Prefacios juveniles, reseñas de media tarde, lecturas a tiempo parcial… Un intento meridiano de soñarse columnista, por supuesto. Aquí vienen a leerse libros, a recomendarse unos cuantos y a discutir(los).
Stieg Larsson _ La veu i la fúria_
Traducción de Marc Segura i Casanova y Carolina Gandía Segura.
Columna, Barcelona, 2011.
He leído la traducción al catalán de este recopilatorio de artículos de Stieg Larsson, al cuidado de su amigo Daniel Poohl con sorprendido placer. El prólogo de su amigo es un trámite extraño. Quiere aclarar que echa de menos a la persona. No se ocupa, en fin, de lo que interesa: que el éxito y sus caminos misteriosos pueden permitir ver obra interesante. El oportunismo permite errores de este calibre, el haber publicado un superventas permite ahora que leamos todo Larsson con la conciencia que de haber un equivalente, el idealista y presionado Mikael Blomkvist, tal vez fuera él, no tanto por la subtrama sentimental, detalles al fin y al cabo anecdóticos, sino por el retrato de un periodista en constante lucha contra la corrupción y la ascendencia de los movimientos sospechosos.
Visto ahora, con este fresco en mente, Blomkvist quizá sea un alter-ego narcisista, pero por otra parte este descubrimiento es difícilmente nuevo o notable o interesante puesto que la literatura es también una larga batalla de héroes literarios que eran proyecciones más o menos felices de lo que sus autores veían al verse al espejo o tal vez al agacharse o incluso en retrospectiva, esa sensación literaria, aunque no dudo que las nobles intenciones de Larsson en sus novelas pulp eran las de hablar de lo que conocía y no las de (des)dibujarse robusto y heroico y galán.
He hablado ya de los aciertos de su Lisbeth Salander, pero aquí es donde escribe sus párrafos más memorables. El libro, una recopilación temática alreredor del racismo y los partidos neofascistas, no por elemental deja de ser necesario: es un repaso a la ascensión de la extrema derecha por Europa y al entramado que se esconde tras la libertad de expresión. Lo que aquí se hace no es otra cosa que recopilar una informativa y didáctica colección en las que explica las conexiones europeas de la extrema derecha. El primer artículo puede explicar cual es su sistema: compara el atentado de Oklahoma con lo que ocurre en Suecia. Es un procedimiento arriesgado. Pero la tesis golpea fuerte, que a fin de cuentas Larsson no fue nunca un noble estilista o ni siquiera un cronista, sino un hombre de tesis.
Su estilo es ya felizmente periodístico. Los coloquialismos se suceden sin parangón y uno deja de sospechar que se trata de los traductores. No lo es. Pero Larsson explica la ascendencia simétrica de un partido de extrema derecha sueca que miraba de reojo un gobierno danés en el que la extrema derecha había tenido la llave del gobierno, examina con un ojo clínico como lo aceptable depende tantas veces, ay, de los votos y no de esos principios democráticos, palabra esponjosa sin duda, que, ups, nos garantizan solidez moral. No lo hacen, pero no es un apocalíptico. Lo cual está bien porque permite que los datos nos dejen extrañados.
Felizmente acorralados.
2011-11-20 05:51
Siempre nos recomiendan que el personaje debe de ajustarse al argumento, ya es conocido que el rico le dibujan panzon, opulento, elegante y cargado de adornos con un reloj de cadena que brille lo suficiente para llamar la atención de los que le ven pasar, los galanes de las novelas nos llevan por lo estilista, hermoso ya que va dirigido a mujeres y si se presenta aspecto de desnudo acapara la atención de muchos; como dijera una vez un escritor el secreto de los argumentos bien llevado o ingenuos se le debe de dar un toque de coloquialismo, nos traslada de manera mágica a lugares y nos entretiene, en el fondo luego vemos la crónica del crimen y la manera de enseñarnos la vida misma de los ambientes, las escenas y el cambio de los tiempos, sonidos y el toque de la fantasía para lograr luego la venta y romper taquilla si es llevada mas tarde al cine, todo según el uso.