues de acuerdo, pues me da igual, no es necesario que él lo quiera insertar en su discurso, no me importa, entiendo que cuando él lo ha escrito la interpretación cae en nuestras manos y los propios escritores pueden ser los primeros obstáculos que ha de saltar el lector al interpretar el gesto, a mí me gusta leído desde la dureza, usted lo lee desde el recogimiento poético, perfecto; pero que sus evocaciones, aunque inconscientes si lo fueran, son las que son, y que ponga cal y no carbón es por algo, clarinete. Lo que pasa es que igual cree que quiero decir que es un poema de reminiscencias etarras, o qué se yo, y no, me refería a eso, la dureza militante también la encuentro cuando dice piquetes y no recuerdo ningún acto muyaidín de la banda, haciendo estragos en huelgas, pero bueno, que creo que usted ha asociado decir dureza militante con batasuna, y yo lo decía desde la perspectiva de un lector acérrimo de ballard que emplea la retórica de la violencia hasta para pedir el pan, desde mi innata inconsciencia ;-). No me extiendo, espero que me haya explicado de alguna manera.
3-Nadie puede hablar por nadie, salvo por si mismo, si no le dotan de permiso. De ahí que todo lo que yo asuma como global entra dentro de mi globalidad, la de mini, y no la de usted, claro. Así que no se preocupe de que utilice el plural mayestático sin criterio, es mi ser desmesurado por naturaleza el que habla. Me regodeo con el plural, soy mucho de regodearme, no se lo tome a mal. Soy como el Rey, campechano.
4-y cuando se habla de poesía amorosa, el decir que algo es cursi de una forma peyorativa o minusvalorándolo está muy feo, ya que el poema es cursi, pero como artefacto cursi funciona que es lo importante. Además, el poema amoroso funciona si es cursi, ya que cuando estamos enamorados somos todos cursis y nos llenamos de tópicos y actuamos según tópicos establecidos mucho antes de la existencia formal de los mismos, de los cliches, digo. El señor Barthes explica muy educadamente en su libro “fragmentos de un discurso amoroso” que la función del mismo, no es la generación de ningún discurso, ni de ningún toma y daca, y que la finalidad del discurso amoroso es la de acunar al ser amado, arrullarle con las palabras. Por eso lo cursi nos gusta, porque tenemos un alma dispuesta a entrar al trapo y decir te quiero hasta que se nos deshaga la boca, y por eso lo cursi surge efecto. Yo leo poemas cursis y me pongo emocionalmente chiripitiflaútico, y escucho canciones cursis y ronrroneo como un gato. Como debe ser.
Señor alber, encantado, un saludo y eso.
2010-04-22 20:59
Si ya empezamos a poner a clasicotes, pongo a Cernudo y me regodeo.
HE VENIDO PARA VER
He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.
2010-04-22 22:56
Otra cursi, tan cursi como eso que llamamos amor:
Aunque tú no lo sepas
Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos…
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.
Luis García Montero
2010-04-22 23:43
Que majete Alber, siempre tan cariñoso.
Pues de verdad que lo siento, porque intervenir de Pascuas y Ramos y, encima, a cara perro, tampoco es que me emocione…
Pero es que el rollo ese del imaginario vasco me da por culo. ¿Qué carajo es eso? Pues es el imaginario que algunos vascos entienden como único y, en consecuencia, puro. Bah, chorradas con las que llevan décadas dando la lata, pero que me aburren.
En cuanto a Otamendi, se inserta en una subcorriente de la poesía vasca del siglo XX que se distingue principalmente por ser extremadamente cursi. Un cursilismo, digamos, ligado a la añoranza, a la tierra, a la nostalgia y cosas así. En fin, mierda pinchada en un palo y nada que ver con algo que remotamente se parezca a poesía de la que te vuela la tapa de los sesos.
2010-04-23 00:40
Me dejan decepcionadísimo: catorce comentarios con éste y todavía nadie ha sacado a Benedetti :P
2010-04-23 01:05
Esto se lo decía, yo, a una de las criaturas más hermosas que pueblan la tierra y que, una vez, no me pregunten por qué, me quiso.
“si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos”
Es de Benedetti de su libro “El amor, las mujeres y la vida”, el poema es mucho más largo y no merece la pena, salvo por este cuarteto que, a su vez, actúa como estribillo y se repite.
Creo que el libro venía hasta con un CD hablado, con un Benedetti crepuscular entonando las poesías en estricto uruguayo. Lo que no venía era con el conjuro de amor eterno, con eso sí que no venía, de eso sí que estoy seguro.
2010-04-23 01:14
Y ahora, mientras reviso algún libro a ver si sacamos algo bonito y que dé lustre, me arranco con un ripio de un poema que escuché a un poeta local en pleno éxtasis:
“La tuve, y no la tuve, y no la tuve.
La tuve, sí, pero en forma de nube.”
Y les enlazo a la Lectoraconstante que algo hablo, y muy bien como siempre, sobre la hermosura y verdad del ripio. No sean vagos y léanlo que les hara un poquito felices, palabra de mini.
http://www.lectorconstante.com/2009/08/24/todo-lo-que-rima-es-verdadero/
2010-04-23 13:07
Je, je, como sé que, aparte de a Benedetti, echarían ustedes de menos a Ángel González, allá va un fragmento de una que me gusta(ría) que me dijeran a mí, aunque sé que aquí hay muchos a los que no les gusta:
Me basta así
[…]
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Como, además, estamos en el centenario de Miguel Hernández, y como ayer fui a ver aquí en el Centro Cultural García Lorca a Luis Pastor, que cantaba poemas del pastor (De pastor a pastor, que Pastor tenía, al parecer, allá en Extremadura, un par de cabras, según dijo :-)), pongo esta preciosa y no muy conocida (por lo menos de muchos que yo conozco), que parece que le inspiró Maruja Mallo:
Pena bienhallada
Ojinegra la oliva en tu mirada,
boquitierna la tórtola en tu risa,
en tu amor pechiabierta la granada,
barbioscura en tu frente nieve y brisa.
Rostriazul el clavel sobre tu vena,
malherido el jazmín desde tu planta,
cejijunta en tu cara la azucena,
dulciamarga la voz en tu garganta.
Boquitierna, ojinegra, pechiabierta,
rostriazul, barbioscura, malherida,
cejijunta te quiero y dulciamarga.
Semiciego por ti llego a tu puerta,
boquiabierta la llaga de mi vida,
y agriendulzo la pena que la embarga.
Y, por último, una que me recuerda lo bien que lo pasábamos de adolescentes tras que se fuera o nos apartásemos del típico amor que en esa edad era fiero y pasional y para siempre; casi, casi que lo mejor era el llorar y echarlo de menos. El genial Oliverio Girondo:
Llorar a lágrima viva…
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo…
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Ah, y que me gustan las de Marcos y las que han puesto en los comentarios.
(Y cómo no ha puesto María José Hernández Lloreda aún la de Lope, hombre :-)).
Un beso.
2010-04-23 13:09
Pues yo tengo este:
No me siento seguro
En ninguna parte.
La aventura no termina.
Tus ojos brillan en todos los rincones.
No me siento seguro
En las palabras
Ni en el dinero
Ni en los espejos
La aventura no termina jamás
Y tus ojos me buscan.
Es de Bolaño y se llama Tu Lejano Corazón, y tengo una historia muy cursi de por qué este y no otro que no cuento a menos que sea en persona. Hay un par de puntos en los que disiento con Marcos, por cierto, pero ahora me tengo que pirar.
Y Feliz Sant Jordi, señores y señoras.
2010-04-23 13:59
Una cosa antigua pero muy fina
2010-04-23 17:50
No sé porqué, pero a mí este poemita de Manuel Bandeira (Recife, 1886 – Río de Janeiro, 1968) me parece más falso que un duro de goma, y sin embargo encantador.
NEOLOGISMO
Beso poco, hablo aún menos.
Pero invento palabras
que traducen la ternura más honda
y más cotidiana.
Inventé, por ejemplo, el verbo teadorar.
Intransitivo:
Teadoro, Teodora.
2010-04-23 18:08
Oigan, que muchísimas gracias (sigan, sigan).
Cayetano, eso es trampa: dije un poema, no un poemario. Es curioso, ayer estuve leyendo en clase con los alumnos “Noche oscura del alma” les costaba muchísimo entender por qué utilizaba un amor tan carnal para describir el amor divino.
Xoán, yo tampoco sé por qué :) ¿Tendrías por ahí el original en portugués?
El de Girondo es ejemplo de cómo pulverizar, jugando con ellos, los tópicos clásicos. Miguel Hernández los reproduce con pocos cambios aunque con un sentido poético admirable; Bolaño los esquiva casi por completo… Y González… pues camina (y como él muchos) por una cuerda tan fina que creo que sólo el lector soplando puede evitar que se caiga, totalmente legítimo ese soplido por otra parte.
Saludos
2010-04-23 21:03
Oh!!! Han nombrado a Girondo, son ustedes seres del bien, porque me han recordado que plagié, modificándola un poquito, una poesía visual y se la regalé, en una carta muy coqueta y con un papel elegantísimo y como antigüo, al mismo ser al que le decía cositas de Benedetti al oído. La llamaba enana en vez de utilizar su nombre humano porque era más feo. La carta le encanto, oigan, y a mí me encantaba cuando la escribí, aunque era un plagio. Cambié el bla, bla, bla original, por un menos burdo: palabras, palabras, palabras. Todavía lo recuerda y han pasado como mil años. En la carta sólo ponía esto, con un par:
Enana,
Palabras, palabras, palabras,
palabras, palabras, palabras,
palabras, palabras, palabras,
palabras, palabras, palabras,
palabras, palabras, palabras,
palabras, palabras, palabras,
te quiero.
2010-04-25 00:36
Odio la poesía amorosa en general, pero hay una que no, aunque me diréis que bastante típica tengo que citarla: el poema 20 de Neruda.
2010-04-25 18:56
Sublimes los versos de Garcilaso.
Dejo un poema. Podrían haber sido otros muchos.
Saludos.
J’AI TANT RÊVÉ DE TOIJ’ai tant rêvé de toi
que tu perds ta réalité.
Est-il encore temps d’atteindre ce corps vivant et de baiser
sur cette bouche la naissance de la voix qui m’est chère?
J’ai tant rêvé de toi
que mes bras habitués en étreignant ton ombre
à se croiser sur ma poitrine
ne se plieraient pas au contour de ton corps, peut-être.
Et que, devant l’apparence réelle de ce qui me hante et me gouverne depuis des jours et des années,
je deviendrais une ombre sans doute.
O balances sentimentales.
J’ai tant rêvé de toi
qu’il n’est plus temps sans doute que je m‘éveille.
Je dors debout, le corps exposé à toutes les apparences de la vie et de l’amour et toi,
la seule qui compte aujourd’hui pour moi, je pourrais moins toucher ton front et tes lèvres que les premières lèvres et le premier front venu.
J’ai tant rêvé de toi,
qu’il ne me reste plus peut-être,
et pourtant, qu‘à être fantôme parmi les fantômes et plus ombre cent fois que l’ombre qui se promène et se promènera allégrement sur le cadran solaire de ta vie.
«À la mystérieuse»
<i> Corps et Biens </i>
Robert Desnos (1900 – 1945)
TANTO SOÑÉ CONTIGO
Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Todavía hay tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar
sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a cruzarse sobre
mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no podrían
adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y
me gobierna desde hace días y años,
seguramente me transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las
apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta
ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios que los primeros labios y la primera frente
que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de
tu fantasma que ya no me resta sino ser fantasma entre
los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que
siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.
(Desconozco el autor de la versión.)
2010-04-26 00:11
La versión es de Aldo Pellegrini, la verdad es que ese poema es uno de los más bellos que conozco, no había caido en él.
2010-04-26 01:10
La versión original del poema de Manuel Bandeira, en portugués:
Neologismo
Beijo pouco, falo menos ainda.
Mas invento palavras
que traduzem a ternura mais funda
E mais cotidiana.
Inventei, por exemplo, o verbo teadorar.
Intransitivo:
Teadoro, Teodora.
(Belo Belo, 1948).
2010-04-26 02:33
Unos aquí y otros fuera comentáis lo difícil que os resulta encontrar un poema de amor que no os resulte cursi. No lo entiendo muy bien, porque, por un lado, creo que sólo hace falta entrar en el juego, algo necesario para cualquier otro tipo de poema, y por otro, vamos a lo de siempre: no hay poemas de amor o de cualquier otro tema, hay poemas buenos y malos.
En cualquier caso, quizás por eso sea más sencillo que gusten aquellos poemas que se inscriben en una tradición muy marcada y que parten de una impostura declarada, que se inscriben en un juego con unas reglas fijas y conocidas por todos.
Os dejo este soneto del gran Aldana:
Mil veces callo que romper deseo
el cielo a gritos, y otras tantas tiento
dar a mi lengua voz y movimiento,
que en silencio mortal yacer la veo.
Anda cual velocísimo correo
por dentro el alma el suelto pensamiento
con alto y de dolor lloroso acento,
casi en sombra de muerte un nuevo Orfeo.
No halla la memoria o la esperanza
rastro de imagen dulce y deleitable
con que la voluntad viva segura:
cuanto en mí hallo es maldición que alcanza,
muerte que tarda, llanto inconsolable,
desdén del cielo, error de la ventura.
——————
Más, aquí.
2010-04-26 17:27
Gracias por la aclaración, Julia.
Otro bello poema de amor:
L’AMOUREUSE
Elle est debout sur mes paupières
Et ses cheveux sont dans les miens,
Elle a la forme de mes mains,
Elle a la couleur de mes yeux,
Elle s’engloutit dans mon ombre
Comme une pierre sur le ciel.
Elle a toujours les yeux ouverts
Et ne me laisse pas dormir.
Ses rêves en pleine lumière
Font s‘évaporer les soleils
Me font rire, pleurer et rire,
Parler sans avoir rien à dire.
Paul Éluard
LA ENAMORADA
Ella vive de pie sobre mis párpados
Sus cabellos están entre los míos
Tiene la forma exacta de mis manos
Y el color de mis ojos que la miran
Ella se hunde entre mi propia sombra
Como una piedra en el azul del cielo.
Ella tiene los ojos siempre abiertos
Y me impide dormir con su mirada
A plena luz sus sueños luminosos
Hacen evaporar todos los soles
Sus sueños me hacen sollozar reír
Y hablar sin tener nada que decir…
Versión de Andrés Holguín
Comentario y explicación del poema:
http://eluardexplique.free.fr/capitale/amoureuse.html
2010-04-26 19:38
Marcos, claro que hay buenos y malos poemas. El problema de los poemas de amor es que el que los escribe está enamorado y normalmente eso hace que cosas que a los demás les parezcan cursi a él le parezcan maravillosas impregnadas por ese estado del enamoramiento. Con los demás temas es más difícil que ocurra eso.
2010-04-27 18:48
Um, difiero, María José. Precisamente mi articulito trataba de eso: no, no hay que estar enamorado para escribir poemas de amor; de hecho, durante mucho tiempo el tema era lo de menos, lo que importaba era la forma, el molde en que se insertaba. Es muy posible que Góngora jamás haya estado enamorado (seguramente el amor hubiese sido en él como un cólico, un cuerpo extraño), pero escribó alguno de los poemas de amor más hermosos. De verdad no te conmueve esto:
Cosas, Celalba mía, he visto extrañas:
Cascarse nubes, desbocarse vientos,
Altas torres besar sus fundamentos,
Y vomitar la tierra sus entrañas;
Duras puentes romper, cual tiernas cañas;
Arroyos prodigiosos, ríos violentos,
Mal vadeados de los pensamientos,
Y enfrenados peor de las montañas;
Los días de Noé, gentes subidas
En los más altos pinos levantados,
En las robustas hayas más crecidas.
Pastores, perros, chozas y ganados
Sobre las aguas vi, sin forma y vidas,
Y nada temí más que mis cuidados.
Saludos
2010-04-27 23:29
Bueno, Marcos, si dices que ese poema es de amor, será, pero salvo por lo de Celalba mía, no lo veo mucho. Desde luego cursi no es, así que si Góngora no estaba enamorado esto va a favor de mi teoría, Góngora escribía poemas de amor que no eran de amor. Y sí, el poema me gusta. Pero para amor me sigo quedando con el de Lope, el “Cerrar podrá…” de Quevedo y el poema 20 de Neruda.
2010-04-27 23:36
Sí, sí, es de amor: le dice a Celalba que ha visto cosas terribles y espantosas, pero que nada le da tanto miedo como sus “cuidados”, es decir, su estado de ánimo, su inquietud por ella, en definitiva la queja de amor.
Y el de Quevedo… está totalmente lleno de tópicos, lo cuál no le resta ni calidad ni originalidad, pero quiero decir que está encorsetado por la tradición y no responde necesariamente a un hombre enamorado.
Tienes razón, claro, en que escribir cuando se está enamorado es peligroso, pero imagino que igual que en otro estado de ánimo intenso: la dificultad está en conseguir transmitir ese estado de ánimo tan personal. El problema quizás es que a los enamorados les da por escribir más.
Saludos
2010-05-12 11:19
Perdonad que retome a estas alturas este hilo de comentarios, pero acabo de leerlo y creo que merece aparecer aquí:
Testamento
Si muriésemos viejos,
mírame tú morir,
con la ternura
con que sueles mirarme
cuando me crees absorto
(a hurtadillas).
A quien quiera quemarlo
déjale mi cadáver:
tú da fin
a la vida que hicimos;
calienta mi recuerdo
y muere
grácilmente
cuando quieras.
(Tres movimientos, Hiperión, 1981)