Libro de notas

Edición LdN
Opiniones misceláneas por Pablo Muñoz

Prefacios juveniles, reseñas de media tarde, lecturas a tiempo parcial… Un intento meridiano de soñarse columnista, por supuesto. Aquí vienen a leerse libros, a recomendarse unos cuantos y a discutir(los).

El tema de la muerte

Milan Kundera, Una Trobada Traducción del francés de Xavier Lloveras. Tusquets, Barcelona, 2009.

Philip Roth, Exit Ghost. Jonathan Cape, Londres, 2007.

Philip Roth, El oficio: el escritor, sus colegas y sus obras. Traducción del inglés de Ramón Buenaventura. Seix Barral, Barcelona, 2003.

Va de reencuentros. El primero es el de Milan Kundera con los lectores. Lo explica Guillem Martínez, pero Kundera es un escritor al que sobrevino el best-seller de La insoportable levedad del ser. Los libros posteriores de Kundera fueron, seguramente, los mejores, los de su etapa francesa en los que se dedicó a deconstruir la novela o a buscar todas sus posibilidades combinándola con el ensayo y dejándola a sus anchas siguiendo el rumbo marcado por Musil y otro nuevo, en el que asistíamos a un cierto final.

Este libro excelente también se ha traducido al castellano de la mano de Beatriz de Moura. Empieza con Kundera advirtiendo que es un encuentro con sus viejas temas y con sus viejos amores. O sea, un reencuentro íntimo que se nos filtra público sin más novelas. Reivindica la obra de Cruzio Malaparte y califica La piel de archinovela. Una archinovela es para Kundera, lo explica en una carta a Carlos Fuentes rescatada en este volumen, una obra que se centra primero en “todo lo que una novela puede decir”. Y luego en lo que le ha sido negado en cuatro siglos de historia.

Le echa cierta sorna, centroeuropea, incluso para detectar síntomas de crisis a un siglo que evita a filósofos, novelistas, poetas y artistas y reivindica con pasión y juicio la obra de los surrealistas y de Rabelais. Y en Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez detecta la novela perfecta para decir adiós a la forma novelística. Es un libro, pues, lleno de constataciones tristes, pero marcado a fuego por los placeres revisitados y saboreados.

Kundera tuvo una conversación memorable con Philip Roth recogida en El Oficio…, en la que Roth le interrogaba por todos los procedimientos que él consideraba novedosos y que Kundera aplicaba con astucia en su Libro de la risa y el olvido. Lo que le aterra a Kundera es un mundo sin humor, un valor, explica, que él aprendió en durante el apogeo del Terror Stalinista. También en ese libro confiesa Primo Levi que lo excitante de su vida ocurrió durante su experiencia en Auschwitz y su vida posterior: fue como una aventura, sobretodo tras Auschwitz cuando Levi explica que tocaba buscarse la vida, construir algo nuevo.

Exit Ghost es, en cierto modo, una aventura y una historia apocalíptica. Es una aventura porque Nathan Zuckerman, el alter-ego del novelista Roth, sale a Nueva York después de años de recluimiento y paseando por una ciudad en pleno 2004, con el desengaño de Bush siendo su mayor paisaje, descubrirá un secreto aterrador e incestuoso relacionado con E.I. Lonoff, el escritor al que tanto ha venerado y que tanto ha condicionado su obra (la de Zuckerman y la de Roth). Y es una historia apocalíptica porque habla del fin de un momento con énfasis en las despedidas. Es la despedida de Zuckerman de los personajes que conoció en The Ghost Writer que, no es casualidad, es la primera obra del ciclo. De Lonoff y de Amy Bellette, la Anna Frank que, en realidad, ha sobrevivido y vive secretamente en los Estados Unidos.

Sobre Philip Roth escribe Kundera también en su último libro, señalando una similitud en todos los héroes de Roth, todos los profesores de literatura o escritores, en meditación constante sobre Chejov, sobre Henry James o sobre Kafka. Kundera explica que “no se trata de la fútil exhibición intelectual de una literatura abocada en sí misma” sino de “del deseo de conservar el tiempo pasado en el horizonte de lo novela y de no abandonar los personajes en el vacío donde la voz de los antepasados ya no sería audible”.

Ése es el vacío de Exit Ghost, el que se oculta tras el secreto de Lonoff, presuntamente modelado tras detalles turbios de la biografía de Henry Roth: el gran escritor ficticio (suma del citado Henry Roth con Bernard Malamud y Saul Bellow, entre otros) no es más que una decepción que Zuckerman ve inconcebible en su biografía. Pero en el pasado de Lonoff también hubo errores, también estuvo tan atrapado por los laberintos del deseo como lo está Zuckerman ante una joven escritora con vocación política, Jamie Logan, con la que comparte habitación y a la que hará protagonista de una obra de teatro, titulada secamente He and she, que cierra las partes de esta novela como puntos de fuga.

En su crítica de N, John Tones comprende la importancia de morirse con la necesidad de asomarse al abismo estético. En ese abismo estético cabría entonces la posibilidad (kunderiana) de una archinovela: como le ha resultado imposible escribir una, Roth ha tomado el camino difícil y ha escrito todo un ciclo. Visto y leído ahora el ciclo Zuckerman es la más ambiciosa de sus obras, la archinovela que aglutina la historia de un escritor (Zuckerman Unbound) y la de su ciudad (el díptico American Pastoral y I Married a Communist) y sus amigos (The Human Stain) y familiares (The Counterlife). Sólo desde esa perspectiva ha conseguido este escritor enfrentarse a la Historia: desde lo íntimo, recuperando pequeños trozos de comedia humana que han terminado siendo tragedias. Esa suma da una archinovela que incluye sus propios narradores, sus juegos referenciales y sus propias conclusiones respecto a un lugar o un momento. Cada una de ellas incluye un nuevo idioma para contar lo humano. Pero el abismo parece inexorable para el cierre de esta archinovela imposible. A él se ha acercado este escrito con un lirismo inusual por lo mucho que parece ya definitivamente aprendido:

All the city would add was everything I’d determined I no longeer had use for: Here and now.
Here and Now.
Then and Now.
The beginning and the End Of Now.

Este abismo es el tema de Exit Ghost. El tema de la Muerte. De la novela. De Nathan Zuckerman, protagonista de algunos de los mayores aciertos de la carrera de su autor. De los lectores. De una época en la que sólo nos queda ser fantasmas, como asegura Lonoff a Bellette en la página 186 y como ya ha visto antes Kundera.:

“Reading/writing people, we are finished, we are ghosts witnessing the end of a literary era.”

Pablo Muñoz | 19 de noviembre de 2009

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