TdC es un diario de lecturas, un viaje semanal por la cultura. Marcos Taracido es editor de Libro de notas. Escribió también las columnas El entomólogo, Jácaras y mogigangas y Leve historia del mundo [Libro en papel y pdf]. Ha publicado también el cómic Tratado del miedo. La cita es los jueves.
Una ficción sobre la ficción, pura imagen del mundo, y no el mundo; una ficción que renuncie a la fotografía, que quiebre los datos y el positivismo, que nazca en el cerebro y no en los archivos y las bibliotecas. Volver al cuento, a los ancestros que narraban la destrucción del oleaje con sirenas, y a las sirenas como quimeras acuáticas. Una ficción desnuda, como ascender al Himalaya sin oxígeno enfrascado o cazar con flechas y cuchillo. Una ficción que no sea disciplina levemente disfrazada, que sea la realidad y no un remedo.
«Después de comer, con Borges redactamos una contratapa para Brat Farrar de Josephine Tey, un libro que ninguno de los dos ha leído y del que no sabemos nada; ni siquiera tenemos el jacket inglés: inventamos un crítico y su juicio*.» (Adolfo Bioy Casares, Borges, pag. 73) (*)
Le contaba Borges a Bioy de la superioridad de Henry James sobre Flaubert, porque éste necesitaba saber todo de su historia, visitar los sitios y conocer los pormenores, las distancias, los tiempos… mientras aquel, renunciaba a la historia, a los detalles y se quedaba con la anécdota, y «on lo esencial trabajaba su mente y un tiempo después producía un cuento». Esa es la cuestión. Trabajar con la mente. Ostentar esa osadía de inventarse al crítico y la crítica, la pura imaginación que destruya dos siglos de lenta colonización del positivismo: eludir ese requiebro a la creación que supone la documentación. O cuando menos ocultarlo bajo kilos y más kilos de pura ficción.
(*) El crítico y la crítica: Farrel du Bosc: «Las novelas de Joephine Tey sobresalen por su educada ironía, por su agudo conocimiento del alma humana y por el acento trágico. EL manejo de la expectativa es, en todas ellas, magistral y la trama del enigma, impecable. Ninguna de ellas nos parece mejor que Brat Farrar».
2007-02-22 09:37
Tengo un problema de adicción con este tu «Textos del cuervo», Marcos. Así que espero que le queden muchísimos jueves.
Me encanta la invención del crítico y la crítica de Borges y Bioy Casares.
En cuanto a Flaubert, es uno de mis autores favoritos, más por L’Éducation sentimentale: Histoire d’un jeune homme y por Bouvard et Pécuchet que por su famoso Madame Bovary.
Te copio una frase en una carta suya a Louise Colet (Correspondencia íntima, Ediciones B, traducción de Emma Calatayud): «¿Para qué sirven las malas yerbas?, dicen las buenas gentes, ¿por qué crecen? ¡Pues crecen porque quieren, pardiez! ¿Por qué crecen ustedes?» [pp. 64-65] Yo creo que Flaubert temía tanto percibir las cosas de una manera diferente a los demás —eso nos lleva de nuevo a realidad y ficción— que se documentaba hasta poder estar mínimamente seguro de que su percepción fuera “normal” para, a partir de allí, crear o reprimir lo que su obra necesitara. En el fondo, temía que su realidad fuera ficción para los otros.
Claro que esto es una lectura más de Flaubert.
Un saludo
2007-02-24 13:43
Los seres humanos deseamos algo más, algo que muchos ni siquiera sabemos concebir, pero que nuestra imaginación y nuestros sentidos esperan, buscan, intentan alcanzar. La ficción, cuando es bella, forma parte de esa satisfacción infinita. Lo dijo, ¡de qué modo¡, José Gorostiza:
«¡Oh inteligencia, soledad en llamas,
que todo lo concibe sin crearlo! »
También me gusta este rincón del cuervo.