TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Hay relatos en los que admito la trampa, la mentira, el engaño al receptor. Hay dos casos posibles: aquellos en los que la concepción del proyecto es engañosa en sí misma, comercial, y no pretende fingir el engaño sino que lo hace abierto; y aquellos en los que la propia estructura exige de la farsa, pues parecida al número del mago, sin truco no hay representación. Así, si asisto a cualquiera de las aventuras de John McClane no me siento burlado por las muchas trampas argumentales del metraje, igual que acepto como válida la artimaña estructural de El sexto sentido porque forma parte de la esencia de la obra.
El cine suele acercarse al retrato de psicópatas asesinos desde tres puntos de vista diferentes: el que te los muestra para que los odies, el que te los muestra para que los ames y el que te los muestra para que los comprendas. Las tres vías pueden utilizar modos honestos o deshonestos de trazar el perfil y de enseñárnoslo. Henry o Anton Chigurh no están construidos para ser comprendidos, sino para ser temidos, para dar miedo, para servir de iconos de una sociedad podrida; pero no hay manipulación en las lentes con las que nos son descritos, sino que el terror que destilan surge de sus actos: la cámara está en frente y nos cuenta lo que ve. A Hannibal Lecter, sin embargo, lo amamos, legítimamente por su inteligencia, pero tramposamente por la estulticia y pequeñez de sus adversarios. A Norman Bates, incluso a Albert DeSalvo, los comprendemos, porque vemos sus actos y su angustia, de algún modo la cámara se sitúa detrás de sus ojos.
Dexter se vende, y sus muchos partidarios así lo expresan, como la serie que sitúa al espectador en el dilema moral de tener que aceptar como cercano, agradable y amable (de «amar») a un psicópata asesino carente de cualquier sentimiento. Pero es mentira, no hay tal dilema porque el descriptor del personaje utiliza múltiples trampas y engaños, es deshonesto. Para empezar, Dexter sólo mata malos, asesinos sanguinarios que no tienen el privilegio de sernos presentados más que en sus actos horribles: merecen morir, y merecen morir del modo más espantoso, y nuestro particular vengador se encarga de hacer el trabajo sucio. Se nos trata de vender también que carece de todo sentimiento, pero son múltiples las ocasiones en que se deja caer, no demasiado sutilmente, que sí empatiza, que sí siente a los niños, a su hermana, la memoria de su padre… de modo que se lima y dulcifica su figura. Dexter representa al instinto que todos llevamos dentro, al que clama venganza, al que, las más de las veces sin atreverse a verbalizarlo, pide la más terrible de las muertes para el asesino. En definitiva, Dexter es la justificación perfecta de los instintos más reaccionarios y primitivos de nuestras sociedades. Y además, la producción tiene muy poca consistencia: ninguno de los personajes que le rodean tiene entidad suficiente para suponer un contrapeso, y la propia dinámica de cada capítulo es una insulsa variante de CSI. Por eso todas las expectativas quedan en nada, incluidos los sugerentes títulos de crédito iniciales, que nunca llegan a desarrollarse en las tramas. Dexter es uno de los nuestros, algo incorrecto, sí, pero necesario. Pura impostura.
2008-07-17 13:43
Me ha resultado interesantísimo este texto del cuervo, Marcos; no he llegado a ver nunca Dexter pero es una de las pocas veces que he encontrado una casi completa unanimidad positiva ante una serie de televisión. Este punto de vista tan crítico es para esparcirlo por más de un blog que yo me sé.
2008-07-17 14:25
Vi Dexter precisamente porque leí que el guión presentaba en crudo al psicópata y a la vez acababa por hacerse «entrañable». ¿Cómo lo harán?, pensé. Pues tienes toda la razón en lo dicho: no lo hacen porque no hay tal psicópata. Y concuerdo con el resto de tu crítica también; tras haber visto tres episodios, creo que he tenido suficiente.
Un beso.
2008-07-17 14:57
No he visto ningún capítulo de Dexter, pero por lo que cuenta Marcos no sería más que una puesta al día más sutil de los justicieros a lo Charles Bronson. En estas películas los asesinados también aparecen como alimañas.
Más honesta era Patricia Higsmith, dado que conseguía que sintiéramos simpatía hacia Ripley sin que éste fuera precisamente un dechado de virtudes.
2008-07-19 00:59
De hecho pensé en Bronson mientras escribía le texto: es exactamente ese tipo de justicia. Y en cuanto a Highsmith, también exacto: ese es le tipo de análisis que me interesa, la mirada a un ser despreciable que, como todos, tiene su lado entrañable.
Saludos
2008-07-19 19:17
no la e visto pero en lo particular me encataria verla para tener mas conosimientos en lo que respecta a ,la trampa la mentira y el odio
2008-07-22 05:21
A mí me gusto mucho la serie sobre todo la primera temporada. Sin embargo concuerdo con Ud. en que se pretende mucho implantar la idea paradójica de el asesino sin sentimientos que es capaz de emularlos y engañar a la sociedd completa. Y digo implantar porque ciertamente se dice y repite mucho tal idea, pero en los actos Dexter si tiene sentimientos y emociones como UD. ha dicho. No obstante, creo que precisamente de eso se trata la serie, es decir, de cómo el personaje va cambiando la percepción de sí mismo y poco a poco se da cuenta de que no es totalmente un mounstro. Y quizás esto sea lo más interesante y dramático: tener pequeños momentos de iluminación moral y sentirse una bestia (recuerdese el secreto que Doakes le revela acerca de su padre en la segunda temporada). Yo creo que la visión del asesino que engaña a todos es la interpretación sugerida y más fácil de transmitir por cuestiones de marketing.
Con todo, creo que de todas maneras le falta desarrollar algunos aspectos a la serie. me gustaría ver más a menudo y con intensidad creciente el lado oscuro de Dexter, quiero verlo disfrutando un asesinato, no que sólo lo diga, quiero verlo en su cara y en sus ojos. Sin duda hay escenas en que parece gozar, pero son muy pocas y tenues.
2008-08-14 14:21
Yo si he visto “Dexter”, y te doy toda la razón. Y más cuando he convivido durante cinco años con un psicópata. Realmente tampoco se comportan tan friamente como lo hace el personaje de Dexter en sus actitudes. Los psicópatas, rien, lloran, hacen bromas, pueden ser muy extrovertidos, y son como nosotros en lo externo. Nadie los puede detectar a simple vista. Sólo que en su interior esta manera de comportarse no la mueven los sentimientos. Lo hacen como automáticamente, porque saben que deben comportarse así en su entorno. Son como “monos de repetición”. Y por supuesto los sentimientos, y sufrimientos ajenos les resbalan ampliamente, hasta incluso se burlan de los que sufren. Tienen siempre un chiste de “humor negro” en la boca. Tampoco es cierto que un psicópata sea siempre un asesino. Muchos psicópatas no tienen deseos de matar a nadie. Lo único que quieren es ir manipulando y exprimiendo una tras otra a todas y cada una de las personas que se cruzan en su vida, para conseguir lo que desean de esas personas, y luego desaparecen de sus vidas, dejándolas, arruinadas, con depresión, sentimiento de culpa…etc….Y ellos por supuesto dentro de su mente siempre tendrán un “se lo merecía”, para justificar su maldad desaprehensiva. A menudo personas que han llegado al suicidio es porque durante años han sufrido tal manipulación por parte de un psicópata que han acabado realmente desequilibradas, (cuando antes de conocer a un psicópata estaban mentalmente sanas),y con la idea de que quitarse la vida es su única solución para poder dejar de sufrir. Gracias.
2009-03-05 00:04
Yo convivo desde mi niñez con este tipo de personaje y es un familiar muy cercano mio, antes mi vida era normal y feliz hasta que aperecio en evidencia este personaje ( mi papa). arruino la vida de mi mama, se junto con alguien a quien no ama, y vive con aparente felicidad. es mas esta persona debido a su psicopatia me interno a mi y fue arruinando mi vida. veronica.
2011-01-05 04:16
Los psicopatas son monstruos. Indeseables. Malas personas.
No dejo de leer esto una y otra vez.
Soy psicopata, y no soy ninguna calamidad.
Es cuestion de canalizar lo que yo llamo, esta habilidad. Indudablemente al carecer, o tener menos sentimientos, podemos ser mas racionales, esto es, mas efectivos a la hora de, predecir, suponer, etc…
He hecho muchas cosas en mi vida, y algunas bastante cuestionables, pero poco a poco encuentro la manera de poder ser como quiero ser y que a la vez esto sea positivo para mi alrededor.
Psicopata si, pero cada cual a su manera.