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Porque me quité del vicio

Soy una periodista y escritora nacida en Saltillo Coahuila, en el noreste de México. Mis papás me hicieron en la primavera de 1969 y nací justo dos días antes de que terminara la década de los sesentas, el 29 de diciembre.
Sólo tengo una pasión absoluta y dominante: las letras.
Ahora que lo pienso, no hay nada que me importe más, salvo mi hija Zoe, quien conforma también uno de mis más entrañables actos de creación.
A lo largo de la vida he hecho muchas estupideces que me han servido mucho para escribir, sin embargo no he faltado al deber de intentar devolverle a las letras aunque sea unas pocas briznas de lo que éstas me han dado y se de cierto que se me acabará este paseo sin siquiera haber redituado en aunque sea un mínimo.
He transitado mi camino hacia y por las letras como la única vía que encuentro para ser yo misma, salvarme de mí misma, estar sola conmigo misma y con los libros amados que han alimentado mis referentes y mis lecturas. Cuando escribo soy la yo verdadera que intenta trascender o volcarse sobre las queridas palabras que me hacen el favor de acudir a mi llamado.
Sólo cuando escribo se que me encuentro en ese espacio en donde nada, ni lo perverso, lo corrupto o lo mierda de este mundo va a detenerme, porque en ese momento cuando las letras vienen hacia mí, la tristeza, la felicidad, la melancolía, la desesperanza y hasta el deseo sexual, o hasta la ausencia de éste, conforman sólo un acumulado de sensaciones que no mancillarán mi texto: sólo son espectadores del momento en el que ejerzo mi derecho y obligación de escribir porque es la más alta de mis tareas en el mundo.
Soy invencible cuando escribo porque es mi pasión absoluta y se que todo el exterior sólo es producto de alguien que ya escribió lo que debía de escribir, por lo que me preparo para trazar o tratar de inventar nuevos mundos en donde otros y otras puedan transitar.
Si el funcionamiento armónico de mi metabolismo y fisiología de mi cuerpo dependieran de otra actividad en mi vida, sería seguramente de la escritura. Sólo vivo para eso, y debatir sobre cualquier otra de mis motivaciones sería malgastar el aire inútilmente.
Sólo espero y ansío no ser tan mala, tan torpe y sobre todo lo menos imbécil posible para que ningún ápice de mi vida quede inmóvil y no honre mi vocación: todo esto que me conforma, me atosiga, me nutre, me edifica, me destruye y me desvela.
Post Scriptum: Ah, y lo demás…me licencié en Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey y soy autora de la columna Ivaginaria, que versa sobre sexo y relaciones humanas, misma que escribo en el periódico Metro del grupo Reforma desde hace más de cuatro años, escribo ahora mis dos primeros libros que saldrán a la luz a finales de este año y actualmente soy editora y copy de un grupo financiero mexicano.

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elia.martinez.rodarte@gmail.com