TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Sábado 29 de marzo
Es curioso cómo la sola atracción de un nombre traído a ti por mero azar te puede descubrir un mundo ya imprescindible: llego hasta Arvo Pärt, creo que para quedarme.
Lunes, 31 de marzo
Dejo a la mitad el prólogo de El camino, por pura irritación: no un estudio preparatorio a la lectura, sino un despiece del argumento capítulo a capítulo. El prólogo, cualquiera, incluso los académicos, deben ser un aperitivo que abra el apetito, y no un postre cargado de azucar que deja devastado ya el estómago.
Jueves, 3 de abril
No deja de sorprenderme la frugalidad de la primavera, casi como un vendaval de nieve que después de tres días de deriva deja todo blanco e irreconocible. En pocos días, los árboles en huesos recobran su volumen de colores, y el cerezo se salpica cada hora con nuevas comunas de flores que vuelan después como una lluvia pálida en cuanto el viento las empuja. Casi como abrazar su cuerpo y sentir el volumen armónico de la carne.
Sábado 5 de abril
Es el tercer día que corro con música y he confirmado que mi respiración busca siempre un compás musical, un acorde sostenido y armónico durante tanto tiempo como mis pulmones puedan soportar. Lo confirmé cuando comenzó a sonar La donna e mobile. Escuchaba a Rolando Villazón cantando arias italianas y tan pronto empezaron a sonar las primeras notas del Rigoletto mis resuellos comenzaron a agitarse en busca del acomodo del compás del Duque de Mantua, a todas luces más lento de lo que mi corazón requería. Casi me desmayo. Al llegar a casa conecté el reproductor al ordenador y arranqué, como quien esconde una pistola cargada, el aria asesina.
Domingo, 6 de abril
Muere Charlton Heston. Es curioso, pero la primera película que recuerdo cuando me entero es The Omega Man, que vi hundido en el sillón, aterrorizado y púber. No era John Wayne, pero no pocas veces me armé de espada o rifle para emular sus hazañas.
Martes, 8 de abril
El concepto de infinito se me escapa; trato de entender el tamaño del sistema solar y la proporción de este dentro de la galaxia, y esta dentro del universo. No lo consigo, y me invade el vértigo cuando la extensión de las distancias se me deshace en el cerebro como una burbuja rota por el viento. Cuando juego al ajedrez me sucede lo mismo: en situaciones endiabladas calculo jugadas hasta un punto en que la niebla comienza a invadir el campo de batalla y acaba cubriéndolo todo, y el tablero y el universo pierden sus límites y desaparecen.
2008-04-10 20:45
Muy bueno, muy bueno, Marcos