Francisco Serradilla es poeta y doctor en Informática. Su línea principal de investigación se refiere al desarrollo de Softbots (Robots Software) y Agentes Inteligentes en Internet. Ha colaborado abundamentemente con Almacén como articulista. Computación creativa y otros sueños se publicará los 25 de cada mes.
Todo esto está muy bien, diréis —como diría Cabana— mis queridas, amigas, personas lectoras, pero ¿sirve para algo? Es decir, ¿no es una mera digresión intelectual? ¿Una pirueta có(s)mica? ¿De verdad se puede componer algo con este conglomerado de ideas más o menos extravagantes? ¿Y cómo sonaría todo esto?
La respuesta, en este artículo. Bueno, al menos en parte. El lector aplicado, curioso y tecnológicamente alfabetizado (es decir, todos vosotros que llegáis a estas páginas) seguramente ya ha indagado por la Web intentado responderse a la pregunta “¿lo que cuenta este tipo tiene algún fundamento?”
Bien, todo depende de lo exigentes que seamos con la música y del sentido estético musical que a cada uno los genes (y lo que vino después) le dieron. Yo dispongo de un criterio musical amplio (estoy seguro en mi caso de que está definido genéticamente) que me hace resultar más agradable la música clásica contemporánea que el mismísimo Mozart. Es decir, que me voy del Barroco a Arnold Schoenberg y Alban Berg pasando (casi) exclusivamente por el romanticismo, el nacionalismo y los impresionistas. Por tanto reconozco que estoy bien situado para que las composiciones automáticas me resulten interesantes. Sin embargo, no soporto el clasicismo, lo que quizá no sea el caso de muchos de vosotros, de modo que los ejemplos que os mostraré después os pueden resultar horrendos.
Lo que está claro si habéis indagado por ahí es que lo que normalmente se encuentra es bastante flojo, y uno de los motivos es que en el binomio programador-músico prima el de programador en casi todos los casos. Porque, sorprendentemente, casi todos se olvidan del asunto de la duración de las notas, y se dedican a generar corcheas como locos. Podéis ver algunos ejemplos de esto en los applets que cuelgan de esta página. No es que yo vaya a ir mucho más lejos, al menos por el momento, pero en los ejemplos que vais a oír he ingresado la idea de duración (generada, al igual que las notas, con fractales o sistemas caóticos) y la idea de contrapunto, generando voces idénticas demoradas en el tiempo. Tengo muchas otras ideas y poco tiempo para probarlas…
Estas son las composiciones que someto a vuestro sabio criterio; creo que sus nombres son autoexplicativos:
• fuga
• paisaje
• virtuoso
• percusión
• nana
Y así acabo por hoy. A partir del mes que viene creo que esta sección deberá tomar nuevos rumbos para evitar el riesgo de agotaros y de agotarme.
2005-05-26 13:58 Pues a mí sí que me gusta esta línea, aunque seguro que cualquiera que inaugures estará bien también. Felicidades.