Francisco Serradilla es poeta y doctor en Informática. Su línea principal de investigación se refiere al desarrollo de Softbots (Robots Software) y Agentes Inteligentes en Internet. Ha colaborado abundamentemente con Almacén como articulista. Computación creativa y otros sueños se publicará los 25 de cada mes.
Me dirán ustedes que ahora es fácil decirlo, después del desplome en bolsa de Facebook, pero este desplome era evidente. Mucho se está escribiendo sobre los motivos, relacionándolos principalmente con la incapacidad de la plataforma para rentabilizar mediante publicidad sus novecientos millones de usuarios.
Pero yo creo que, como sucede con la crisis actual, hay motivos más profundos. En el trasfondo de la crisis hay una obligada reestructuración de muchos modelos de negocio. Sencillamente la web ha dejado o dejará obsoletas en poco tiempo a muchas actividades económicas, de modo que esos modelos de negocio cada vez se reparten a menos clientes potenciales.
Pero volvamos a Facebook; el problema de Facebook como servicio es que es completamente accesorio, porque prolonga relaciones que existen en la realidad. Con poco esfuerzo esas relaciones podrían trasladarse a otro producto similar, así que en el fondo es un gigante con los pies de barro. Y si Facebook desaparece y no hay alternativa, siempre seguiremos contando con nuestros amigos en la realidad.
Google es sin embargo el eje de la economía actual (con la excepción quizá de China, donde tienen su propio Google). Decenas de buscadores han intentado abrirse hueco en el mercado y “desbancar a Google”. Lo he oído muchas veces. Algunos han peleado con todas los trucos posibles (Bing), otros se han vendido como verdaderas Inteligencias Artificiales (Wolfram Alpha). Otros lo intentaron por el lado social Wikia Search y cerraron al cabo de un año, y aún otros sobreviven como pueden con una cuota relativamente minoritaria (Yahoo, Ask, etc).
Porque la clave de Google no es otra que una inversión constante y permanente en ingeniería y en I+D, eso que nuestros políticos parecen entender tan bien (vaya, ya me he vuelto a meter con los políticos, no tengo remedio). Al lado de Google, otros buscadores palidecen. Al lado de Google Docs (ahora Google Drive), otras herramientas colaborativas dan risa, al lado de los Google Phones otros Androids son prescindibles y llevan la obsolescencia programada en el corazón. Bueno, también está Apple, otra compañía que no da respiro a sus perseguidores. Son como Aquiles y la Tortuga: cuando la competencia ha conseguido productos comparables al que Google o Apple sacó hace un año, ellos vienen y sacan algo revolucionario que los dejan inmediatamente obsoletos.
Pero centrándonos en Google, no es que no fracasen con algunos productos, que lo han hecho, véase Google Wave, Buzz y ya veremos qué pasa con Google+. pero créanme, como motor de búsqueda es enormemente difícil que nadie llegue a hacerle sombra salvo que la compañía cambie mucho, y no sólo por la inversión en I+D, sino también por la inmensa infraestructura necesaria para sostener la cantidad de peticiones por segundo que es capaz de soportar.
Poco importa si Google hace o no suficiente negocio con la publicidad. Si Google desaparece, el mundo se detiene. Prácticamente no hay una sola actividad que no dependa del buscador en mayor o menor medida. Así que es una apuesta segura. Facebook, sin embargo, es accesorio. Inviertan en otra cosa.