La cosa es que era uno de esos fines de semana de visitar a la familia, la escapada al pueblo, hace un mes que no comemos con tus padres, esas cosas. Luego, aunque vas con la idea de descansar, de leer bastante y de tragarte por lo menos un par de películas, al llegar allí tienes siempre muchas pequeñas cosas que hacer. Descansar, descansas, pero más porque lo que haces lo haces sin estrés de ningún tipo que por el hecho en sí de estar dedicándote al ocio. Que si hay que calentar la casa porque la última vez que vinimos aún no hacía frío, que si hay que sacar la ropa de invierno de los armarios, que si más vale que bajemos al super que no tenemos ni para desayunar mañana, que si voy a pasarme por casa de mi abuela, que si es el cumpleaños de mi sobrina… y luego cuando enciendes la tele no te da tiempo a buscar una película para poner, porque enseguida aparece Teledeporte y algún partido de baloncesto o de fútbol para abducirte y no ser capaz de moverte de allí.

Total, que se pasa el fin de semana sin darte mucha cuenta y que, bueno, casi mejor volvemos el lunes por la mañana temprano que no hay muchas ganas de conducir de noche. Llegamos a casa después de dar una vuelta y echarle un ojo al partido de la jornada, encendemos la tele para tenerla de fondo mientras pensamos en preparar la cena y entonces suena esto:

Nos asomamos al salón y allí está Lex Luthor, estafando a una pobre viuda moribunda. Es el principio de Superman Returns, que la están echando por TVE. La miro a ella y le pregunto “¿Esta la llegaste a ver?”. Me dice que sí, pero que no la recuerda casi. Yo me la salté en su día, tampoco me acuerdo de por qué, pero nos quedamos viendo el principio.

“Ay”, me dice, “tenemos que pasarnos por casa de mis padres que nos han comprado pescado para que nos llevemos”. Así que salimos y damos el pequeño paseo hasta la casa, subimos las escaleras y ahí está su padre, esperándonos de pie con las bolsas y la mirada fija en el televisor pequeño de la cocina, mirando cómo Superman está impidiendo que el avión en el que viaja Lois Lane se estrelle contra un campo de béisbol. Cuando nos ve se ríe un poco y se excusa ligeramente. “Aquí, que están echando Superman en la tele”.

Cogemos las bolsas, nos despedimos hasta la próxima visita y volvemos a casa. La tele se nos había quedado encendida, así que cuando entramos podemos ver a Luthor y sus esbirros robando en el museo de historia natural mientras Superman anda distraido llevando a la novia de Lex al hospital por una fingida taquicardia. Guardamos la comida en la nevera y cerramos la bolsa del viaje del día siguiente, asomándonos de vez en cuando para ver qué tal va la película.

Finalmente nos sentamos a ver la última media hora, que no termina de entenderse demasiado bien pero eh, ahí está Superman dándole su merecido a Lex y salvando a la humanidad una vez más. Los acordes de la música que ya nos sabemos vuelven a aparecer y ahí se marcha el superhéroe, volando por el espacio y cerrando la película.

Nos sonreímos y ella me dice “¿qué te ha parecido la peli?”. “Bah, flojilla. Pero bueno, es Superman”.

En efecto, es Superman. Y cuando Superman sale por la tele, uno siempre se queda viéndolo, aunque sea un ratito. Eso se lo ha ganado.