Francisco Serradilla es poeta y doctor en Informática. Su línea principal de investigación se refiere al desarrollo de Softbots (Robots Software) y Agentes Inteligentes en Internet. Ha colaborado abundamentemente con Almacén como articulista. Computación creativa y otros sueños se publicará los 25 de cada mes.
Yo era casi un niño cuando mi padre compró un órgano Elka, más o menos por 1979. El día que lo entregaron, vino el que se lo vendió, Isidoro, a hacernos una demostración.
Supongo que serían mis ojos de niño los que contribuyeron al asombro con el que vi a ese hombre interpretar un tema detrás de otro en la prodigiosa máquina, sin parar ni un segundo, en una especie de popurri frenético. Entre tema y tema cambiaba los registros del aparato a velocidades vertiginosas para poner nuevos ritmos y configuraciones.
Isidoro tocaba bien, pero su grado de integración con la máquina era lo más asombroso. Entre acorde y acorde sus manos iban y venían para elegir otro instrumento o seleccionar variaciones en el ritmo que sonaba. Llegaba incluso a desafinar selectivamente alguna voz para producir la impresión del sonido de una gaita, o a interrumpir el ritmo para luego reanudarlo o simular tipos de compás que la máquina no tenía. Por supuesto, tocaba también la pedalera de los bajos. Nunca después he visto a nadie hacer nada parecido.
Sólo paró una vez, y fue, agotado, para decirle a mi madre: «por favor, ¿me podría dar un vasito de agua?». Recuerdo como si lo viera ahora mismo que mi madre le trajo un vaso enorme, y el dijo «¡qué alegría de vaso!».
Tal impresión generó esa demostración en mi mente infantil que motivó mejor que cualquier maestro una dedicación a la música de varias horas diarias durante años. De modo inconsciente yo quería ser capaz de esas maravillas que había visto.
Nunca más supe de Isidoro, hasta que el otro día me dio por investigar…
Si para algo sirve la Web es para investigar, para atar cabos históricos o culturales que quedaron sueltos. No me costó demasiado porque Isidoro es un personaje más popular de lo que yo pensaba.
Isidoro Rodríguez, más conocido en el ámbito musical como Isidoro “piano” fue uno de los pioneros en la venta de instrumentos electrónicos en mi ciudad, siendo en la actualidad una de las mayores tiendas sevillanas de venta de instrumentos, especialmente pianos. Hace poco su tienda cumplió los 30 años.
Este vídeo no ilustra suficientemente la sensación que tuve ese día y que os quería transmitir, en parte porque no es en directo, en parte porque ya no somos niños, pero sobre todo porque se trata de un único tema en el que no hay esos cambios de registros, configuraciones y ritmos que eran lo verdaderamente asombroso, pero es Isidoro, el mismo Isidoro, con el mismo órgano, en un viejo programa de Canal Sur televisión.
Entre las cosas que he averiguado está que también era un gran intérprete de piano y de guitarra, que fue uno de los precursores del rock en Andalucía y que compaginaba su faceta de vendedor y empresario con la de músico profesional.
Lo que más me apenó fue saber que hace unos años tuvo que dejar de tocar por un accidente cerebrovascular. Espero que al margen de eso esté bien; eso no he podido averiguarlo. Guardo la demostración que nos hizo ese día entre mis recuerdos más preciados. Gracias, maestro.
2010-12-02 13:51
Y tan popular! En una ocasión oí que le dieron un premio a la popularidad, no se exáctamente en qué consiste ese galardón ni quién lo otorga. Puede que fuera a nivel de la comunidad andaluza.
Lo que sí parece ser cierto es que Isidoro debía tener tantas habilidades en marketing e imagen personal, como cambiando los registros del Elka (por cierto qué pasada el Elka aquel. Un día de estos lo tenemos que volver a enchufar y pegarnos una sesión de esas en las que destripábamos una melodía popular entre otros “pormenores”, y digo “pormenores” porque me refiero a tocar lo que estaba en modo mayor por menores)
Bueno, pues eso, el caso es que Isidoro ganó merecidamente su premio, y creo que en ello tuvo bastante que ver el hecho de que, durante años, todo piano que salía por la tele, llevaba su sello y su nombre bien claro y resplandeciente.
2010-12-02 14:54
Uffff, el Elka, todavía anda por ahí pero tiene el cable del pedal de volumen roto debido a alguna mudanza. Si te atreves a hacer un poco de “bricolaje” está en el apartamento de mi hermano, vecino tuyo cuando estás en Sevilla. Encender, enciende.
Por cierto, vaya pedazo de temas que tienes en myspace.