TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Sábado, 16 de febrero
Me envía H. un enlace a Vidas paralelas, un artículo de García Martín sobre los odios literarios y, en concreto, sobre Gamoneda y sus odios, inseguridades y manipulaciones. Nunca me ha interesado todo esto, quizás por lo ignorante que soy de todos los asuntos del parnaso, de cualquier parnaso. Me corrijo: me puede interesar como anécdota de charla o cotilleo cultural, pero nada más: en estos asuntos, tiendo a pensar que la vida de los poetas debiera tratarse sólo históricamente, pues el tiempo pone esas andanzas en su sitio: ¿a quién le importa hoy que Góngora fuese un amigo despreciable cuando está leyendo uno de sus poemas? Nuestra historia de la literatura está plagada de rencores, venganzas e historias sesgadas que elaboran un canon no sólo literario, y a veces incluso ni el paso del tiempo va corrigiendo esas zafiedades, y no son pocos los autores olvidados por la única razón de haber pensado o actuado de un modo ajeno o doloroso al oficial o triunfante. Si Hitler hubiese escrito versos como los de Lope, yo despreciaría a la persona, pero hubiese querido poder llorar con sus textos.
Viernes, 22 de febrero
Leo Diario de lecturas, de Alberto Manguel, un falso diario que, dice él, surgió de su intención de volver a leer algunos de sus libros preferidos, uno por mes, durante un año. En él vuelca abundantes citas y reflexiones más o menos relacionadas con los textos que va leyendo. Pero lo que más me atrae del libro es un aspecto secundario: la vida del autor, que se cuela lateralemente, y en la que se ve su condición de eterno viajero, una vida similar a una novela bizantina en la que el escritor canadiense vive en un constante viaje septentrional que le hace volar de un punto a otro del globo casi semanalmente. Por decisión propia procuró no vivir nunca más de dos años seguidos en el mismo país. Me fascina tanto como me aterra. Envidio esa vida de extranjero desde la seguridad de mi ventana al bosque.
Sábado 23 de febrero
Portada del Babelia: «Anne-Sophie Mutter. La mejor violinista del mundo habla sobre su madurez musical» [Ver captura]. En mi opinión es suficiente para desacreditar a toda una línea editorial: ¿cómo confiar en cualquier otra información del suplemento? Se ha renunciado al rigor, la seriedad, la honestidad, en favor de lo espectacular; se ha optado por mimetizar las formas de la literatura deportiva; se ha optado por renunciar a un lector inteligente en aras de uno manipulable y pueril. Obviamente no pongo en duda que la violinista sea excelente; lo ridículo es calificarla como «la mejor» en un ámbito en que no se puede mensurar. Por algo especular y espectáculo tienen la misma raíz.
Domingo, 24 de febrero
Salgo a correr. Llueve intermitentemente y con desgana. Hay una luz de amanecer y es mediodía. No me cruzo con nadie, y el silencio permite que mi respiración resulte escandolosa. Siempre hay un momento de crisis en el que luchas por no abandonar la carrera: cuesta respirar, duelen las piernas o el estómago se sale por la boca. Pero siempre sigues y se pasa. Es lo más parecido a la escritura.
2008-02-28 14:11
Pensé exactamente lo mismo al leer sobre Anne-Sophie Mutter. Pero para ser justos con el periodismo deportivo, hay que señalar que nunca se ha dicho que Beckham sea el mejor fubolista del mundo.
2008-02-28 14:19
Sí, eso tiene un nombre, algo así como “punto de esfuerzo máximo”, una cosa parecida. A mí me gusta llamarlo el punto de no retorno, donde seguir corriendo es exactamente igual de fácil (o difícil) que parar.
A la hora de escribir, al menos en mi caso, todo consejo o técnica es mentira. Completé una obra de teatro a base de disciplina, despertador, pausa para café y horario de lunes a viernes. Terminé otra con la espada de Damocles del plazo blandiéndose bestialmente sobre mi nuca, escribiendo noches, días, mediodías e incluso en otras horas diferentes a estas.
Ayer estuve zanganeando todo el día. Toqueteaba allí y aquí, retozaba on line, perdía el tiempo de la manera más lenta posible. A las ocho vino la fiebre y tecleé como un desesperado las tres horas siguientes. Bah.
No creo ni que merezca la pena hablar de Babelia.
2008-02-28 14:32
En realidad, Alberto, «Babelia» es sólo un ejemplo: está demasiada extendida esa práctica como para concretar en una sola publicación.
Y lo siento pero no: es mucho más facil parar, mucho más.
Saludos
2008-02-28 14:44
Todo consejo o técnica es mentira. :-)
2008-03-01 18:45
Bienvenido al mundo de los Diarios. Un excelente comienzo. Ojala sea un diario “entero”.
Y en cuanto a lo que dice Alberto tiene más razón que un laico.
2008-03-01 20:41
Bueno, H., si esto llegara a convertirse en un diario sería por tu culpa, por tu culpa, por tu santísima culpa… pensé en dedicarte la primera entrega, pero fui prudente: dejemos pasar un poco el tiempo a ver cómo evoluciona, no vaya a ser un insulto más que una dedicatoria elogiosa.
Saludos