Álvaro Pons es lector de tebeos y colaborador en diversas publicaciones. Edita La cárcel de papel, sitio imprescindible en español sobre el mundo del cómic. Tebeos raros dejó de actualizarse en abril del 2006.
Todo tiene su final, aunque éste sea poco deseado. TOS, la experiencia que iniciaron Juanjo el Rápido y Nacho Casanova llega a su último número. Un decimotercer número que elude su mal fario por aquello de que la defunción de la revista estaba ya pensada y preparada. Concebida desde sus inicios en la editorial sin sentido como un experimento limitado en el tiempo, la revista de nombre cambiante y acrónimo fijo pasó de la editorial madrileña a la bilbaína Astiberri, sólo ahora con Juanjo el Rápido al frente, pero siguiendo con la bandera de la diversidad como estandarte. El empuje inicial que supuso el apoyo del Injuve pronto se transformó en vida propia, que se nutría de un grupo de autores que usa la historieta como vía de expresión, que arriesga y que busca nuevos caminos en la forma y el fondo de lo que se cuenta con este medio.
La lista de nombres que han pasado por sus páginas en estos tres años de vida es algo más que un reparto nominal agraciado, es todo un pulso de lo mejor de la historieta española, de su presente y de su futuro.
Un último número de más de 190 páginas donde prácticamente todos los colaboradores de la revista vuelven y dejan su última aportación, un cierre de lujo de una revista que ha dejado una marca indeleble en la historieta hispana.
Sin embargo, el éxito de TOS debe llevar también a la reflexión. En un mercado donde prácticamente no hay posibilidades para que un autor viva de su trabajo, la única opción que queda es la de la dedicación casi altruista. Una situación que favorece que experiencias como TOS tomen un protagonismo que no es el suyo. En un mercado normal, iniciativas como este fanzine son una opción alternativa, donde la valentía y el riesgo son el contrapunto de otras ofertas más comerciales o tradicionales. Pero en el mercado español, la única opción que le queda a un autor es buscar la publicación en revistas como TOS u otras similares. La paradoja es que el riesgo creativo, la experimentación con el lenguaje del tebeo, pasan a ser casi una situación normal. Una situación anómala, porque la gran calidad de las propuestas que pasan por estas revistas difícilmente tendrán la posibilidad de seguir una carrera más allá de mantenerse dentro de la misma publicación. Una opción que, lógicamente, llevaría a la repetición de autores, confundiendo el concepto propio y definición de una revista que tiene como objetivo dar a conocer nuevas vías expresivas.
El cierre de TOS evita que la revista caiga en esa dinámica, pero deja huérfanos de publicación a un buen puñado de autores, que apenas tendrá en “2 veces breve” o “NSLM” una opción donde ver su trabajo editado.
En cualquier caso, quedan 13 números que se recordarán como una de las mejores y más interesantes iniciativas que han existido en España. Sabiendo de lo inquieto de sus creadores, seguramente no tardaremos en ver nuevas propuestas.