Francisco Serradilla es poeta y doctor en Informática. Su línea principal de investigación se refiere al desarrollo de Softbots (Robots Software) y Agentes Inteligentes en Internet. Ha colaborado abundamentemente con Almacén como articulista. Computación creativa y otros sueños se publicará los 25 de cada mes.
La Universidad española afrontará en los próximos años un cambio metodológico profundo, centrado, entre otras cosas, en medir las horas de trabajo del estudiante en lugar de las horas de clase del profesor, como se ha venido haciendo hasta ahora. Este cambio es visto por algunos como una imposición política, una victoria de las enseñanzas prácticas, adaptadas al Mercado, frente a la Universidad del Conocimiento y la Investigación, y ello ha suscitado enormes suspicacias y presiones de ciertos sectores universitarios.
En el sistema actual, 3 créditos significan que el profesor imparte 30 horas de clase. El alumno los supera si aprueba un examen final. Punto. Si el estudiante suspende, puede examinarse una vez más. Si continúa suspendiendo, debe pasar otra vez por caja y tiene derecho a volver a escuchar las mismas 30 horas de clase o 30 horas alternativas si cambia de profesor. Se supone (tengo mis más que serias dudas) que este sistema garantiza que el estudiante tiene cuando supera el examen unos conocimientos suficientes de la materia.
En el nuevo sistema, 3 créditos significan que un alumno medio debe trabajar 75 horas (aproximadamente) para superar la asignatura, incluida asistencia a clase, desarrollo y exposición de trabajos, estudio, realización de exámenes, etc. ¿Qué importancia tiene esto? Al menos una: esas asignaturas que los alumnos aprueban en quinta convocatoria ¿no será que están mal medidas? Porque si, para superar una asignatura de 6 créditos, hay que dedicar, digamos, 350 horas, en el nuevo sistema debería ser de 14 créditos, es decir, casi medio cuatrimestre para ella sola. Por otro lado, las “marías” que los estudiantes aprueban tan sólo yendo a clase 10 horas y estudiando 3 horas el día antes del examen, deberían ser consecuentemente de 0,5 créditos.
¿Pero, es todo esto un mero cambio político? Tengo muy claro que no. Y naturalmente, el motivo es la Revolución de la Información en la que estamos inmersos. Por ejemplo, ayer asistí a clase de Circuitos y Electrónica con el profesor Anant Agarwal del Massachusetts Institute of Technology. La clase fue impresionante, no solo por la exposición de conceptos, ilustrada con artilugios reales que mostraban el funcionamiento de los dispositivos físicos explicados, sino por la visión introductoria que da del concepto de Ingeniería, expresada como una jerarquía de niveles que abarca desde los datos experimentales y las leyes físicas hasta el mercado final. En sus propias palabras, el papel del ingeniero es, a partir de una enorme simplificación de los conceptos físicos subyacentes, llegar a construir cosas interesantes (para la sociedad) y, añadía medio en broma, hacer dinero con ello. ¿Cómo asistí a la clase? Muy sencillo: a través de la iTunes Store accedí a un video gratuito, el primero de una serie de 26 que constituyen un curso completo de Circuitos y Electrónica. El video también es descargable en otros formatos para quienes no tengan (o no quieran) iTunes.
Y la pregunta es inmediata: ¿qué sentido tiene una clase magistral “doméstica” si podemos asistir a clase con los mejores profesores del mundo? ¿El idioma? Pues se subtitula, o se traduce. Bien haría nuestro gobierno encargándose de estas cosas, por ejemplo con el canon que debería recaudar en lugar de ceder su gestión a la SGAE para que monte entramados societarios.
Algunos profesores con pocas luces piensan y temen que si se acaba la clase magistral se acabó su tarea. Nada más lejos de esto, porque el verdadero problema de la Revolución de la Información no es la construcción o transmisión de contenidos, sino su selección. Ahí es donde el profesor de a pie puede jugar un papel fundamental: conoce su campo, sabe quiénes son los referentes y los mejores comunicadores y tiene suficiente juicio para filtrar la información –separar el grano de la paja– y establecer rutas formativas para obtener conocimientos básicos en los temas de su especialidad. Y esto es en sí mismo un trabajo titánico. El profesor debe orientar al alumno, tutorizarlo y resolverle las dudas que le hayan quedado después de recorrer la ruta diseñada. La clase magistral sólo mantiene su sentido si la materia cambia suficientemente cada año, es decir, en asuntos de fortísima evolución, como ciertas ramas de la Ingeniería Informática, o como complemento a las clases pregrabadas. Y si no hay clases pregrabadas de la materia a impartir, grábense de inmediato dentro de la propia Universidad que alberga al profesor. Y, claro está, difúndanse gratuitamente. Como hace, quizá sorprendentemente, el mayor país capitalista (si es que no lo ha superado ya China) del mundo.
La nueva filosofía, no obstante, no está exenta de problemas: ¿cómo se garantiza que el alumno, en sus N horas de trabajo, haya aprendido algo? El axioma que parece haber detrás de los nuevos vientos es que por el mero hecho de dedicar un tiempo a la materia el estudiante se impregna del conocimiento. En mi experiencia esto parece ser así, pero también me sorprende con frecuencia que los alumnos me pregunten cosas de las que se ha hablado con cierta profundidad en clase. ¿Dónde estaba su mente ese día mientras transcurría su hora de dedicación asistiendo a clase? El truco es que para los anglosajones superar una asignatura no significa gran cosa, lo importante es estar en el grupo A, por encima del 80% de los alumnos, que es lo que indica que el estudiante, además de haber trabajado las N horas, ha aprovechado realmente el tiempo. Una cosa parecida a lo que pasaba con los alumnos de Telecomunicaciones en mi época de estudiante: si para entrar en la carrera se exigía una nota de corte de 8, imagínense el nivel de los que entraban. No es que la titulación fuera buena (que probablemente lo era) sino que sus estudiantes eran los mejores ya de entrada.
Varias cosas me sorprendieron de la clase del profesor Agarwal: la clase era de pizarrón, es decir, nada de transparencias, aunque el sistema de pizarras era digno de mención, con tres pizarras múltiples que subían y bajaban, dejando siempre todo lo escrito visible; tenía un asistente que se encargaba de las demostraciones experimentales, con un enorme cacharro con distintos dispositivos y la proyección de un gráfico en tiempo real que relacionaba el voltaje con la intensidad en cada dispositivo y otro asistente que traducía todo a lengua de signos para los alumnos sordos.
Y lo que más me sorprendió: al final de la clase los alumnos… ¡aplaudían!
2008-01-25 18:59
No hace falta tener mi experiencia como profe universitario durante quince años para hallar el eslabón débil de la reformita que se acerca. Está aquí, copio y pego : “Algunos profesores con pocas luces piensan y temen que si se acaba la clase magistral se acabó su tarea. Nada más lejos de esto, porque el verdadero problema de la Revolución de la Información no es la construcción o transmisión de contenidos, sino su selección. Ahí es donde el profesor de a pie puede jugar un papel fundamental: conoce su campo, sabe quiénes son los referentes y los mejores comunicadores y tiene suficiente juicio para filtrar la información –separar el grano de la paja– y establecer rutas formativas para obtener conocimientos básicos en los temas de su especialidad. Y esto es en sí mismo un trabajo titánico. El profesor debe orientar al alumno, tutorizarlo y resolverle las dudas que le hayan quedado después de recorrer la ruta diseñada”.
Anda, y eso van a hacer los profesores universitarios españoles, con secularmente irrisoria aportación al conocimiento, funcionarios dedicados en su 90 % a rascarse los polvorientos ajenos y propios apéndices nasales? Si es que con seis horitas (oficialmente) de clase a la semana y dados a una “investigación” que suele ser de risa, es general lo que dicen malestar docente (universitario), y depresiones (universitarias) mil si no hallan reparador turismo docente, y no sé cuáles catástrofes (universitarias) más, en unos centros a la baja en matriculación, ¿esos, esos van a iniciar ahora jubilosamente una “labor titánica”?
Vamos, vamos … Lo que deberían hacer los alumnos de estos tiempos es estudiar fuera, precisamente aprovechando las ventajas de internet. Lo que la naturaleza no da, la universidad española no presta. Internet, quizá.
2008-01-29 14:04
A lo mejor no se trata de cambiar el peso en créditos de las asignaturas, sino de echar de la Universidad a los profesores que tienen a los estudiantes amontonados repitiendo año tras año. No hay ninguna materia (ninguna) difícil para los seres humanos actuales. Lo que hay es profesores malos.
Por lo demás uno ya empieza a estar cansado de oir estas tonterías, siempre siempre, a profesores de ciertas áreas científico-técnicas, especialmente de informática, o de matemáticas… Pero huesos hay en todas disciplinas, tanto en Ciencias Sociales como Humanidades; y la cualidad del hueso no la da la materia, sino el profesor.
2008-01-29 23:23
Bueno, Paco, muy bueno. Lo digo no porque esté de acuerdo con todo lo que se dice, sino porque creo expone el problema en toda su complejidad. Me temo que es demasiado fácil caer en las simplificaciones y los tópicos. Por ejemplo, que el problema está en los profesores que no motivan a los alumnos y se rascan los huevos (menos fino, pero más directo. Perdón). Aunque es verdad que existen procesos de aprendijaze que dependen exclusivamente de las contingencias ambientales, resulta imposible que un ser humano aprenda nada de mediana complejidad contra su voluntad. Este es a mi juicio el problema fundamental con el que se encontrará el nuevo modelo.
Si estamos dispuestos a asumir para los alumnos que deben ser motivados externamente por un excelso y entretenido profesorado, concedamos también al profesorado que debe ser motivado externamente por una retribución digna, una carga de docencia e investigación razonable a lo largo de TODA su carrera profesional (no solo al alcanzar el Olimpo de los catedráticos) y, sobre todo, por unos alumnos que muestren un mínimo interés intelectual.
Por si quedaba alguna duda, confieso: soy profesor de universidad…. hasta, y no tocándose, los….
2008-01-30 10:09
Efectivamente, las clases pueden impartirse por Internet. Como los profesores no hacen otra cosa útil, pues se les echa a la calle. Estaríamos como estamos pero ahorrando dinero.
Las siguientes reformas ya se podrían considerar con más tiempo.
2008-01-30 11:53
Todavía más y para mantener la paridad entre alumnos y profesores. Como los alumnos no hacen otra cosa que beber, “endrogarse” y pensar en el sexo empecemos de cero ¡Fuera el sistema educativo! ¡Eso supondría un montón de pastaaaa! ¡Esto está chupao! ¡Solo hay que ponerse a ello!
Banzaiiiii…..
2008-01-30 11:54
Creo que generalizar sobre las personas es nefasto. Que hay profesores malos no tiene que explicármelo nadie: lo vivo desde dentro. Un sistema universitario funcionarial no es precisamente una gran idea… Pero también hay profesores excelentes, que se toman en serio su trabajo y lo hacen bien. La Universidad debe proporcionar mecanismos de evaluación que inciten a los malos a mejorar y, lo que es más importante, dotar de medios y alicientes a los buenos para que no les pase como a David.
En fin, por los comentarios me queda la duda de si mi artículo se ha entendido… evidentemente habrá profesores irreciclables en el nuevo modelo, secillamente porque no están al día en la materia que enseñan. ¿Cómo van a recomendar nada? Pero entiendo que, aunque sea el 10% que indica joseluis, algunos hay con ganas de trabajar, ¿no?
Sergio, efectivamente, no se ha enterado de mucho. ¿Crees que es la tarea de un profesor soltar el mismo rollo año tras año? ¿Ese es el motivo de que no se les eche a la calle?
Malos profesores con malos alumnos, ese parece ser el camino que va siguiendo la educación en España… Al último Real Decreto de Enseñanzas Universitarias no la faltan tintes de LOGSE. El modelo anglosajón es bastante elitista, pero tiene un aspecto interesante: intenta hacer coincidir a los buenos estudiantes con los buenos profesores. Triste pero eficaz. Si usted quiere estudiar conmigo, envíeme primero su curriculum: así ninguno de los dos perderá el tiempo.
2008-01-30 16:17
Es evidente que la clase magistral tal y como la conocemos no tiene sentido (Paco. A mí no me sorprende que mis alumnos no recuerden lo que trato en clase, si pienso que antes han recibido una o dos clases más y después seguirá otro par). Una de las primeras cosas que les digo a mis alumnos en clase es que no hay nada de lo que veremos que no puedan encontrar y aprender por su cuenta. La única razón de ser de las clases es la que señalas de guía y orientación al alumno.
La verdadera revolución educativa estaría en la línea que comentas: alumnos activos (exigentes) que son orientados por profesores competentes en su materia. Cómo se hace es otra cuestión, me temo, muy compleja…
2008-01-30 18:20
No negaré que el 10 % del profesorado español universitario es una joya y lo tiene todo (lo bueno, quiero decir). Pero se me hace muy cuesta arriba que para motivar deba meramente extraer la chequera, séase incrementar los salarios profesorales. Y quedarse el tema ahí. No. Y los malos profesores, cobrando lo que ahora cobran (muchísimo para sus irrisorios frutos) y trabajando: una horilla de clase diaria/promedio, y una ridícula “hinbestigación” sin interés alguno. No. Es sencillo, los malos a la calle, por ejemplo de picapedreros, y los buenos … a los altares, ¿por qué no? Ah, y por favor, que se llame investigación a lo que es investigación y no a tanta majadería disfrazada de investigación ¡¡¡por Dios!!!
Eso quería decir. Saludos.
2008-01-31 12:49
Paco, tu artículo y los enlaces son muy interesantes. Y, puf, trae a colación una ristra de temas igual de interesantes: el profesor universitario como guía entre la maraña de información ( infoxación he leído ya en varios sitios: de información e intoxicación, para dar a entender ‘exceso de información’) es, desde luego, un papel necesario, sobre todo porque hoy por hoy no se les enseñan criterios de discriminación ni practican en la Secundaria ni en el Bachillerato, en general. Y porque un buen profesor universitario que investiga y se mantiene en contacto con colegas de otras universidades estará al tanto de los trabajos de aquellos y de otros más (por las citas de sus colegas y por publicaciones especializadas, etc.) y dará al alumno material más fresco y actual con el que motivarle o en el que este podrá relacionar la materia con la sociedad. Esta asociación puede resultar muy atractiva y no se daba a veces en las clases de profesores que soltaban el rollo de todos los años; aunque mi padre hizo ingeniería industrial allá por los años de Maricastaña y sus profesores sí asociaban los problemas de algunas asignaturas con maquinaria real: todo depende de si el profesor sabe o no motivar y llevar a la realidad una ciencia aplicada.
Creo que las nuevas tecnologías ofrecen ver clases, conferencias, ponencias, experimentos… que, de otra forma, sea porque el autor esté muerto y tuviera una gran personalidad, sea porque el experimento necesite realizarse en un edificio de quince pisos o en un solar de mil metros cuadrados… , los alumnos se perderían. Pero abogo por el profesor de carne y hueso, que contagia con su ilusión, con su forma de expresarse y de explicar, con su manera de responder o de plantear una pregunta o un problema.
Sé que me caerán de todas partes por lo que ahora voy a decir: (sin tener en cuenta las excepciones) los alumnos llegan a la universidad peor preparados de lo que llegábamos nosotros; nosotros llegábamos peor preparados de lo que llegaban nuestros padres. Es lamentable, pero es así. No me remonto más atrás porque no tengo datos suficientes. También es cierto que en época de nuestros padres (bien, voy a especificar un poco más la edad: 75 años en el 2008) llegaba menos gente a la universidad; en la nuestra, más; ahora, aún más.
Se me queda mucho en el tintero, pero no quiero abusar :-)
Un beso
2008-02-01 13:45
Pues mira, Ana, no sé yo eso que las nuevas generaciones llegan a la universidad mejor preparadas. No sé yo. Son distintas, claro, y el tópico indica que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Pero si es que ahora llegan mal preparadas, que quizá y en según cuáles cosas, no por eso las anteriores (yo entre ellas) estaban o estábamos mejor. Tampoco creo que sea cierto el tópico sobre la juventud de hoy, que se pasan el día dados al sexo y al droguerío. Antes, menos drogas, claro, sexo el que se podía que no era poco, pero que haya más sexo es natural (y antes se frustraba más) y de todas formas creo que hoy se exagera, hay menos que lo que pensamos, y en cualquier caso el temita corresponde con la edad de los alumnos.
En realidad, pienso que la universidad española, mal antes y mal ahora. En profesores, en alumnos y en organización. Mal siempre. Más o menos. Y actualmente mucho mayor gasto, muy por encima del crecimiento habido en matriculación. Ergo, peor productividad social y económica, eso sí.
Ah y otra cosa, estudié Económicas / Empresariales y tenía varios profesores que sabían de teoría y vivían la práctica. Hoy tal cosa no se estila : son eternos funcionarios sin la más remota idea de cómo se dirige una empresa, ni intención de saberlo. Retroceso evidente.
2008-02-04 21:23
Me alegra que coincidamos en que los tópicos son malos. Supongo que los relativos al profesorado y al funcionariado, aunque sólo sea un poco, también merecen esa consideración. Sobre lo del sexo no es por deprimirte, en lo que yo conocí y por los datos sobre inicio de las relaciones sexuales, me temo que los muchachos, con razón, si gozan del momento. Aunque aprovechando el argumento de Ana, nosotros estabamos mucho mejor preparados :-))))
Cuando dices combinar teoría y práctica, te refieres a ganar la pasta gansa fuera de la Universidad y mantener la sinecura que supone un sueldito de la administración y/o darle brillo al cv. Oppsss perdón es lo que tiene abrir la caja de los tópicos, uno se pone y no para….
2008-02-05 14:17
David, ni tanto ni tan calvo propongo. Cuando fui profe asociado, ganaba unos 6.000 euros anuales, si unas cuatro o seis horas de clase semanales; y más si más horas, y al revés, claro (por cierto, siempre ganaba menos que un profesor funcionario equivalentemente). Vivía de mi despacho como asesor fiscal.
Nada similar al abuso de funcionarios que, conseguida plaza, se piden excedencia y a montar empresas que trabajen con la administración, o gestionar privatizaciones, o cobrarse favores. Casos del estupendísimo Pizarro para abajo. Nada que ver y las excedencias y demás chollos funcionariales, lo vitalicio principalmente, deberían desaparecer, digo yo.
2008-02-05 21:06
Por fin nos entendemos José Luís. Pues nada, ánimo: hazte profesor de Universidad. Para evitar caer en la miseria moral y la más absoluta corrupción, te sugiero que lo hagas bajo la figura de contratado doctor.Funcionario ya sé que jamás aceptarías. Con la nueva acreditación está claro el procedimiento. Los méritos y baremos están bien fijados. Eso sí, ni se te ocurra mandarlo a la agencia de la comunidad, esos son unos vendidos, chupatintas complacientes. Tú a la ANECA, que esos si dan buenos revolcones. Pero tranquilo, si lo han pasado las últimas generaciones de mediocres, para ti es pan comido. Fijate que estaba pensando sugerirte que probaras suerte en una Universidad Británica y todo (las Escocesas y Galesas no son tan buenas) . Ya lo estoy viendo, “accreditation process” va, accountability viene…. De verdad que lo disfrutarías. Por supuesto, mientras eso llega y una vez dentro del sistema universitario español, no se te pase destrozarlo. Un placer.
2008-02-06 14:40
Ni hablar, David, ni hablar eso de hacerme profesor de universidad. Que ya lo fui, profesor asociado, quince añitos y sin destrozar ni un cenicero, fíjate.
Por eso conozco tan bien el percal: una merienda de negros a costa del ciudadano, endogamia general, turismo docente en lugares de playa, libros mil y uno gratis todos, reparto privado de lámparas y cualesquiera material presuntamente obsoleto, conferencias telefónicas gratis a los hijitos realizando masters o cursillos en los USA, más conferencias a la amante viajera en la Patagonia, despachos vacíos semanas y más semanas, docenas de puestos sinecura y no sigo para dar envidia que eso es un robo al contribuyente. Por lo obtenido, claro, unas clasecillas a la semana e “hinbestigación” pal curriculo del profe. Eso, el 90 % del ganado docente. No, gracias. Que la fama que tienen no es merecida, sino muy inferior a la que en realidad procede.
2008-02-06 15:40
Vaya, ya me temía yo que no aceptarías el reto. Es una lástima.
2008-02-06 18:16
Quita, quita, David, aquí no hay ningún reto sino una merienda de negros.
Y si como parece eres profesor de universidad, pues nada, a los buenos profesores toca levantar el armatoste, librarse (y librarnos) del 90 % de morralla, mejorar la reputación por no olvidar que ser honestos con el contribuyente.
Si no lo eres, pues nada, no invites a los demás a que suframos en paredes (y ante paredes) universitarias.
Saludos.
2008-02-06 18:27
Estoy siguiendo con interés la conversación entre joseluis y David. Más allá de lo que dicen hay cierta tensión y mucha sorna (sobre todo por parte de David). He escuchado muchas de éstas, a mi ni me va ni me viene, pero se me ocurre una idea.
Estaría bien un programa al estilo del Tomate pero con irónicos y sofisticados debates haciendo referencia a la vida e intereses del personal docente ;)
2008-02-06 20:55
Sufrir, pero, José Luís, no era un chollo con amantes y libros gratis (esto último, confieso, no lo veo tan mal como lo primero). De todos modos, no hay que ponerse la venda antes de hacerse la herida. Tu anímate y presentas los papeles, luego, para que aprendan, vas y renuncias.
Cayetano, me alegra que aprecies la conversación. Lo del tomate :-))) estaría bien, creo que debería dirigirlo Jose Luis que conoce al 90 % del profesorado de las más de 30 universidades españolas. Yo no debo conocer ni el 1% del profesorado y solo he trabajado en dos universidades. En fin chicos, corto y cierro, no olvidéis que soy un funcionario y tanto trabajo me agota. Un placer. Hasta mejor ver…
2008-02-06 21:05
Un chollo para quienes tenían libros gratis, turismo docente y demás, inclusive amantes que yo, nunca en Patagonia ni librillo introductorio siquiera.
A ver si relees, majo, y no me envíes al campo de batalla docente, que parece te bastas para su mejora, desde dentro, no se olvide, fenómeno propones, que una subvencionada deficiencia se autoarregle. A lo mejor por eso la universidad española ya no pide la autonomía que cantaba ante Franco, claro, a ver qué autonomía financiera tiene.
No te disputaré ningún protagonismo, personal o profesional, descuida. Presenta tú papeles doquier, que cobras hasta por llevarlos pues te encajan en jornada laboral; yo ni tiempo ni ganas en ampliar mis quince años docentes allá perdidos, y ah, en tres universidades, pero da lo mismo, oyes. Que tengas salud en este más largo cuatrimestre del año y cuantos sigan. La cuaresma, que también se dice.